
Susana Díaz ha dado el paso después de meses vacilando sobre si adelantar o no las elecciones andaluzas. Aunque la ruptura de Ciudadanos el pasado 7 de septiembre del pacto de investidura que sustentaba la legislatura abocaba a nuevos comicios, Díaz ha tardado en decidirse y no ha pulsado el 'botón rojo' de la convocatoria hasta que ha visto nítido el tablero político. Susana Díaz asegura que Sánchez le acompañará en la campaña para mantener Andalucía.
Esquivando de este modo que las andaluzas coincidan con unas generales anticipadas por Pedro Sánchez y que el 'super-domingo' electoral de mayo (autonómicas en diversas comunidades, municipales y europeas) quitase el "acento andaluz" a la convocatoria, Díaz abre un nuevo ciclo electoral que pone a prueba a las cuatro principales formaciones del arco político español. Así llega cada una de ellas a la cita:
El PSOE busca su termómetro
Que la propia Díaz haya adelantado las elecciones implica, lógicamente, que este paso beneficia sus intereses. Sin embargo, hay que discernir cuáles son éstos. En primer lugar, los socialistas andaluces son conscientes del desgaste de la labor de Gobierno, máxime cuando ésta se ha extendido durante cuatro décadas en la región. Tampoco olvidan los de Díaz lo difícil que les resultó sacar adelante la investidura en 2015 y el riesgo de que los casos de corrupción (especialmente el de los ERE, con un posible final en primavera) se mezclasen con la campaña electoral. No hay que olvidar que la convocatoria de elecciones desactiva la comisión parlamentaria sobre la extinta Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), que amenazaba con poner al Ejecutivo andaluz en más problemas.
En este sentido, en el Palacio de San Telmo se aferran al último sondeo electoral elaborado del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), elaborado en febrero y considerada la proyección electoral más fiable en la comunidad. Aunque bajando un punto respecto al resultado de 2015 y con la tradicional mayoría absoluta ya años luz, el PSOE mantenía la primera posición sacando casi 15 puntos a Ciudadanos y más de 15 tanto a PP como a la suma de Podemos e IU. Los de Díaz consideran estos resultados un botín que puede desaparecer en cualquier momento y por eso quieren adelantar las elecciones.
Además, Díaz corría un doble riesgo mirando a Moncloa. Por un lado, hacer coincidir andaluzas y generales era exponerse a que Sánchez sacase en Andalucía más votos que ella. Por otro, el desgaste del Gobierno de Sánchez, más patente cada semana, podía suponer un lastra para la expectativa electoral.
A la inversa, desde Moncloa y desde Ferraz no se descartaba hacer coincidir ambas citas, si bien públicamente se decía que no era la intención. Aunque existe la tentación de adelantar las generales, Sánchez quiere resistir como sea hasta 2020. Lo que ocurra en Andalucía le servirá como termómetro de cara a un 2019 demasiado decisivo.
Primer test del PP de Casado
El PP de Pablo Casado se juega en Andalucía más de lo que desearía. Esta convocatoria electoral supone el mayor riesgo que experimenta la formación de ser adelantada por Ciudadanos. Un 'sorpasso' que tendría consecuencias catastróficas para el partido. Anhelando durante décadas hacerse con la Junta (en 2012 la rozó con los dedos), el PP podría ver relegado incluso a cuarta fuerza, como ya adelantaba el Egopa de febrero (si se suman los pocentajes de Podemos e IU, entonces por separado).
La disyuntiva para Casado es múltiple. El citado sondeo se produjo con el Gobierno de Mariano Rajoy en pleno desgaste y ahora él podría sacar músculo en esta cita argumentando que el suyo es un partido renovado. No obstante, el candidato en Andalucía le viene impuesto del pasado y no es de su cuerda: Juan Manuel Moreno Bonilla procede de la órbita de Soraya Sáenz de Santamaría. Un descalabro del PP facilitaría a Casado hacerse con el control absoluto de una federación con gran peso orgánico y una importante bolsa de militancia. Sin embargo, dejaría al partido muy tocado a nivel nacional de cara a todas las citas de 2019 y cuando VOX parece más dispuesto que nunca a robarle votos al PP.
Ciudadanos anhela su gran 'sorpasso'
Los de Albert Rivera saben que están ante la oportunidad de su vida después del triunfo electoral en Cataluña el 21D. Conjurarse para adelantar, aunque sea por la mínima al PP, presentaría un sinfín de ventajas para los 'naranjas': condicionaría de nuevo la gobernabilidad de Andalucía, dejaría al partido en la pista de despegue para las elecciones de 2019 y anotaría un tanto a Rivera frente a Casado en pleno pulso de ambos por el mismo espacio político.
No es ningún secreto en Andalucía que los de Juan Marín se veían fuertes y confiaban en un adelanto electoral que en parte han forzado espoleando a ello a un PSOE que también lo quería. Cuando el conflicto catalán vuelve a prender pese a los intentos de Moncloa por relajarlo, Ciudadanos tiene una baza en Andalucía que no puede dejar pasar. Hay que recordar que la propia Díaz profundizó en su crítica al independentismo para sacar más votos en campaña. En este sentido, la líderde Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, podría tener un importante papel en el sprint final hasta el 2 de diciembre.
Podemos: gran oportunidad, gran riesgo
Teresa Rodríguez ha sabido mover sus cartas y ha posibilitado una unión con IU que puede permitir a Podemos dar un gran paso en Andalucía. La unión entre el ahora mismo tercer partido del Congreso y una IU que siempre ha tenido su fuerza en la región amenaza el voto más progresista de un PSOE que en la comunidad es puro 'oficialismo'. Adelante Andalucía, que así se llama la coalición de ambos partidos, también puede ser llave de la gobernabilidad. Más aún si se tiene en cuenta la dificultad de que Ciudadanos vuelve a pactar con el PSOE tras la llegada de Sánchez a la Moncloa. Rodríguez y Antonio Maíllo pueden poner un alto precio a los socialistas para ser socios en un momento en el que Unidos Podemos influye en la agenda del Gobierno.
Sin embargo, como le ocurre a Casado, en el plano nacional un buen resultado puede ser un 'regalo envenenado'. Rodríguez ahora mismo es la dirigente crítica con la cúpula de Pablo Iglesias con mayor proyección. La cabeza más visible de Anticapitalistas ha puesto contra las cuerdas al líder de Podemos y a su 'mano derecha', Pablo Echenique, buscando más autonomía para la federación, laminando al sector 'pablista' en la región y fabricando una hábil alianza con IU que no tiene las mismas coordenadas que en la Cámara Baja.
Un abultado resultado de Adelante Andalucía ayudaría a Podemos a crecer de cara a todo lo que viene en 2019, pero su liderazgo nacional quedaría muy encerrado cuando Carolina Bescansa, otra crítica, puede hacerse con Galicia y nombre como Íñigo Errejón o Ada Colau, no precisamente en la cuerda 'pablista', tienen una oportunidad de avanzar.