En el caso de las agresivas, el 'premio' crece al 15,6% en 2019
En el caso de las agresivas, el 'premio' crece al 15,6% en 2019
Los planes individuales atrajeron 245 millones en 2012, y este año 175 millones a falta de diciembreLas aportaciones actuales son una décima parte de las que se producían hace una década
Aunque el rally que ha vivido el mercado en 2019 ha sido uno de los menos queridos por los inversores, lo cierto es que, a diferencia del año pasado en el que asumieron pérdidas de entre el 5 y 11%, todos ellos suman rentabilidades positivas desde enero. Y son extraordinarias. Este año, aun con una cartera conservadora que limita el peso de la renta variable hasta el 65%, se gana cerca de un 10,4% (es la rentabilidad media que obtienen los fondos mixtos de esta categoría, según Morningstar).
Todas las previsiones apuntan en la misma dirección: la inversión socialmente responsable no es ninguna moda, y ha llegado para quedarse. Se observa, también, en el interés que generan los productos que invierten con criterios ASG -medioambientales, sociales y de buen gobierno- entre los inversores. Incluidos los ETFs europeos. Según las cifras de Lyxor, los fondos cotizados de ASG han logrado suscripciones por valor de 13.600 millones de euros este año (con datos hasta noviembre, mes en el que captaron otros 1.900 millones de euros), récord de todos los tiempos. Por contextualizar esta cantidad, es tan solo un 13% menos de lo que han conseguido los ETFs de renta variable.
Los planes individuales captaron 245 millones en el año 2012, y en este 175 millones a falta de diciembre. Las aportaciones actuales son una décima parte de las que se producían hace una década.
Las carteras que no se vistan con algo de renta variable el año que viene es probable que pasen frío, a tenor de las expectativas de rentabilidad que se manejan hoy para la renta fija. Todo apunta a que las condiciones serán favorables para los activos de riesgo, por "la alta liquidez en el mercado, las compras de deuda de los distintos bancos centrales y la falta de alternativas posibles para conseguir rentabilidad", enumeran en Rentamarkets, a lo que se unen las importantes salidas de capitales que se han producido este año, pese a las alzas, y que podrían regresar en 2020.
Para los próximos seis meses el Eco30 ha modificado su ruta de viaje. Los pasajeros que ha dejado en el camino son American Airlines, Tapestry y Norsk Hydro, muy expuestos al ciclo en un entorno macroeconómico en el que la recesión amenaza con dejar profundos baches en el camino. Asimismo, Drillisch ha dejado su plaza no tanto por la influencia que el momento económico pueda tener en ella sino por su gran volatilidad.
Si en algo coinciden las previsiones de los bancos de inversión de cara a 2020 es que estará marcado por la desaceleración de la economía. Algo que se ha tenido en cuenta a la hora de realizar la revisión de la cartera Eco30, que incluye una selección de treinta valores de calidad elegidos por elEconomista y que Stoxx calcula como índice desde 2013. A grandes rasgos se han buscado compañías que aporten estabilidad a la cartera y se ha reducido, asimismo, la exposición al ciclo. El resultado es una cartera de bolsa que ofrece a los inversores una diversificación global con el aliciente de que se compra con un descuento medio del 26% frente a sus dos competidores, el Stoxx 600 (14,4 veces) y el S&P 500 (17,4 veces).
El precio de muchos bonos ya no es tan alto como lo era en agosto, cuando sus rentabilidades transitaban por zona de mínimos históricos (en el caso de la deuda pública española a diez años llegó a rozar el 0%, frente al 0,47% que ofrece hoy en día).