Opinión
Durante los últimos años, el devenir del sector de la distribución alimentaria en España ha tenido grandes hitos, entre los que yo destacaría dos muy recientes. El primero de ellos es la constatación científica a partir de los datos de la crisis 2008-2014 de que la distribución comercial española se encuentra entre las diez más eficientes de Europa. Ello se debe a cuatro factores principales: un mayor equilibrio entre formatos que en otros países europeos, una menor concentración empresarial con empresas nacionales, regionales, cooperativas y franquicias que compiten en beneficio del consumidor, un empleo intensivo -gracias al cual el sector es capaz de crear trabajo incluso en épocas de crisis- y un alto grado de inversión e innovación, que ha creado una estructura logística altamente eficaz y muy automatizada.