Opinión

Tecnología, formación y colaboración empresarial, requisitos clave para que la IA en las pymes sea una realidad

  • La inteligencia artificial se ha convertido en un factor decisivo para la supervivencia empresarial
  • La Formación Profesional presenta una respuesta algo más alineada con la demanda, pero la brecha entre las necesidades del mercado y la oferta educativa sigue siendo amplia
Fuente: iStock
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La inteligencia artificial no es solo una promesa de eficiencia o automatización, se ha convertido en un factor decisivo para la supervivencia empresarial. En un mercado cada vez más competitivo y globalizado, la IA marca la diferencia entre adaptarse o desaparecer. Por este motivo, las grandes empresas han apostado de lleno por integrar en sus procesos esta tecnología, pero las pymes no están siguiendo el mismo ritmo. Así se está creando una brecha que, lejos de cerrarse, amenaza con ampliarse si no se adoptan medidas ambiciosas, coordinadas y, también, urgentes, puesto que las pequeñas y medianas empresas conforman el 99,8% del tejido empresarial español y hacerlas más competitivas supondrá un impacto directo en la economía del país.

Los datos del Barómetro de Inteligencia Artificial en las PYMES españolas 2025 que hemos elaborado en IndesIA son un reflejo de esta situación. Si bien es cierto que la tasa de adopción de IA ha crecido un 36% respecto al año anterior, la cifra global apenas alcanza un 2,9% (2,13% en 2024). En otras palabras, más del 97% del tejido empresarial aún permanece al margen de una tecnología que está transformando sectores enteros. Además, el informe arroja una desigualdad territorial en el uso de IA. Comunidades como Madrid (4,2%), Asturias (3,9?%), Cataluña (3,7?%), País Vasco (3,4?%) y Navarra (3,2?%), muestran una adopción notable, mientras que otras como Castilla y León (1,6?%), Baleares (1,3?%) y Castilla-La Mancha (1,3?%), se quedan rezagadas. Al igual que como ocurre entre grandes y pymes, si esta diferencia territorial no se aborda, también correremos el riesgo de asistir a una nueva forma de desigualdad económica.

Otro factor crítico que revela el barómetro es la escasa formación especializada. Menos del 2,5% de los títulos universitarios en España están vinculados a la inteligencia artificial. La Formación Profesional presenta una respuesta algo más alineada con la demanda, pero la brecha entre las necesidades del mercado y la oferta educativa sigue siendo amplia. Más si se tiene en cuenta que la fuerza laboral que se demanda hoy en día no son solo expertos en IA, sino perfiles tradicionales, capacitados para que comprendan y trabajen con estas tecnologías, en su operativa diaria. Esta situación no es nada favorable para las empresas, pero sobre todo para las pymes, que no pueden competir con las grandes empresas en la captación de talento especializado. Frente a este panorama, son precisamente las pymes las deben dar el primer paso para revertir la situación. No es tarea fácil, pero realizar diagnóstico honesto de su nivel de digitalización, e iniciarse con soluciones accesibles, como automatizar tareas administrativas o analizar patrones de clientes, es un buen punto de partida, que además puede generarles beneficios tangibles a corto plazo.

En una realidad en las que grandes empresas y pymes viven una disincronía tan latente en lo que a uso de esta tecnología se refiere, el rol de las grandes corporaciones se torna fundamental, allanando el camino para que el acceso de las pymes a la IA sea más sencillo. La clave del éxito no reside en incorporar tecnología por seguir una tendencia, sino aplicarla donde genere resultados medibles y sostenibles. Probar con proyectos piloto, evaluar su retorno y escalar; y ahí, en ese asesoramiento y acompañamiento, es donde más impacto positivo generan las grandes empresas. Por ello, la participación de las pymes en iniciativas sectoriales y colaborativas, donde puedan compartir experiencias, avanzar con mayor confianza y reducir costes es una buena forma de dar los primeros pasos. También, en los inicios, necesitan el apoyo de las instituciones educativas y gubernamentales. Toda sinergia es crucial para que las pymes puedan obtener el máximo el potencial de la inteligencia artificial y mantenerse competitivas en el mercado.

Así, desde el ámbito público, es urgente diseñar políticas más ajustadas a la diversidad de nuestras pymes. Las ayudas han de ser más accesibles, menos burocráticas y centradas en el acompañamiento técnico. Iniciativas como las que ya se han puesto en marcha para fomentar la digitalización de las empresas, deben evolucionar hacia programas más personalizados, que incluyan formación práctica, pruebas piloto y mecanismos que faciliten escalar las soluciones con éxito. Las grandes empresas pueden aportar una amplia gama de recursos y conocimientos esenciales para el crecimiento y la innovación de las pymes. Por ello deben actuar como mentores y asesores, compartiendo su experiencia y buenas prácticas para potenciar el desarrollo empresarial de las pymes.

Esta realidad no puede dejar a un lado, también, al sistema educativo. Es importante que se alinee con la actualidad tecnológica. Es clave fomentar la reconversión profesional desde perfiles tradicionales hacia competencias digitales, así como reforzar la presencia de titulaciones tecnológicas en todas las comunidades, especialmente en aquellas más rezagadas. Todos estos aspectos demuestran que la adopción de la IA requiere de un enfoque integral. Es decir, no se limita a ofrecer soluciones tecnológicas, sino que impulsa un cambio estructural: una combinación de formación, acompañamiento y herramientas adaptadas a las pymes. Porque la adopción de la IA en todo el tejido empresarial, no se resuelve solamente con software ni con subvenciones aisladas, sino que se necesita liderazgo, visión estratégica y una transformación cultural profunda que abarque todos los niveles de la sociedad.

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