Redactora de mercados, con el foco puesto en las finanzas personales y en los fondos de inversión.

Los bancos son los más penalizados del Ibex esta semana y el sector financiero es el segundo con más peso en la cartera del fondo que gestiona José Ramón Iturriaga, en Abante, con una representación del 33%.

Aunque rara vez el Banco Central Europeo (BCE) deja ver sus intenciones con tanta claridad, en junio telegrafió la que será la primera subida de tipos de interés en Europa en once años. Se producirá este jueves, 21 de julio y, salvo que haya una sorpresa, que algunos analistas no descartan, la previsión es que sea de 25 puntos básicos en los tres tipos de interés clave (el principal de refinanciación, el marginal de crédito y la tasa de depósito), a pesar de que algunos halcones dentro de la institución han llegado a defender públicamente que debería ser mayor a un cuarto de punto.

Lola Solana, reconocida gestora en Santander AM, donde ejerce de responsable de los fondos de small caps y de ESG, acaba de asumir la presidencia del Ieaf (el Instituto Español de Analistas Financieros). Su llegada al cargo supone la de la primera mujer en este puesto en los 57 años de vida de la institución, que se compone de tres patas: la del Instituto, la Escuela y la Fundación.

El miedo a una recesión empieza a ser palpable en las empresas de pequeña capitalización, que tienden a ser más sensibles a las desaceleraciones económicas. El Russell 2000, el índice más representativo de este tipo de compañías en Estados Unidos se deja alrededor de un 23% en el año, 3 puntos más que el S&P 500. Y la diferencia es aún mayor, de 9 puntos, desde que ambos marcaron sus respectivos máximos históricos, desde donde el Russell 2000 se desploma un 29%.

En mayo de este año la gestora de CaixaBank aprovechó la subida que se está produciendo en las rentabilidades de los bonos para lanzar un fondo de inversión centrado en deuda pública española e italiana. Se trata de Caixabank Deuda Pública España Italia 2025, y se ha convertido en el vehículo que más dinero atrae este año: 1.500 millones de euros, según datos de Vdos.

Lo que está sucediendo este año con los bonos ilustra a la perfección la idea de que la renta fija no es fija. Su precio, que se ha desplomado este año hasta el punto de firmar su peor semestre de la historia, rebota con fuerza en los últimos días.

El fondo que gestiona Rodrigo Utrera, el responsable de renta variable de Santander AM, junto a Gonzalo Sanz, sube dos puestos en la última semana, hasta la quinta posición, donde estaba 'Okavango Delta'.

La renta fija ha vivido el peor semestre de la historia, con pérdidas que alcanzan el 14% en una cartera de deuda global, que recoge bonos de todo tipo y regiones con grado de inversión. Nunca se ha perdido tanto en un periodo similar. Sin embargo, esto no ha impedido que los fondos de inversión centrados en este activo se hayan convertido en la categoría que más dinero atrae este año en nuestro país: más de 7.750 millones de euros, según los datos adelantados de Inverco a cierre de junio, y con mucha diferencia respecto a la segunda (la de fondos de renta variable internacional, que logran unos 1.600 millones en el año).

Librarse, aunque sea por la mínima, de las pérdidas en renta fija no es tarea fácil en un año en el que la mayoría de los índices que miden el comportamiento de este activo acumula retrocesos de doble dígito en 2022 ante el cambio de escenario planteado por los bancos centrales, que se han propuesto domar a la inflación a golpe de subidas en los tipos de interés con el consecuente reajuste en los precios de los bonos que ello conlleva. Es más, si se mira la rentabilidad que consiguen los veinte mayores fondos de renta fija por patrimonio en nuestro país desde que empezó el año, el resultado son pérdidas medias del 3,6%, según datos de Morningstar, hasta el pasado 24 de junio. Sin embargo, hay un producto dentro de este grupo, que pertenece a la gestora de BBVA, que logra mantenerse plano.

Librarse, aunque sea por la mínima, de las pérdidas en renta fija no es tarea fácil en un año en el que la mayoría de los índices que miden el comportamiento de este activo acumula retrocesos de doble dígito en 2022 ante el cambio de escenario planteado por los bancos centrales, que se han propuesto domar a la inflación a golpe de subidas en los tipos de interés con el consecuente reajuste en los precios de los bonos que ello conlleva.