
"Nada hay más terrible que una ignorancia activa". Esta frase atribuida a Goethe, el escritor romántico alemán autor de Fausto debió de emerger a la mente de muchos de los asistentes a La Noche de la Economía mientras escuchaban a la vicepresidenta del Gobierno hablar de las excelencias y el buen momento de la economía española.
"Las cifras macroeconómicas deben animarnos" afirmó Carmen Calvo ante el estupor de los más de 300 representantes del mundo empresarial que asistían a la gala de los premios de elEconomista. Y lo hacía el mismo día en que habíamos conocidos los datos de paro del mes de noviembre, con un aumento de más de 20.000 personas en las listas del desempleo y un descenso de 53.114 afiliados a la Seguridad, lo que convertían a este mes en el peor noviembre desde el año 2013.
Una buena noticia al parecer para la vicepresidenta que previamente se había felicitado por tener más de 19 millones de personas trabajando, pero una auténtica burla a los más casi 3,2 millones de parados que hay en nuestro país y cada vez con menos esperanzas de encontrar empleo, sobre todo porque no sólo somos los campeones del paro de la UE, sino que todos los organismos internacionales y las instituciones nacionales están anunciando una caída en la creación de empleo para los dos próximos años, junto con una caída del crecimiento de la economía inferior al 2 por ciento para el próximo ejercicio, tasa por debajo de la cual la economía española no sólo ha demostrado que es incapaz de crear empleo, sino que lo destruye.
Como también es para animarnos que justo unas horas después de la descabellada proclama de la vicepresidenta, las estadísticas nos mostraban una caída del 21,3 por ciento en las ejecuciones hipotecarias del tercer trimestre, que caían a los niveles de 2014 y acumulaban 19 trimestres consecutivos de caídas.
Indicadores que venían a corroborar el pesimismo que muestra la carta enviada por la Comisión Europea alertando al Gobierno en funciones sobre el riesgo de "desviación significativa" en el borrador de Presupuestos para 2020, y las alarmas sobre el déficit y un endeudamiento que está ya en los umbrales del cien por cien del PIB. Mientras que la OCDE rebajaba dos décimas su previsión de crecimiento de la economía española este año, hasta el 2 por ciento, y a sólo el 1,6 por ciento en el próximo ejercicio.
Sumemos a esto el coste económico y social de las subidas de impuestos y cotizaciones sociales que prepara el Gobierno Frankenstein que está perpetrando Sánchez con el apoyo de los independentistas, que se traduce en menos inversión, mortalidad empresarial, destrucción de empleo y caída del consumo; añadido al también anunciado aumento de la fiscalidad sobre los planes de pensiones y el resultado no se aleja mucho de ese solar en que se puede convertir España en año y medio y del que alertaba un destacado dirigente empresarial al término de la última reunión de la Junta Directiva de la CEOE. El solar de Sánchezstein, como podríamos definirlo parodiando el popular programa infantil de finales de la década de los setenta y que protagonizaba el entrañable Pepe Carabias.
Estos son datos contrastables, señora Calvo. Datos que como el algodón no engañan y que contradicen ese zapaterismo económico que usted y su gobierno se empeñan en seguir y difundir, negando la mayor y olvidando que fue precisamente esa ceguera y ese engaño el que nos sumió en la mayor crisis económica de la historia reciente y a la que ahora ustedes parecen empeñados en volvernos a sumir.
Claro que, como dijo el poeta y crítico francés Nicolás Boileau, "la ignorancia siempre está dispuesta a admirarse". Suponiendo que sea sólo eso, un pecado de ignorancia y no de falsedad.