El mercado de renta fija funcionó como colchón durante las últimas semanas donde las compras de deuda fueron más habituales. No obstante, los inversores fueron selectivos y prefirieron la deuda de mayor calidad para amortiguar el impacto arancelario que precipitó a la bolsa, tanto dentro como fuera de Wall Street. El cambio en el precio de los bonos soberanos ya permite al inversor anotarse ganancias del 5,7% en 2025, el doble de lo que obtendría en el mismo periodo un perfil enfocado exclusivamente en la deuda de alta rentabilidad (high yield, como se conoce más abiertamente).