Directora Senior de Stakeholders Management en LLYC

La 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) ha cerrado, como todas las anteriores, con luces y sombras. Más allá de la tibieza que han mostrado muchos países como Estados Unidos en los últimos días, me gustaría centrarme en los pasos hacia delante que podemos extraer de esta cita de Glasgow que ha contado con una participación quizá menor de la esperada debido a los requisitos de entrada a Reino Unido por la crisis del Covid. Estas son algunas de las lecciones positivas que nos ha dejado la cumbre:

Los líderes mundiales y, en concreto, europeos, están poniendo el acelerador para trabajar sobre la emergencia climática. Emmanuel Macron, Angela Merkel, Macky Sall, Antonio Gutierres, Charles Michel y Ursula Von Der Leyden firmaban a principios de febrero un artículo en el que consideran que esta es "una oportunidad de recrear el consenso para un orden internacional basado en el multilateralismo (…), donde es necesario que todos los gobiernos, empresas, ciudades e instituciones financieras se unan para la reducción a cero de la emisión neta de CO2".

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