Con retraso sobre el horario previsto y con falta de finezza, el Consejo de Ministros ha procedido a la propuesta de renovación de los puestos vacantes en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El retraso, pese a ser incomprensible e innecesario, es algo recurrente. Se trata de una costumbre que algún día deberemos erradicar para ofrecer al mundo una imagen de ejemplaridad y eficacia.