
Las carteras que no se vistan con algo de renta variable el año que viene es probable que pasen frío, a tenor de las expectativas de rentabilidad que se manejan hoy para la renta fija. Todo apunta a que las condiciones serán favorables para los activos de riesgo, por "la alta liquidez en el mercado, las compras de deuda de los distintos bancos centrales y la falta de alternativas posibles para conseguir rentabilidad", enumeran en Rentamarkets, a lo que se unen las importantes salidas de capitales que se han producido este año, pese a las alzas, y que podrían regresar en 2020.
A grandes rasgos, ese es el punto de partida para empezar a pensar en un 2020 en el que la primera pregunta que surge es a qué rentabilidad se podrá aspirar en función del perfil de cada inversor. Pues bien, una cartera que elija invertir todo en bolsa opta a un 6,2%, según el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad (BER), de elEconomista.
Para llegar a esta cifra, la herramienta ha pasado a tener en cuenta el multiplicador de beneficios esperados para 2020 de la bolsa europea (y, en concreto, del Stoxx 600) y de la americana (medido por el S&P500), en lugar de realizar la estimación con las ganancias presentadas en 2019, como hacía hasta ahora. Además de conocer la expectativa para un perfil arriesgado, el BER ofrece previsiones para un abanico más amplio de perfiles (hasta once, en total -ver gráfico-). Y pese a ello la expectativa para un cartera pura de bolsa se mantiene en niveles similares a los de noviembre (entonces era del 6% en lugar del 6,2% actual).
En líneas generales los expertos prevén que las empresas sigan engordando sus ganancias el año que viene respecto a éste, pero aún así el crecimiento estará por debajo de la media histórica, del 4% a nivel global, incluyendo a los mercados emergentes, según calculan en Amundi. Hay que enmarcar esta situación dentro de un contexto de crecimiento económico más moderado en 2020, como avanzan todas las casas de análisis, que lleva a firmas como Credit Suisse a pronosticar que "la mayoría de las clases de activos ofrecerán rendimientos más bajos que en 2019".
Hasta un 15% en 2019
Este año, y a pesar de las tensiones geopolíticas, como las idas y venidas en la guerra comercial entre Estados Unidos y China o el Brexit, se gana dinero con prácticamente todos los tipos de activos. Y no poco. Los inversores más cautos (aquellos que no suelen dedicar más de un 35% de su cartera a la renta variable) suman rentabilidades medias del 5% este año, según los fondos mixtos de esta categoría recopilados por Morningstar; mientras que los moderados consiguen casi un 11% y los agresivos, un 15%.
El buen comportamiento de la renta fija, contra todo pronóstico -un año más-, ha ayudado a que esto sea así. Hasta septiembre, la rentabilidad de mucha deuda se relajó hasta mínimos históricos, lo que implica subidas de sus precios. Se relajó tanto, que es posible encontrar 16 billones de dólares en bonos con rentabilidades negativas en el mercado, según Bloomberg. La explicación de por qué 2019 ha vuelto a ser favorable para la renta fija se encuentra en los bancos centrales, y en el giro de timón que dieron sus políticas monetarias en el primer trimestre del año. El mercado pasó de descontar que 2019 sería el año de la normalización, a esperar que salieran en auxilio de una debilitada economía con nuevas bajadas de tipos. Por ponerlo en cifras, 56 de las 62 decisiones monetarias que se han producido en los tipos en todo el mundo fueron rebajas. Sin embargo, desde que marcasen dicho suelo en septiembre, los precios de muchos bonos han empezado a caer. Por poner un ejemplo, la deuda pública americana a diez años deja pérdidas del 4% desde entonces.
Hasta un 1,44% en renta fija
Para saber a qué rentabilidad podría optar un inversor más conservador que solo quisiera incluir bonos en su cartera, se tiene en cuenta la expectativa de ganancias que existe para una cesta de bonos globales según los índices de Bloomberg y Barclays. Si bien a principios de año aún alcanzaba el 2%, ahora se ha desplomado hasta el 1,44% (y a ello habría que descontar las comisiones a pagar por la compra de este activo o por la gestión del fondo en el caso de que opte por este producto).
"Consideramos que las perspectivas para la renta fija en 2020 son positivas debido al entorno monetariamente expansivo y la posibilidad de distensión en el conflicto comercial entre Estados Unidos. y China", apuntan en Fidelity, aunque reconocen, también, que "tal vez no veamos los niveles de rentabilidad de 2019", ya que los diferenciales se han estrechado considerablemente, "pero si no se produce una recesión o una crisis de inflación esperamos rentabilidades sólidas en las áreas con mayores rendimientos de los mercados mundiales de renta fija". "Teniendo en cuenta las cifras de unas rentabilidades que ya son bajas, los inversores deberán prepararse para un rendimiento modesto de la renta fija en general", coincide Jim Cielinski, responsable global de renta fija de Janus Henderson.
Desde Fidelity puntualizan, también, que podría ser momento de considerar la protección contra la inflación ahora que los mercados son tan pesimistas sobre los futuros aumentos de precios.