
La consejera de Economía de la Generalitat de Cataluña, Natàlia Mas, fue la gran ausente del Consejo de Política Fiscal y Financiera de Hacienda con los Gobiernos regionales. Las excusas de Mas inciden en que en dichas reuniones no se toman decisiones y son meras sesiones informativas condicionadas por el hecho de que el Ejecutivo cuenta con la mayoría a la hora de votar. Un argumento peregrino que en ningún caso puede justificar la actitud de la consejera al eludir un encuentro en el que se hablaron de temas que atañen directamente a Cataluña.
Así, la autodeterminación fiscal y la condonación de parte de la deuda de la región con el FLA estuvieron encima de la mesa por iniciativa de los representantes autonómicos. Pero no porque la ministra María Jesús Montero lo pretendiera. Muy al contrario, la también vicepresidenta cuarta del Ejecutivo convocó a las autonomías a un Consejo técnico en busca de un acuerdo que limite al 0,1% el techo de gasto de las CCAA, lo que generó la lógica rebelión de las autonomías del PP. Pero la ministra dejó fuera del orden del día la reforma de la financiación autonómica, que lleva parada desde 2014, y las negociaciones bilaterales del Gobierno con la Generalitat de Cataluña para conceder a dicha autonomía "una financiación singular". Un trato de favor inaceptable del Ejecutivo con Cataluña que Montero esquivó pese a que es evidente que dicha negociación afecta al resto de CCAA. Se trata en definitiva de una actitud cómplice de Montero que es igual de reprochable que la de la consejera Mas. El resto de regiones no se merecen el ejercicio de ocultación de la ministra y sí saber, entre otras cosas, si pueden beneficiarse de la condonación de la deuda del FLA que se ha ofrecido a ERC y Junts.