Carmelo Encinas
El ser humano no es tan racional como parece. No, si tenemos en cuenta que en los grandes movimientos de la historia siempre resultó decisivo el componente emocional. Lo que está ocurriendo estos días en Cataluña va también por ahí. La salsa de todos los argumentos del soberanismo es hábilmente cargada de emotividad de forma y manera que la razón e incluso la verdad más objetiva son manipuladas para que prevalezca la fibra emocional.