Opinión

La Dolorosa

  • La vicepresidencia de Ribera surgió tras una bronca y una amenaza de dimisión en pleno
Sánchez e iglesias presentan al Rey la dolorosa factura de su gestión

Ocho meses de negociaciones para diez minutos de gloria. Como le dijo Su Majestad el Rey a Pedro Sánchez: "el dolor viene después". El presidente no ha tardado ni una semana en comprobarlo. Mientras Sánchez daba la orden a sus vicepresidentes aún en funciones, así como a altos cargos del Partido Socialista de no dar entrevistas ni hablar con la Prensa, Pablo Iglesias se saltaba la norma con una intervención en el programa de Wyoming en La Sexta, que tuvo récord de audiencia, y otra en eldiario.es.

"Sólo le falta dar a conocer el nombre y apellidos de los chóferes", comentaban con coña los tertulianos. Después de filtrar sus cuatro ministros, Iglesias deslizó el de su jefe de Gabinete, el ex jefe de Estado Mayor Julio Rodríguez, los secretarios de Estado y hasta algunos directores generales. La responsable del Alto Comisionado para la Agenda 2030, Cristina Gallach, se enteró por la Prensa que será sustituida por Ione Belarra.

Los deslices verbales de Iglesias, uno de los temores confirmados por Sánchez que prometen grandes sorpresas, sentaron como una patada en el estómago en el Palacio de Gobierno. Para más Inri, las filtraciones se producían al mismo tiempo que ambas formaciones rubricaban un protocolo de entendimiento, que les obliga a consultar todos los asuntos relativos al nuevo Ejecutivo.

Ribera amenazó con dimitir tras conocer por Iglesias que él  iba a gestionar la Agenda 2030

Las palabras se las lleva el viento. Moncloa respondió el jueves elevando a los altares de vicepresidenta a Teresa Ribera, la ministra de Transición Ecológica, que a partir de ahora será la encargada de pilotar las políticas relacionadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, justo las competencias que asumirá Iglesias a través de la Agenda 2030.

Ribera tuvo un conato de presentar su dimisión al enterarse del nuevo cargo de Iglesias, lo que probablemente llevó a Sánchez a compensarla con un ascenso para retenerla, según algunas fuentes. Las disputas entre los dos futuros vicepresidentes están servidas. Y el primer conflicto entre ambas formaciones también. El presidente se había comprometido con el líder de Unidas Podemos a tres vicepresidencias y no a cuatro.

Después de los diez minutos de gloria, comienza el dolor. El primer obstáculo son los Presupuestos. El coordinador general de ERC y vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, dejó bien claro esta semana en declaraciones a Catalunya Radio que el Ejecutivo central debería retirarse de las causas judiciales contra los independentistas, como una de las condiciones que ayudarían a dar su aprobación a las cuentas del Estado.

Los de ERC piden, en realidad, la excarcelación de Oriol Junqueras para que pueda plantar cara a Puigdemont, en caso de que se produzca un adelanto electoral en Cataluña. Asimismo, después de que el Supremo cerrara la puerta el jueves a la inmunidad de Junqueras y el Parlamento europeo se la retirara el viernes, Aragonés volvió a la carga: "sin la colaboración de la Justicia no habrá estabilidad legislativa", amenazó.

No habrá reformas. Ni techo de gasto ni Presupuesto salen adelante sin el independentismo

Un mensaje que asume sin rubor ni complejos el presidente del Gobierno, que durante el debate de investidura defendió sustituir la judicialización por el diálogo, y que ha incorporado a su vocabulario la expresión "conflicto político" para referirse a las relaciones entre Madrid y Barcelona.

Pero ahí no acaban los problemas. Quim Torra amenaza con atrincherarse junto al presidente del Parlament, Roger Torrent, para resistir en el cargo pese a la inhabilitación dictada por la Junta Electoral Central (JEC) y confirmada por el Supremo.

Torra ha dado un giro de 180 grados a su estrategia y de desdeñar las conversaciones con Sánchez ha pasado a liderarlas. Acordó en la llamada telefónica de este jueves recomenzar el diálogo después del domingo. ¿Cuál será el catálogo de exigencias de Torra y Puigdemont? Imagínense, autodeterminación, fin de las actuaciones judiciales...Imposibles de cumplir.

Sin el independentismos catalán, no se podrá aprobar el techo de gasto ni los Presupuestos, lo que obligaría a prorrogar las cuentas de Montoro otro año más. Pero tampoco se podrá derogar la reforma laboral al completo, introducir nuevos impuestos ó actualizar al IPC las pensiones, entre otros asuntos.

Como se explica hoy en elEconomista, si VOX ó PP presentan una enmienda a la totalidad, el Gobierno requerirá una mayoría reforzadas para pasar las cuentas públicas. Los expertos consultados dudan de que en la legislatura se hagan reformas de calado.

La hoja de ruta pactada con el líder de ERC es la reforma del Estatuto catalán a cambio de dos concesiones fundamentales: el control del poder judicial en Cataluña y la gestión de la Agencia Tributaria. Con el control de la Justicia y de la Hacienda catalanas, Junqueras pretende montar el 1-O dentro de unos años, cuando gane más respaldo popular. Pero ni eso será posible, porque la reforma del Estatuto requiere la aprobación por ampliar mayoría de la Congreso.

El único aspecto positivo es que la insuficienciencia parlamentaria puede favorecer que los cambios anunciados en temas laborales o impositivos se ralenticen o incluso, acaben incumpliéndose, como ocurrió en el último año.

Los fundamentos de la economía española aún son buenos y los tipos de interés cero permitirán que la deuda y el déficit se mantengan en cotas aceptables a corto o medio plazo. Por otro lado, la firma del primer acuerdo comercial de Estados Unidos con China la próxima semana ó el repunte que se espera en la economía alemana este ejercicio debería impulsar nuestro sector exportador y atemperar al enfriamiento económico

El problema es el deterioro de la confianza por la coalición gobernante. La sola presencia de Iglesias en el Ejecutivo produce urticaria entre los empresarios. Anunciar por adelantado un incremento adicional del 60 por ciento en el salario mínimo o un límite a coste de los alquileres son una bofetada gratuita a los inversores.

La estrategia de concentrar todas las competencias económicas, con excepción del empleo, en manos de los socialistas para garantizar que no se tomen medidas descabelladas puede ayudar a disipar algunos temores entre los empresarios.

El nombramiento del presidente de la AiReF, José Luis Escrivá, como ministro de Seguridad Social y Migraciones es una buena señal. La vicepresidenta, Nadia Calviño, es además una garantía de ortodoxia frente a la Unión Europea y ese es el discurso que defenderán los socialistas.

Pero los roces con Podemos, como los vividos en los últimos días, pueden minar pronto la sensación de tranquilidad.

Pese a la dificultades, Sánchez es un superviviente nato, como ha demostrado en las múltiples vicisitudes por las que pasó para llegar a la secretaría general del PSOE y luego para ser reelegido presidente del Gobierno. Si esperan una legislatura corta, probablemente se equivoquen. La alargará todo lo que pueda y más, aunque la factura que paguemos por ello sea dolorosa en términos económicos y de estabilidad política, como acertadamente advirtió el Rey.

PD.-Por lo demás, la semana estuvo marcada por las tensiones en Oriente Próximo, que dispararon el precio del barril de petróleo. La calma volvió a los mercados, después de comprobar que los misiles iraníes no produjeron víctimas mortales en el bando americano, y de que el Congreso haya limitado las actuaciones de Trump para emprender una guerra en solitario. Es una pena que España no aproveche este buen momento que ofrece la economía mundial para crecer y reducir sus históricos niveles de paro.

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