Redactor de Empresas y Motor. He pasado por Europa Press y El País en Madrid, y he trabajado en El Financiero Bloomberg y MVS Radio en Ciudad de México. También he escrito para Cinco Días y El Periódico. Especialista en información económica por la Universidad Nebrija y Máster de Periodismo UAM-El País.

La cuenta avanza para que Renault Group, el tercer mayor fabricante de automóviles por volumen en Europa, se quede sin CEO. El próximo 15 de julio, Luca De Meo dejará la dirección general del grupo, tras cinco años al frente, para incorporarse al sector del lujo como nuevo director de Kering. Ahora, la compañía se enfrenta a una decisión clave: apostar por un relevo interno —como hizo recientemente Stellantis— para dar continuidad a su actual y exitosa estrategia, o arriesgar con un perfil externo. Todo esto ocurre en un contexto de transición e incertidumbre para la industria automovilística europea.

España se acerca a los 50.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos operativos, aunque lo hace a menor ritmo y con tropiezos en el camino. Y es que, aunque la red de infraestructura de recarga llega al ecuador del año con 47.892 puntos operativos, hay todavía unos 13.782 puntos instalados que no funcionan, un aumento del 5,5% respecto al trimestre anterior (720 puntos más). Si estos estuvieran activos, la cifra de puntos funcionales en España sería de 61.684, lo que quiere decir que un 22% o 1 de cada 5 puntos instalados en España, no funciona.

Renault ha escalado su plan estratégico industrial para competir con los fabricantes asiáticos en reducción de costes de producción y digitalización de sus plantas. En dos años, el grupo ha implantado en su planta española en Palencia tecnologías como inteligencia artificial, la automatización, el uso de robots y un metaverso que le permite monitorear en tiempo real producción de cada planta, vehículo y herramienta que tiene el mundo.

Las plantas de Renault en España "son de las más competitivas" del grupo y podrían alojar en un futuro la fabricación de alguno de los proyectos de coches eléctricos que tienen planeados, sobre todo con la plataforma para los segmentos C y D, en los cuales se encuentra trabajando la marca, según ha revelado Thierry Charvet, director de Industria y Calidad de Renault Group.

Renault ha dado de nuevo el sorpasso a Toyota y se ha convertido en la marca de coches más vendida el mes pasado en España. La firma francesa que subió al primer puesto también en marzo, adelantó de nuevo a la japonesa y matriculó en junio 9.590 unidades, un 44,3% más que en el mismo mes del año anterior, y unas 597 matriculaciones por delante del fabricante nipón, quien, a pesar de todo, ostenta la corona como el que más coches ha vendido en los seis meses que van de 2025, unas 49.532 unidades, un 1,5% más.

El Gobierno y el sector del automóvil han llegado a un pacto para impulsar la competitividad de la industria, en un momento de transformación y de incertidumbre global. Así lo refleja un convenio publicado en el Boletín Oficial del Estado este martes, en el que el Ministerio de Industria y Turismo, y la patronal española de fabricantes de automóviles, Anfac, acordaron presupuesto de 380.000 euros para desarrollar el Plan España 2030-2035, una estrategia y hoja de ruta para el sector automovilístico, con soluciones que posibiliten su adaptación a los nuevos retos.

La incertidumbre global que vive el sector del automóvil ha pasado factura a los fabricantes de componentes españoles. El año pasado, el sector auxiliar redujo sus exportaciones en su principal mercado de destino, la Unión Europea. En concreto, cayeron un 4,56% hasta los 16.655 millones de euros, con casi todos sus mercados principales, menos Portugal, reduciendo las importaciones de piezas españolas.

Fiat Chrysler Automobile Spain (FCA), una de las filiales que tiene grupo Stellantis para la distribución de sus marcas en España, ha recortado un 40% sus ganancias en 2024, ingresando unos 14,96 millones de euros, frente a los 24,82 millones que anotó el ejercicio anterior.

Los coches eléctricos producen un beneficio ambiental, pero también uno económico para los usuarios. Y es que los propietarios de un vehículo eléctricos en España ahorrar desde un 2% (alrededor de 100 euros anuales) en el caso de vehículos compactos, hasta casi un 10% o 945 euros al año en modelos de mayor tamaño frente a los coches de combustión.