
El máximo accionista de Talgo, el fondo británico Trilantic Capital Partners, y la gestora de inversiones CriteriaCaixa, el 'caballero blanco' del Gobierno para contraofertar la opa húngara de Magyar Vagon sobre el fabricante de trenes, han acordado explorar una operación conjunta entre todos los interesados. Este movimiento para sumar al hasta ahora único ofertante, vetado por el Gobierno, permitiría mantener la españolidad de la compañía y resolver la situación de bloqueo derivada de los recelos del Ejecutivo de Pedro Sánchez ante los supuestos vínculos rusos.
A finales de la semana pasada, el máximo ejecutivo de Trilantic, Javier Bañón, y el CEO de CriteriaCaixa, Ángel Simón, celebraron un encuentro en Barcelona en el que ha sido el primer y hasta ahora único acercamiento entre ambas partes con el fin de pactar una solución para el fabricante de trenes, envuelto en una polémica empresarial que amenaza su futuro.
En aquella reunión, Trilantic sugirió a Criteria su entrada en el capital de Talgo de la mano de Ganz-MaVag Europe, el consorcio húngaro participado por Magyar Vagon y el gobierno de Viktor Orbán, que este lunes recibió la autorización administrativa de la CNMV a su oferta de 619 millones de euros (5 euros por acción), tras constatar que el folleto y la documentación son correctos y a falta de que el Consejo de Ministros otorgue su visto bueno.
Fuentes de CriteriaCaixa ni confirman ni desmienten esta información, desde Trilantic no han querido comentar la noticia y desde Magyar Vagon tampoco se han pronunciado públicamente, aunque hasta este lunes no contemplaban alternativa alguna a su propia oferta. La operación que podría tener su espejo en la entrada de la saudí STC en Telefónica o el acuerdo entre ACS y Atlantia para compartir el capital de Abertis, de manera que ninguna de las dos empresas ha dejado de estar bajo el control del empresariado español.
A la espera del Gobierno
La realidad es que una de las opas más complejas de los últimos tiempos cambia de rumbo cada día, trasladando la cierta tensión a los empleados de Talgo, que han reclamado más certidumbre a todas las partes implicadas. Asumido el rechazo de CAF y Stadler a adquirir el fabricante de trenes, y dada la ausencia de otros interesados, la opción de crear un conglomerado industrial con otros socios industriales auxiliares o complementarios al sector ferroviario ha llegado a estar sobre la mesa, pero parece difuminarse según pasan los días.
La semana pasada se conoció que el Gobierno estaba en conversaciones con Criteria para que participase en la contraopa española, una operación directamente vinculada con los planes de la gestora para mantener el control sobre Naturgy ante la previsible salida de los fondos GIP y CVC. El ministro de Transportes, Óscar Puente, abrió la puerta que el Ejecutivo "auspicie" una alternativa española para el fabricante de trenes, pero el brazo inversor de La Caixa reclamó ir acompañado de un socio industrial.
Moncloa mostró desde el primer momento sus sospechas sobre los inversores húngaros ante la posibilidad de que los fondos destinados a financiar la operación pudieran proceder de Moscú, dada la opacidad financiera del socio privado que participa en el consorcio magiar. A estos recelos se suma la desconfianza explicitada por el ministro Óscar Puente, quien reseñó la necesidad de vigilar la "movilidad militar" ante las campanas de guerra que resuenan en Europa dada la posibilidad de un ataque de la Rusia de Vladimir Putin.
Casi todos ganan algo
Este nuevo giro de guion permitiría complacer a todas las partes implicadas: CriteriaCaixa vería satisfecha su demanda de entrar en Talgo de la mano de un socio industrial; el Gobierno se garantizaría que la compañía continúe en manos españolas; Talgo vería incrementada su capacidad de fabricación y Magyar Vagon podría llenar sus ocho fábricas con nuevos pedidos de Talgo y expandir su negocio.
Quedaría por desvelar si este acuerdo de mínimos entre todas las partes implicadas, que conlleva la entrada de Magyar Vagon al capital de la compañía —aunque sea en condición de socio minoritario— complace al Gobierno y es compatible con las alertas a la seguridad nacional y el carácter estratégico de la tecnología de Talgo que ha dejado entrever en los últimos meses.