Senior Fellow de EsadeGEO-Center for Global Economy and Geopolitics

En este momento pocos días antes de la toma de posesión de Joe Biden (mal que le pese al indescriptible y pronto arrinconado Trump), abundan las predicciones sobre el rumbo que tomará la política económica e internacional de la administración Biden. Razonablemente muchas de las predicciones se basan en un análisis retrospectivo y otras intentan leer los posos de las hojas de té que se vislumbran según se van conociendo nombramientos. Elucubraciones aun mas sofisticadas buscan entender el equilibrio de influencias que habrá resultados de los distintos apoyos que han llevado a la victoria electoral de Biden y Harris … y también a las contribuciones que han permitido bloquear el control republicano del senado gracias a la elección de dos senadores demócratas en Georgia—confirmada el día de Reyes.

¿Importa tanto si se resuelve ahora la fórmula Brexit? En el espíritu “contra reloj” para establecer las pautas de desvinculación del Reino Unido de la Unión Europea, es fácil sumergirse en los detalles que impiden o permitirían un acuerdo formal en lo poco que queda del 2020 y perder de vista la dinámica más amplia y de largo alcance en la que esta tesitura se encuadra.

Tribuna

Estamos acostumbrados a ver listas de países ordenados por su tasa de crecimiento, o su renta per cápita. Pero una alternativa más prospectiva consiste en ordenar los países en base a su contribución previsible al crecimiento de la economía mundial. Dos observaciones surgen de tal listado: China y EEUU dominan hasta el punto de que esas dos economías representan más de la mitad del crecimiento global previsto para los próximos años; y España está en el puesto 14.

Últimos artículos de Opinión