
Estos días asistimos atónitos a un ejemplo más de fuegos de artificio aplicados a la política española, a la versión monclovita de House of cards : la casi obligación que nos ha tratado de imponer el Presidente del Gobierno a todos para apoyar sus presupuestos de la reconstrucción.
Se trata de una petición tramposa en el fondo y en la forma. En la forma, porque se pide apoyo incondicional a algo que no existe: de los Presupuestos Generales del Estado para 2021 aún no hay ni un mínimo embrión, aún tienen muchos temas por decidir, ni siquiera ha aprobado el Congreso de los Diputados el nuevo límite de gasto no financiero, el conocido como techo de gasto, primer paso para su elaboración.
Además de su inexistencia, el gobierno no quiere debates sobre los mismos. No acepta que haya grupos que opinen diferente, exigen unidad ante sus presupuestos "patrióticos" sean los que sean, porque son los suyos, porque no hay posibilidad de otros, porque nadie puede elaborar unas cuentas mejores que las que vayan a hacer ellos. Ahora bien, en vez de tender puentes para llegar a acuerdos, para concluir en pactos inquebrantables, usan la sala de prensa de Moncloa para insultar al principal partido de la oposición por no plegarse a sus deseos. Esa es la verdadera cara de un gobierno para el que crispas si piensas diferente o no comulgas con sus postulados. El sempiterno " Estás conmigo o estás contra mí".
En cuanto al fondo del asunto, también nos ofrecen una dialéctica tramposa. Cuando se habla de presupuestos de reconstrucción no podemos obviar que la crisis no ha sido igual en todas partes, que algunos países han aguantado mejor que otros esta compleja y devastadora situación. Aquellos que reaccionaron antes, los que su confinamiento fue menos agresivo con las empresas y ciudadanos, aquellos que han conseguido transmitir seguridad a los turistas para que les visitaran y no hundir un sector que supone el 13% del PIB, todos esos países, necesitarán menos esfuerzo para volver a situarse en los niveles precrisis.
El Gobierno pide apoyos al tiempo que insulta al principal partido de la oposición
España, no. España está sufriendo la segunda peor caída del PIB de la OCDE a más de 7 puntos de la media de los países de la Eurozona y necesitará más tiempo y esfuerzo para salir de esta gran depresión. El impacto de la crisis en nuestro país será de mucha mayor gravedad que en el resto de países desarrollados y eso no es casualidad. No se puede mutualizar la incompetencia. Estos presupuestos tendrán que arreglar los problemas que en gran parte ha generado la incompetencia de un gobierno sin plan, sin ideas, sin equipo, sin hoja de ruta. Un gobierno que naufraga entre eslóganes, vacaciones millonarias a costa de todos, mentiras y palabras huecas. Tratar que todo el arco parlamentario mutualice tu incompetencia solo funciona en regímenes autoritarios.
Si a eso añadimos, además, unas cuentas públicas en las que la propia Comisión Europea ha tenido que aclarar que el presidente del Gobierno no decía la verdad, que mentía cuando afirmó, incluso en sede parlamentaria, que los nuevos fondos europeos estaban vinculados a la aprobación de unos presupuestos, el caos está servido. Más le vale al gobierno pensar en cómo ser capaces de que nuestro país absorba esos fondos europeos cuando hemos demostrado en el actual periodo 14-20 que tenemos verdaderos problemas para gastarlos, apenas el 34% a fecha de hoy.
Con estos precedentes, más que presionar a la oposición, un gobierno eficiente estaría estudiando la forma de conseguir dinamizar las diferentes administraciones públicas para prepararlas en ser capaces de levantar proyectos que absorban esos 140.000 millones de euros. Ese es el verdadero reto en la actualidad, pero de eso nada se sabe. Del plan presupuestario para Bruselas solo sabemos una fecha a mediados de octubre, pero ni una línea ni una idea. No sabemos si se congelarán salarios a funcionarios o no, si congelarán o no pensiones. Desconocemos si contendrá las subidas de las cotizaciones sociales de los autónomos o no. Si incorporarán las subidas de impuestos que integraban los presupuestos del 19 fracasados, o no. No sabemos nada de nada, ni una línea. Ignoramos absolutamente todo, pero el Gobierno, en el que unos dicen unas cosas y otros la contraria, pide un cheque en blanco, pide mutualizar su incompetencia. Ahí que no esperen al Partido Popular.
El presidente mintió al decir que las ayudas europeas estaban vinculada a los presupuestos
Los presupuestos que España necesita no los va a aportar el gobierno de coalición entre comunistas y socialistas cuando ya han demostrado sobradamente su incompetencia en todas las áreas. No van a dinamizar nuestra actividad bajando impuestos, ayudando al turismo, a los agricultores o a los autónomos. No van a ser unas cuentas que acerquen las infraestructuras a aquellas regiones que más lo necesitan o que apuesten por la eficiencia y eficacia en la administración pública y en la racionalización del sector público y del propio gobierno. No serán unas cuentas con sensibilidad social real más allá de la propaganda política o la foto pretendidamente efectista, o que apuesten por la I+D+i de forma decidida. El gobierno actual ha demostrado más que de sobra que serán presupuestos power point, con los que "España podrá", o "saldrá más fuerte" sobre el papel que todo lo aguanta, pero no serán los que necesitan los españoles para tener esperanza de recuperar su empleo, de poder volver a levantar la persiana de su negocio, para poder tener las mismas oportunidades se viva donde se viva o para conseguir un país mejor. Decía Abraham Lincoln que "No se puede escapar la responsabilidad de mañana evadiéndola hoy". Aplíquense, señores del Gobierno. No mutualicen su incompetencia. Espabilen de una vez.