
Galicia y País Vasco viven este domingo 12 de julio sendos procesos electorales autonómicos marcados por los efectos de la pandemia de covid-19. Estos comicios son los primeros que se celebran en la nueva realidad desde que el coronavirus hizo acto de aparición en España. Los protocolos para garantizar la seguridad sanitaria de los votantes son los protagonistas de una jornada electoral distinta a cualquiera de las vividas hasta ahora. EN DIRECTO | Elecciones en Galicia y País Vasco el 12-J
Pese al control de la pandemia y de que hace semanas que el estado de alarma dio paso a una 'nueva normalidad' con menos restricciones -Galicia fue quien la estrenó-, la aparición de continuos brotes y la incertidumbre que rodea al combate científico contra el virus hacen que estas dos elecciones se vean sometidas a un estrés sin precedentes.
Las interrogantes por cómo se desarrollan ambos procesos es tal que por momentos ha habido más dudas respecto a la logística de la jornada que a su lectura política. Ambas comunidades llegan con gobiernos estables y todos los sondeos, incluido el del CIS, arrojan una continuidad con pocos novedades o, en todo caso, la consolidación de los actuales Ejecutivos. La mayor incógnita reside en el 'fantasma' de la abstención, dando por seguro que las actuales circunstancias afectarán a la participación más allá de los protocolos y del refuerzo del voto por correo.
Contexto: cómo se ha llegado hasta aquí
Consciente del complicado otoño político que prometía 2020, el lehendakari Íñigo Urkullu decidía adelantar varios meses la convocatoria de elecciones vascas decantándose por la fecha del 5 de abril. Fiel a la tradición de que ambos comicios discurran parejos desde 2009, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, también adelantaba la fecha de las autonómicas y las fijaba para el mismo día.
La irrupción del coronavirus y el 'shock' derivado del mismo en los primeros compases del estado de alarma hicieron a los Ejecutivos y Parlamentos buscar una alternativa después de intensos debates y consultas jurídicas. El acuerdo global fue decretar un aplazamiento que no superase el límite de los cuatro años de legislatura y esperar acontecimientos.
A mediados de mayo, con un escenario más favorable, los servicios sanitarios y jurídicos de ambas regiones recomendaban a sus presidentes convocar las elecciones a principios o mediados de julio, al considerarse esta banda de días aún lejana a un gran rebrote en otoño y segura todavía ante la eventual entrada de turistas nacionales y extranjeros en el país que aumentasen la tasa de contagio.
Aunque la decisión no contó con el respaldo total de los grupos políticos en ambos parlamentos regionales, los dos gobiernos aprobaron sendos decretos de convocatoria -consultar el gallego y el vasco- el 19 de mayo en los que se recogen estas premisas defendiendo la fecha escogida y en los que se abre la puerta a "posponer la votación a una fecha posterior que ofreciera las debidas garantías sanitarias" si la situación lo exige.
Medidas de seguridad
Desde un primer momento Galicia y País Vasco aprobaron protocolos de seguridad sanitaria y medidas de higiene diversas para garantizar que el proceso electoral no supusiera un riesgo añadido. El propio decreto de convocatoria gallego reza que "los órganos autonómicos competentes adoptarán las medidas necesarias para garantizar la protección de la salud durante el desarrollo del proceso electoral".
En el caso de la Xunta, el Diario Oficial de Galicia (DOG) del 30 de mayo adjunta un anexo con "las medidas preventivas en materia de salud pública frente al covid-19 para el desarrollo de la jornada electoral". Algunas de las más destacadas son: llevar el voto preparado desde el domicilio, evitar aglomeraciones a la entrada y salida de los centros electores, intentar mantener una distancia mínima interpersonal de dos metros, dar prioridad a los mayores de 65 años, acceso permitido al centro electoral solo a la persona votante salvo que necesite acompañamiento de otra persona por razones de disfuncionalidad, obligatoriedad de mascarilla en todo momento y dotación de la misma por parte del centro electoral si se acude sin ella salvo contraindicación médica, dotación de cuatro mascarillas y una pantalla facial a cada miembro de una mesa electoral, locales ventilados y desinfectados previamente, disposición de de productos de higiene como geles hidroalcohólicos en el recinto, bandeja para que los votantes dejen su DNI y no haya contacto en la manipulación de los documentos, permanencia en el centro el tiempo justo y necesario para votar, circuitos de entrada y salida de un único sentido y cabinas para introducir el sobre en el voto que garanticen la privacidad pero sin hacer uso de cortinas. La Xunta ha llegado a organizar simulacros electorales en los colegios.

Asimismo, una disposición del Departamento de Salud recogida en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) del 2 de julio expone la directrices sanitarias para la celebración de los comicios, muy similares a las gallegas. "Los locales electorales se dispondrán de forma que entre mesas haya una distancia mínima de dos metros y la posición de los miembros de mesa esté separada al menos metro y medio", dice el texto, en el que también se insta a colocar marcas guía en el suelo y en el que se fija a los electores el "uso obligatorio de mascarilla en el interior del local electoral" y la aplicación de gel hidroalcohólico a la entrada y salida del centro con los dispensadores habilitados. Además, los votantes "podrán retirar momentáneamente su mascarilla para que la mesa electoral pueda reconocer su identidad, manteniendo la distancia de seguridad en todo momento" y "se procurará prescindir de la entrega física de la documentación personal o del sobre de votación a la presidencia de la mesa, bastando con su exhibición".
Para los miembros de la mesa electoral, la normativa vasca determina que se les dote de mascarillas quirúrgicas y gel hidroalcohólico durante el período de votación y de mascarilla FFP2 y guantes de nitrilo para el escrutinio. También se recoge que "la presidencia de la mesa velará por evitar que en la operación de escrutinio el número de personas asistentes, al margen de las personas que han de participar en el recuento, no supere la cabida del local atendiendo a las distancias recomendadas".
¿Y los brotes? A Mariña y Ordizia
La proliferación de brotes por toda España en las últimas semanas ha complicado aún más el escenario. En el caso de pequeños brotes localizados, los protocolos fijados pueden permitir solventar la situación. Sin embargo, en aquellas zonas con números más elevados la situación es más delicada. Es lo que ocurre en Galicia con la zona de A Mariña (Lugo), donde se ha confinado durante cinco días a más de 70.000 personas, medida finalmente paliada el viernes y enfocada ya a la localidad de Burela.
Esta circunstancia ha llevado a diferentes alcaldes socialistas y nacionalistas de la zona a pedir que se aplacen o suspendan las elecciones en el área. Una petición rechazada por los regidores del PP y por la Xunta de Feijóo que, de darse curso, convertiría en provisionales los resultados e impediría que se constituyese el nuevo gobierno. El presidente gallego ha apostado por la normalidad en la jornada, si bien ha admitido el complejo debate jurídico en torno al voto de infectados y casos sospechosos. En el caso de los primeros, la Xunta finalmente ha decretado que aquellos que sean positivos por PRC o tengan síntomas no pueden ir a votar. Así lo anunció el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, el viernes tras días de dudas y tras haberse avanzado en un primer momento que se trataba de una recomendación. Almuiña precisó que aquellas personas positivas o con síntomas deben permanecer en cuarenta en el domicilio y que de no respetarlo la Xunta lo pondrían en conocimiento de la autoridad judicial. En el caso de los sospechosos, contactos cercanos a personas que han dado positivo, tienen el aval de la Xunta para ir a votar respetando al máximo los protocolos.
Previamente, la Junta Electoral de Galicia había indicado que si las actividades administrativas, económicas y sociales se desarrollan con "normalidad", las condiciones de la celebración de elecciones "no se entienden afectadas". Asimismo, la Junta Electoral Central (JEC) desestimó sendos recursos de Galicia en Común y de En Marea confirmando así que las medidas adoptadas por la administración gallega son "adecuadas" para garantizar el derecho al voto y la salud de los votantes pese al rebrote de coronavirus en la comarca.
En Euskadi el bote más preocupante, sin llegar a los casos del de A Mariña, es del de Ordizia (Guipúzcoa). El Ayuntamiento ha pedido que los comicios se retrasen o que se tomen más medidas de seguridad para garantizar el voto, pero Urkullu ha descartado el aplazamiento y ha insistido en que están garantizadas "absolutamente" las condiciones para votar con seguridad. La Junta Electoral también ha avalado en este caso la celebración. Ante esta tesitura, el consistorio ha implementado medidas adicionales como mesas electorales al aire libre en los centros en los que sea posible.
Más allá del brote de Oridizia, 200 personas infectadas en todo Euskadi no podrán acudir a votar, al igual que aquellos casos sospechosos pendientes de resultado de PCR que no se conozca antes de que acabe la jornada electoral. Estas personas deben permanecer confinadas en su domicilio. Preguntada por la articulación y base legal de esa prohibición, la consejera vasca de Sanidad, Nekane Murga, dejó claro en rueda de prensa que no cabe establecer ninguna fórmula para que los infectados por covid-19 puedan votar en otro momento del mismo modo que no lo pueden hacer los afectados por "tuberculosis", quienes se hayan producido una "fractura de cadera" en los últimos días o hayan sufrido "un infarto o una hemorragia cerebral". A su vez, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, agregó que la ley no incluye la posibilidad de derivar el voto a días posteriores por esta razón. Además, precisó que los gobiernos vasco y gallego propusieron a la JEC procedimientos especiales que ésta no aceptó al no declararse competente en la materia.
Por otro lado, los 500 identificados en toda la comunidad vasca como contactos estrechos de casos positivos y que tienen realizada una PCR negativa sí podrán acudir a votar si no presentan síntomas, pero bajo estrechas medidas de vigilancia que les serán explicitadas mediante un SMS con instrucciones. Entre ellas destaca el salir de casa solo para votar, con el sobre ya preparado y con mascarilla quirúrgica en todo momento, respetar la distancia de metro y medio y acudir al centro electoral en una franja horaria de poca afluencia, como de las 14:00 a las 15:00 horas. Estos casos sospechosos, sin embargo, tienen dispensa para no ser mesa electoral.
Horarios de apertura y cierre de colegios
Pese a las circunstancias excepcionales, hay otros aspectos de los dos procesos electorales que se mantienen como en cada cita de esta índole. Es el caso de los horarios de votación. La apertura de los colegios para votar será en las dos comunidades a las 9:00 horas y el cierre a las 20:00 horas. En la normativa gallega se dan especificaciones más concretas, como que la constitución de las mesas es a las 8:00 horas, extendiéndose a la media hora posterior la presentación de credenciales de los interventores y fijándose a las 8:30 horas la firma del acta de constitución de las mesas.
Otras particularidades de una jornada electoral como el número de miembros de cada mesa o la presencia policial en los centros se mantienen. Los plazos posteriores a la cita electoral en lo que a notificaciones, recursos y trámites de la Junta Electoral pertinentes también siguen sin alteración respecto a la habitual. En el caso gallego, la sesión constitutiva del Parlamento está prevista el 7 de agosto a las 11:00 horas.
Novedades más allá del covid-19
Fuera de los efectos de la pandemia, la principal novedad política en estos comicios es la candidatura de Vox en ambos. Los de Santiago Abascal se presentan por primera vez a unas autonómicas en Galicia, mientras que en el País Vasco es la primera vez que tienen lista por las tres provincias, ya que en las de 2016 solo fueron por Álava.
Otra innovación de estas elecciones es la candidatura conjunta de PP y Ciudadanos también en Euskadi, alianza que no fue posible en Galicia por las reticencias del PP local. También en la comunidad gallega hay cambios en el flanco izquierdo. La ruptura de En Marea a mitad de legislatura ha provocado que a estas elecciones se presenten por un lado Marea Galeguista (sin opciones de representación según los sondeos) y Galicia en Común-Anova Mareas, enésima plataforma de Podemos y aliados que parte con desventaja en las encuestas.
Como novedad de carácter logístico, por primera vez en unas elecciones al Parlamento Vasco personas con discapacidad auditiva han aceptado el cargo de miembro de mesa, concretamente dos, por lo que el Gobierno Vasco pondrá a su disposición intérpretes de lengua de signos. Además, en estas elecciones cinco personas con discapacidad visual votarán haciendo uso del sistema Braille.
El voto por correo se dispara
El miedo al coronavirus ha provocado que Correos haya admitido más de 200.000 solicitudes de ciudadanos que desean ejercer por correo su derecho al voto. En unos comicios marcados por la incertidumbre tras la pandemia, el voto desde casa se multiplica en comparación con el anterior proceso electoral de 2016. Las autoridades también han incidido para fomentar este tipo de voto y aminorar el riesgo de contagio.
En el caso del País Vasco, Correos ha admitido 125.255 solicitudes. Esto supone que en torno al 7% de los electores vascos ha emitido su voto por correo. Comparando la cifra con las 52.365 de hace cuatro años se puede evidencia el aumento de electores que optan por esta vía. En Galicia, Correos ha admitido 76.907 solicitudes de ciudadanos que desean ejercer su derecho al voto frente a las 46.288 de 2016.
Correos ha reforzado su plantilla en las dos regiones, además de estirado los plazos para las solicitudes e implementado un sistema telemático para las mismas en aras de facilitar el voto postal en la jornada.
'Éxodo' en las mesas
El temor a un contagio por participar en la jornada electoral no solo se ha visto en el aumento del voto por correo. Los sorteos para determinar a los miembros de las mesas electores ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para las administraciones dado el alto nivel de renuncias. Informes médicos o la condición de familiar de personas enfermas o mayores de 65 años han sido los principales motivos detrás de estas renuncias.
Ha sido en Galicia donde más se ha notado, mereciendo especial mención Vigo, donde el Ayuntamiento tuvo que repetir el sorteo tras más de 150 renuncias para 372 puestos. Lo mismo ha ocurrido en otras localidades como Ferrol o Santiago, donde se han contabilizado bastantes más alegaciones que hace cuatro años. Las diferentes juntas electorales han tenido que comprobar con lupa que estas renuncias tenían fundamento.