Economía

Cataluña y Asturias, las autonomías que más gravan a los emprendedores

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La presión fiscal de las diferentes comunidades autónomas de España son un factor a tener en cuenta para que los futuros emprendedores se decanten por una u otra región para desarrollar su negocio. Y es que, los impuestos afectan de manera directa a las decisiones que se toman en las empresas, ya sea en el precio final o en materia laboral (a mayor presión fiscal, precios más altos o menos capacidad para contratar a nuevos trabajadores), aseguran los expertos de Tax Foundation en su publicación del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal 2024 (IACF).

Además, el hecho de que una empresa o autónomo tenga una mayor o menor capacidad a la hora de adaptarse a los desafíos y retos que se presentan en materia económica influye directamente en los beneficios y competitividad que la compañía presentará en el mercado. Así, las empresas que se establecen en Cataluña y Asturias son las que tienen que hacer mayores esfuerzos fiscales para competir con el resto de comunidades autónomas en materia fiscal.

En la anterior entrega de esta revista se analizaron las más de 20 trabas burocráticas a las que tienen que hacer frente las pequeñas empresas una vez pasan la barrera de los 50 trabajadores y se convierten en medianas. Unas exigencias que, unidas a las imposiciones fiscales, dan como resultado "un ecosistema empresarial en el que crecer sale caro, y lo preocupante es que esto no responde a una política fiscal progresiva o a una lógica de redistribución del esfuerzo, sino a un diseño que no ha evolucionado al mismo ritmo que lo han hecho las empresas", aseguran desde el área Fiscal y de Banca de Empresas de Ibercaja.

En este sentido, Cataluña y Asturias se presentan como las regiones menos competitivas a nivel fiscal, ya que son dos de las tres que más impuestos propios tienen -Cataluña tiene 11 y Asturias 6- y en las que los tributos comunes son más altos, lo que supone una "barrera para ciertos perfiles de negocio", asegura Héctor Jiménez, experto fiscal en TaxDown.

Cataluña es la región en la que los tramos del IRPF son más altos y en la que los que los trabajadores por cuenta propia tienen que hacer una mayor aportación, con especial ímpetu si la renta anual supera los 30.000 euros, con el que se paga al ministerio de Hacienda unos 5.038,65 euros, una diferencia de hasta 491,97 euros si se compara con las provincias de Bizkaia, Guipuzkoa y Álava (tienen sus propias haciendas forales y no computan en conjunto con el País Vasco), donde una renta de 30.000 euros paga en el IRPF 4.546,68 euros. Estas diferencias se incrementan cuanto mayor son las rentas. Para un autónomo que percibe 160.000 euros al año, en Cataluña tiene que pagar 60.272,35 euros, mientras que en Madrid (la comunidad autónoma en la que menos tributan estas rentas) aportan 56.536,48, una diferencia de hasta 3.735,87 euros al año. Así, Jiménez señala que "aunque la fiscalidad no es un foco principal a tener en cuenta, si que es cierto que un autónomo en Cataluña parte con cierta desventaja y va a tener menos dinero para reinvertir en el negocio".

También, Cataluña es la región que tiene un mayor número de impuestos propios, con 11, destinados principalmente a gravar las actividades que dañan el medioambiente, ya que 6 están destinados a ello. Además, impone un impuesto de protección civil, sobre grandes establecimientos comerciales, otro sobre las viviendas vacías, sobre estancias en establecimientos turísticos y sobre las bebidas azucaradas.

Aún así, "Cataluña cuenta con ventajas económicas más allá de la fiscalidad y que también dan grandes oportunidades, como puede ser el puerto y el ecosistema empresarial, que la hace una región indispensable y que cuenta con unas características que no se pueden encontrar en otras regiones españolas", señala el experto fiscal en TaxDown.

La segunda comunidad autónoma que cuenta con los tramos de IRPF más altos es Asturias. La región del norte de España está tan solo 0,3 puntos por encima de Cataluña. En cuanto a las aportaciones del IRPF, los autónomos con una renta de 30.000 euros tendrán que pagar una cuota de 4.953,59, lo que supone 85,06 menos que en Cataluña y 406,91 más que en las provincias de Bizkaia, Guipuzkoa y Álava. Además, es la región que grava con mayor agresividad el Impuesto Sobre Sucesiones y Donaciones, ya que una persona de 30 años que hereda bienes por valor de 800.000 euros debe pagar 103.135,48 por este impuesto, mientras que hay regiones (Andalucía, Baleares, Cantabria y Galicia) en las que no se tiene que hacer ninguna aportación. Y está entre las que más se paga en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.

Además, Asturias cuenta con 6 impuestos propios, de los cuales dos gravan de manera directa las actividades económicas (recargo sobre las cuotas mínimas del Impuesto sobre Actividades Económicas e impuestos sobre grandes establecimientos comerciales), los efectos negativos sobre el medioambiente (3 de ellos) y cuenta también con un impuesto sobre el juego del bingo.

A pesar de no tener un ecosistema empresarial como el que tiene Cataluña, Jiménez asegura que Asturias "es un caso particular, ya que aglutina la producción industrial en el norte que, a pesar de tener una alta presión fiscal, le permite seguir creciendo y seguir atrayendo a empresarios".

Madrid, la que menos grava a los empresarios

La Comunidad de Madrid se posiciona como la región que menos grava a los empresarios, seguida de las provincias vascas de Bizkaia, Guipuzkoa y Álava. Además, esas mismas cuatro son las únicas que no tienen ningún impuesto propio, por lo que las empresas y autónomos que se establezcan en dichos municipios solamente tendrán que hacer frente a los tributos estatales, por lo que, de manera directa, contarán con mayor "líquido" para reinvertir y tomar decisiones económicas en sus negocios.

Y es que, además, Madrid es la región que menos grava a los autónomos con rentas hasta 20.000 euros, y la que menos agresividad tiene en la progresividad del IRPF al contar con los tramos más bajos. Así, el experto fiscal de TaxDown señala que "es la comunidad autónoma más positiva para emprender por su política fiscal". Aunque señala que hay otras regiones como Galicia, Castilla y León o Extremadura "con propuestas interesantes, exenciones e incentivos para los autónomos y empresarios".

Un caso particular es el de Extremadura. La región vecina de Portugal ha dado un giro a su política fiscal con el actual gobierno y ha logrado el mayor salto de competitividad fiscal de los últimos años pasando de una puntuación de 4,83 puntos en el año 2017 a los 6,22 en 2024. Esta reforma comenzó en 2018, cuando se comenzó a reducir el tipo impositivo para las rentas más bajas y se reformó también el Impuesto sobre Sucesiones bonificando en la cuota el 99% a los grupos I y II. Ya en 2023 derogó el impuesto sobre las viviendas vacías a grandes tenedores y bonificó al 100% el Impuesto sobre el Patrimonio.

A pesar de ello, Jiménez señala que la conectividad con el resto de la península "es un punto a mejorar" para atraer la inversión, "así como el acceso a la financiación y la despoblación". Aún así, destaca el hub tecnológico que han desarrollado en Extremadura con el objetivo de ayudar a la digitalización de las pequeñas y medianas empresas.

Ayudas a jóvenes que quieren emprender

La escasa cultura emprendedora que existe en España, ligada a los altos tributos y trabas burocráticas a las que tienen que hacer frente los empresarios dificultan que los jóvenes se "lancen" a abrir sus propios negocios y, si lo hacen, tratan de estudiar el entorno de cada región para conocer cuál es la más favorable. Lamentablemente, esta es una situación que no solo afecta a los potenciales emprendedores, ya que los expertos de Ibercaja señalan que "la falta de claridad en determinadas figuras tributarias y la elevada litigiosidad en torno a la retribución de socios y administradores genera incertidumbre y reduce la confianza del empresario a la hora de tomar decisiones estratégicas a medio plazo", lo que refleja que es una situación que comparten la mayoría de empresarios del país.

Para tratar de fomentar el emprendimiento y dar facilidades a los jóvenes que apuestan por la apertura de su propio negocio, el Ejecutivo pone a su disposición una serie de ayudas que, según Jiménez, "no son suficientes".

Entre ellas se encuentran la reducción de la cuota de cotización en el RETA, que se establece en 80 euros durante los primeros doce meses, y que se puede ampliar si los ingresos que percibe la empresa se encuentran por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que en 2025 está en 16.576 euros brutos anuales.

Este incentivo se destina a jóvenes menores de 30 años (si son hombres) o mujeres de menos de 35 años que abren un negocio por primera vez. Además, también se ponen a disposición bonificaciones adicional en caso de maternidad o paternidad del emprendedor en los primeros años de vida de su negocio.

Además, con el objetivo de facilitar iniciativas de emprendimiento, también se da una subvención por capitalización del paro, es decir, se abona de manera anticipada la prestación pendiente de percibir para otorgar una mayor solvencia económica al emprendedor.

El experto fiscal de TaxDown señala la exención del 20% del IRPF en el primer y segundo año de actividad como una de las exenciones que más puede influir, de manera positiva, en el líquido que el autónomo. Además, pone de manifiesto ayudas y subvenciones que algunas comunidades autónomas ponen a disposición de los trabajadores por cuenta propia. Por ejemplo, en Madrid en el primer año se puede deducir 1.000 euros en el IRPF. En Canarias, con la Zona CEZ (Zona Especial Canaria) -que busca promover el desarrollo económico y social del archipiélago y diversificar su estructura productiva- que cuenta con el Impuesto de Sociedades más bajo de Europa, del 4%.

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