Diputada socialista y presidenta de la Comisión de Justicia
26/05/2017, 07:45
Fri, 26 May 2017 07:45:04 +0200
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Cuando a Margarita Robles (León, 1957) le preguntas si se arrepiente de haber dado el salto de la judicatura a la política, de la mano de Pedro Sánchez, y si durante el mandato de la Gestora socialista ha pensado tirar la toalla, responde rápido con un 'no' rotundo y añade que es apasionante vivir desde la primera línea política en esta etapa de cambios. Es plenamente consciente de que gracias a las primarias ha pasado de estar en el ojo del huracán, por su condición de independiente y sanchista, a figurar en todas las quinielas en el nuevo reparto de cargos en su grupo parlamentario. Y aunque ni tiene, ni tendrá, carnet de partido, no cree que eso sea un hándicap para alcanzar cualquier cota de responsabilidad. Ha tenido una brillante carrera profesional desde que aprobó las oposiciones, con 23 años, obteniendo el número uno de su promoción y convirtiéndose en la cuarta mujer jueza de España. Más tarde fue la primera que ocupó la Presidencia en una Audiencia Provincial, pasó por el CGPJ y, finalmente, por el Tribunal Supremo. Tuvo un paso fugaz por la política, de apenas dos años, en la legislatura de Felipe González como secretaria de Estado de Interior y ahora, aunque es relativamente nueva en su faceta de diputada, se maneja como pez en el agua en la Carrera de San Jerónimo. Es una mujer menuda, de aspecto frágil pero dura como una roca, de firmes convicciones en defensa de la cosa pública, que se define como socialdemócrata a la vieja usanza.La entrevista, concertada minutos después de conocerse la victoria de Sánchez, se celebra en varias fases y es actualizada telefónicamente tras las primeras reacciones de los barones. Dice que en el PSOE se acabaron las decisiones "de mesa camilla" de espaldas a la militancia, que la fórmula no es el golpe de Estado y que si Felipe González fue el modelo socialista del siglo XX, Sánchez lo será del siglo XXI. Afirma que el nuevo secretario general no hará purgas ni cortará cabezas, que será generoso, pero debe tener la lealtad de sus competidores.