
A dos meses de acabar el año, las bolsas caminan en zona de máximos anuales (e históricos en el caso de Wall Street). Llegar ahí no siempre ha sido fácil: hubo sustos importantes de por medio (léase correcciones) en mayo, agosto y hasta en octubre, por los bandazos que las dos principales economías del mundo, la de Estados Unidos y China, han dado en las negociaciones sobre la guerra comercial, que han acabado por dañar las previsiones de crecimiento económico a nivel mundial.
Hubo más razones detrás de esas caídas, que no se han terminado de solucionar y que en el pasado habrían servido de excusa para seguir vendiendo. Pero no. Las bolsas se han sobrepuesto una y otra vez a las dificultades que han encontrado por el camino este año, en parte por el cambio de discurso de unos bancos centrales que han dejado claro en todo momento que estaban dispuestos a actuar para evitar la temida recesión.
En este contexto, las subidas que protagonizan las bolsas este ejercicio las han encarecido y han limitado la rentabilidad a la que aspira un inversor que tenga todo su dinero en renta variable hasta el entorno del 6%, según el Barómetro de Expectativas de Rentabilidad (BER) de elEconomista.
Muchos índices están en sus niveles más altos, lo que encarece lo que se paga por los beneficios
Para llegar a esta cifra, se tiene en cuenta el multiplicador de beneficios de la bolsa europea (y, en concreto, del Stoxx 600) y de la americana (medido por el S&P500) para el año en curso. El motivo de no realizar el cálculo con el PER que incluye las estimaciones de ganancias para 2020 (extremadamente positivas) es que aún no son fiables.
"Todos los años sucede lo mismo. Siempre se empieza con unas estimaciones de beneficios altas, que luego van bajando a lo largo del año, excepto en 2018, que en Estados Unidos se produjo el ajuste fiscal y los resultados sí que cumplieron", opina Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión. Además, recuerda que "estamos en un momento de mucha incertidumbre", en el que a pesar de la mini tregua que se han dado Donald Trump y Xi Jinping no puede darse por descontado que firmarán la paz el próximo mes, ni tampoco el desenlace del Brexit, por lo que hacer pronósticos de beneficios para 2020 resulta complicado.
A pesar de que las bolsas se hayan encarecido este año por las subidas, "y coticen a ratios poco atractivos respecto a medias históricas", dicen en Unicorp, "entendemos que están baratas en términos relativos. Es decir, que cotizan baratas respecto al activo sin riesgo". Véase la deuda pública.
Ese matiz es importante para contextualizar si esa rentabilidad del 6% a la que aspira un inversor puro de renta variable es atractiva o no, ya que en el otro lado de la balanza, en el de la deuda pública, hay bonos por valor de 9,7 billones de euros que ofrecen rentabilidades negativas, según Bloomberg, después de las políticas monetarias ultra flexibles que han aplicado en los últimos años los bancos centrales (este mismo miércoles, la Fed volvió a recortar los tipos de interés, por tercera vez en lo que va de año, hasta dejarlos en el 1,5-1,75%, aunque se quitó presión de encima al aclarar que no habrá más movimientos hasta pasadas las elecciones de 2020).
En Unicorp lo ilustran con un ejemplo: "El PER estimado del DAX alemán es de 13,4 veces. Y el inverso del PER es 1/13,4, que es igual a 7,46%. Cómo el bono alemán a 10 años ofrece una rentabilidad negativa del 0,35%, llegamos a la conclusión de que la bolsa alemana paga una prima sobre el bono sin riesgo del 7,81%. En el resto de mercados ocurre algo similar".
¿Y si invierte en renta fija?
En renta fija, no solo una cantidad importante de deuda pública ofrece hoy rendimientos negativos. También corporativa. Y el mercado aún tendrá que digerir la nueva ronda de compras que ha dejado activada Mario Draghi antes de dejar la presidencia del Banco Central Europeo, a razón de 20.000 millones de euros mensuales, que por ahora no tiene fecha de caducidad.
Por ello, para saber a qué rentabilidad podría optar un inversor más conservador que solo quisiera incluir bonos en su cartera, se tiene en cuenta la expectativa de ganancias que existe para una cesta de bonos globales según los índices de Bloomberg y Barclays. Si bien a principios de año aún alcanzaba el 2%, ahora se ha desplomado hasta el 1,4% (y a ello habría que descontar las comisiones a pagar por la compra de este activo o por la gestión del fondo en el caso de que opte por este producto).
