
Uso intensivo del transporte público, contaminación, vida social, densidad de población, patologías previas... Desde el estallido de la pandemia en España, los investigadores y médicos han barajado decenas de factores potencialmente responsables de espolear la transmisión del virus en el país, muy diferente en cada territorio. El primer análisis realizado tras la consolidación de la curva epidémica en cada comunidad autónoma permite cercar cuáles fueron, en realidad, aquellos condicionantes que marcaron la velocidad y la intensidad de los contagios del covid-19 en España. | EN DIRECTO: Todos los detalles de los rebrotes en el mundo
El Instituto Carlos III ha publicado los primeros resultados de su trabajo con un modelo epidémico preliminar construido con los datos ya ajustados en tiempo del ascenso de la curva del coronavirus en España. Desde el escenario nacional, la investigación cruza los datos profundizando en cada comunidad autónoma para entender los condicionantes y efectos de esos factores en estos espacios más limitados.
Así, las primeras conclusiones apuntan a que son cinco los factores fundamentales para explicar la naturaleza de la propagación del SARS-CoV-2 en cada comunidad autónoma: el número de plazas en residencias de mayores de 70 año, el porcentaje de sanitarios infectados, la movilidad interna en una ciudad y las respectivas movilidades externas a otros enclaves del país desde Madrid y País Vasco, los primeros focos de la epidemia.
El factor de las plazas en residencias ocupadas por mayores de 70 años es el que mayormente contribuyó a que el virus tomara velocidad. Por cada plaza más con estas características, el modelo establece un incremento del 17% en la expansión del patógeno en ese territorio. En la primera oleada del coronavirus, fue la población mayor de 70 años y la ubicada en residencias la más golpeada, por lo que el modelo se limita a reflejar esta realidad vivida.
La movilidad interna en una ciudad, medida con los datos de tráfico de teléfonos móviles, emerge como el segundo condicionante principal para la propagación del coronavirus. Un incremento del 10% en la movilidad de las personas se traduce en un 9% de mayor expansión. Esto es así, explica la investigación, por las características de la transmisión del covid-19, muy ligado al contacto social combinado con la falta de medidas de protección e higiene.
La movilidad externa entre territorios desde Madrid y País Vasco, los primeros focos de transmisión comunitaria del SARS-CoV-2, se han revelado influyentes en la dinámica de la epidemia en España. Así, a mayor movilidad hacia otras CCAA desde las citadas, el modelo establece un incremento del 7% para Madrid y del 4% para el País Vasco.
En último lugar, los investigadores concluyen que otra de las claves de la diferente diseminación del coronavirus en España reside en el porcentaje de personal sanitario infectado, que en nuestro país ha sido especialmente alto debido a que no contaron en las primeras fases con los medios de protección indicados para exponerse a los enfermos de covid-19. En este aspecto, el estudio alude a que los sanitarios funcionan como un factor doble. Por un parte, al constituir un grupo numeroso de contagios, provocan el aumento acumulado de casos en un territorio concreto. Por otro, ejercieron como vectores de transmisión de la enfermedad, por lo que en los lugares que registran un 10% de incremento en sanitarios infectados, este volumen se traduce en un 9% más de incremento de la propagación vírica.
Densidad y tamaño del hogar no fueron tan importantes
Por otra parte, los factores que el estudio descarta como condicionantes principales en la propagación territorial del SARS-CoV-2 se relacionan con los aspectos demográficos como la distribución por edad, la densidad de población o el número de miembros que conviven en un hogar. Esta puntualización resulta interesante ya que se ha usado para explicar la menor propagación del virus en países donde no es habitual convivir con varios miembros de la familia, como Suecia, donde la mitad de sus ciudadanos viven solos.

El número de pasajeros llegados en avión desde países con transmisión comunitaria del virus, el número de viajes en transporte urbano realizados por persona cada año o el estado de salud general de la población, teniendo en cuenta la prevalencia de patologías cardiovasculares, diabetes o enfermedades respiratorias, paradójicamente, tampoco han contribuido a la evolución de la epidemia en España del virus originado en Wuhan.
Estas conclusiones deben situarse dentro de los primeros resultados de una investigación que aún tiene que indagar en mayor profundidad en los factores para establecer una causalidad directa que ahora es inexistente.