
La cocina es una de las estancias más sucias del hogar que requiere una limpieza continua para evitar la aparición de elementos perjudiciales para la salud y que pueden llegar a deteriorar los muebles. Además este espacio también acumula olores producidos por la comida en mal estado o las cañerías, que pueden ser desagradables si no se soluciona de inmediato.
Volver de vacaciones y encontrarte con un desagradable olor a desagüe nada más abrir la puerta puede arruinar el regreso más esperado. Aunque a simple vista la casa esté limpia y en orden, ese hedor repentino suele surgir sin previo aviso y, en la mayoría de los casos, sin una causa aparente. Sin embargo, lo que ocurre tiene una explicación sencilla y, lo mejor, fácil de evitar.
En los días de calor, cuando la casa permanece cerrada durante horas o incluso semanas, la evaporación del agua en las tuberías puede romper el "tapón" que impide que los malos olores del alcantarillado se cuelen dentro. La solución no requiere grandes reformas ni aparatos: basta con dejar un vaso y un papel sobre el desagüe y seguir unos sencillos pasos más.
El motivo por el que el fregadero huele mal
El origen del mal olor suele estar en los sifones, esas piezas curvas instaladas bajo los fregaderos, lavabos, duchas e inodoros. Su función es tan sencilla como vital: retienen una pequeña cantidad de agua que actúa como barrera natural frente a los gases del sistema de alcantarillado. Esa capa líquida bloquea el paso del mal olor, pero si se evapora, algo común en verano, con el calor y las casas cerradas, el gas asciende sin resistencia.
Según explican desde Castillo de Atascos, el sifón es uno de los mayores avances en la historia de la fontanería. No solo aísla los olores, sino que también retiene residuos que podrían causar obstrucciones. Por eso es importante que nunca se queden secos. Renovar el agua de vez en cuando y hacer un mantenimiento básico ayuda a prevenir situaciones molestas al volver de un viaje o tras periodos de desuso.
El truco del vaso y el papel
Un truco sencillo que también ayuda es cubrir el desagüe del fregadero con una hoja de papel absorbente y un vaso o plato invertido. Este gesto ralentiza la evaporación y refuerza la protección frente al mal olor en los días de más calor. En el caso del inodoro, no conviene vaciar el depósito ni la taza, ya que el agua visible cumple la función de barrera.
Más allá de los vasos y el papel, existen algunas acciones clave que pueden ayudarte a mantener tu casa libre de olores si te vas por unos días. Un buen consejo es revisar que no haya fugas ni obstrucciones en los sistemas de evacuación o llenar con agua los desagües de lavabos, fregaderos y duchas antes de marcharnos a las tan esperadas vacaciones.
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