Opinión

La propina del Banco Central Europeo

Christine Lagarde, presidenta del BCE

No sé ahora, pero antes, en los conciertos, se le llamaba "propina" a esos dos o tres temas "extra" que tocaba el grupo si estaba contento con la respuesta del público esa noche.

En los mercados la música la tocan los bancos centrales y son quienes establecen la duración del concierto. Hasta ahora no solían dar muchas propinas. Establecían unos objetivos de inflación -o de inflación y nivel de empleo en el caso de la Reserva Federal- y, una vez alcanzados, se acababa el concierto. Si la inflación superaba esos niveles ya no había más música, es decir, dejaban de bajar los tipos de interés y, en su caso, procedían a subirlos.

La Fed también suele esperar a que se estabilice un nivel de empleo concreto. Su objetivo, contrariamente al del BCE, no se limita solo a la estabilidad de precios. De hecho, mucha gente no sabe que para la Fed este es un objetivo casi más importante que el de inflación. Y ya les digo que no empezará el "tapering" -reducción de las compras de bonos- hasta que estén convencidos de que se han recuperado y estabilizado los niveles de empleo previos a la pandemia.

El proceso desinflacionista global, que empezó con la globalización, siguió con la crisis financiera y certificó finalmente la revolución digital, ha convertido a los bancos centrales en instituciones especialmente generosas. Llevan décadas bajando los tipos de interés e incluso estableciendo tipos negativos, una "rara avis" en la historia de la economía.

El motivo de tal generosidad es que están traumatizados. Europa estuvo muy cerca de la línea de no retorno de la "japonización", es decir, de entrar en un proceso de IPC negativo continuado acompañado de estancamiento económico persistente. En realidad, los culpables de que hayamos estado tan cerca de la "japonización" fueron los políticos, que durante décadas han ido creando un traje de cemento de burocracia, excesos regulatorios y falta de apoyo al empresariado que impide el desarrollo de la economía europea. Aunque esa es otra cuestión (pero no sobra aclararlo).

Con ese miedo en el cuerpo, los bancos centrales y muy especialmente el europeo están dispuestos a dar todas las propinas que sean necesarias antes de acabar el concierto. La Fed hace tiempo que dejó claro que, aunque la inflación alcance sus objetivos, no subirían los tipos de interés hasta que estén seguros de que no dañarán a la economía. El BCE ha hecho lo propio y lo ha comunicado oficialmente en su última reunión. Ahora su objetivo de inflación no es "cercano al 2%" sino algo así como: "cuando supere el 2% y luego ya veremos; según estemos de ánimo". Igualito que los grupos de rock y sus propinas en los conciertos.

Las consecuencias para los mercados son, en mi opinión, muy claras. A la renta fija -bonos de medio y largo plazo- le dan un respiro, pero poco más. Una cosa es que se retrase la subida de tipos y otra que no se vaya a producir, teniendo en cuenta las perspectivas de crecimiento económico y normalización de la inflación que se han creado con el "tsunami" de liquidez y los planes de estímulo económico, sin parangón en la historia económica europea.

Además, una cosa es que no suban los tipos de interés en mucho tiempo y otra muy distinta que, en el medio plazo, el BCE no proceda a reducir la compra de bonos. Y dado que son con enorme diferencia el mayor comprador de bonos europeos del mercado, que bajen el ritmo de compra afectará al precio, como ya le ha afectado la perspectiva de que ocurra.

En cambio, la renta variable no tendría por qué verse afectada en el medio plazo. En primer lugar, porque mientras la inflación no sea excesiva -y me refiero a la que quede cuando pase el efecto post pandemia- son muchos los activos y sectores bursátiles que se benefician de ella. Además, para que a la renta variable le afecten las subidas de tipos oficiales tienen que ser de cierta magnitud y mantenerse en el tiempo. A una empresa no le afecta tanto que el coste del crédito le suba medio punto si la economía va bien, pero sí le afecta si sube dos puntos y la subida se mantiene en el tiempo. Por eso en Nextep pensamos que las bolsas europeas seguirán disfrutando de una larga y rentable propina.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky