Unas de las características más definitorias de los mercados de capitales es su indudable habilidad para desconcertarnos. A comienzos de abril, nadie habría anticipado que, pese a las amenazas arancelarias de la Administración Trump y la creciente incertidumbre económica, las bolsas escalarían hasta máximos históricos según escribo estas líneas. Tampoco que, en plena pandemia de Covid 19 y tras sucesivos incrementos del déficit público, las empresas lograrían márgenes de beneficio sin precedentes. Esta impredecibilidad de los mercados es, en realidad, un principio fundamental de la realidad, ya que de otro modo los eventos se podrían arbitrar por adelantado, aunque al mismo tiempo es difícil aceptarla como inversores, ya que siempre queremos tener una explicación coherente para todo lo que ocurre.

Ph.D., CFA, Miembro de CFA Society Spain