Tras la pandemia y la guerra de Ucrania, España encara el 2023 inmersa en una situación muy convulsa. Y todavía quedan curvas. La inflación y la subida de tipos del BCE suponen un freno al crecimiento económico, el bloqueo energético por la guerra de Rusia está dañando en gran medida las economías de Alemania y Reino Unido, que son nuestros principales socios comerciales. Si a ellos les va mal, España se resentirá. Además, el incremento de los tipos de interés podría comenzar a afectar negativamente la demanda interna en España, donde las exportaciones y el sector de la construcción no terminan de despegar.

Director del Global MBA con Especialización en Finanzas del IEB