La transformación de locales, oficinas y otro tipo de inmuebles en viviendas ha tomado un fuerte impulso en España en los últimos años. Aunque es una práctica que comenzó a despuntar en la crisis económica de 2008, tras el cierre de multitud de empresas y locales comerciales, ha continuado in crescendo hasta hoy en día. La pandemia ha sido el detonante: comercios vacíos que inundan las calles de muchas ciudades, la reducción del espacio de oficinas por el auge del teletrabajo y el elevado coste de la vivienda en España invitan a reconvertir estos inmuebles para otro uso. El objetivo, darles una segunda vida y recuperar así la rentabilidad perdida. Son nuevas opciones habitacionales más asequibles para la población y, al mismo tiempo, una alternativa para dos de los segmentos más perjudicados por la crisis sanitaria.