Al inversor minorista español se le ha protegido tanto que se le ha infantilizado, y es hora de permitirle acceder a oportunidades que en los últimos años le han estado vetadas, como son las salidas a bolsa y como también sigue siendo el capital riesgo. Así lo reivindicaron los tres últimos presidentes del Instituto Español de Analistas, a los que elEconomista.es reunió en el Observatorio Los retos del sector financiero. El encuentro, moderado por Joaquín Gómez, director adjunto de elEconomista.es, contó con la actual presidenta de esta asociación profesional, Lola Solana, así como la de sus antecesores: Jorge Yzaguirre (presidente del IEA entre 2016 y 2022) y Juan Carlos Ureta (de 2010 a 2016). Esta institución agrupa a analistas financieros, economistas y asesores de inversión.
En España, la última gran OPV con tramo minorista fue la de Aena en 2015, que destinó un 5,7% al retail, además con gran éxito: la demanda de los pequeños inversores cuadruplicó la oferta. Desde entonces, las salidas a bolsa en este país (incluida la de Puig el año pasado, que fue el gran debut en toda Europa) se han reservado el derecho de admisión, excluyendo al minorista y priorizando al institucional. "Hemos protegido tanto al retail que le hemos dejado fuera del mercado", resumió Lola Solana, presidenta del Instituto desde 2022.
Lo cierto es que la gran mayoría del ahorro de las familias españolas no está en activos financieros, sino que todavía sigue en el ladrillo. Esto, a pesar de que, según explicó Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo de Renta 4 Banco, "a largo plazo, invertir en renta variable es igual de rentable, o más, que hacerlo en inmuebles". "La inversión en bolsa se ha demonizado; el minorista no puede acudir a las salidas a bolsa, ni al private equity... De alguna forma se le ha infantilizado", señaló. Cabe recordar que en España ya es posible para el pequeño inversor, desde 2022, entrar en capital privado desde sólo 10.000 euros, pero con la limitación de que esa cantidad no suponga más de un 10% de su patrimonio financiero.
"Es cierto que el private equity es ilíquido y, por tanto, nunca debería ser una parte de la cartera muy grande", explica Ureta, en alusión a que hay que tener ese dinero parado un determinado número de años, que pueden ser 5, 7 o más. "Pero, salvando esa advertencia, no veo ningún motivo para prohibir al minorista entrar en private equity en una proporción equis de su cartera; quizá, en lugar de establecer ese umbral de 10.000 euros, sería más lógico que fuera una determinada proporción del patrimonio", añade.
"Recuerdo, en la época de las privatizaciones en España, que de un día para otro había compañías que pasaban a tener un millón de accionistas", afirmó Jorge Yzaguirre -ex CEO de la Bolsa de Madrid- con los efectos que esto tiene para la liquidez del valor. Si las cosas iban bien, "la gente se animaba también en las siguientes privatizaciones; es una pena que ahora no sea así", lamentó. De alguna manera, España sigue pagando el estigma de la salida a bolsa de Bankia, que atrajo a 300.000 pequeños inversores.
¿Invertir en criptos?
Dentro de esa sobreprotección al minorista, ¿cómo enfocar el tema de las criptodivisas, activos que están muy de moda pero sujetos a una tremenda volatilidad y, sobre todo, que no están sometidos a una supervisión oficial sólida? (aunque es cierto que esto está cambiando con la regulación MiCA en Europa).
Lola Solana, que además de presidir el Instituto Español de Analistas es una gestora de referencia, conocida por el fondo Santander Small Caps, de Santander AM, fue muy clara: "No puedo invertir en algo que no sé valorar". "Mucha gente las compra porque en determinados momentos han podido ser un valor refugio; también hay quien las asimila a alta tecnología. Por otro lado, está demostrado que, desde un punto de vista de rentabilidad/riesgo, la cartera óptima incluye criptomonedas, porque lo han hecho muy bien". En su opinión, una opción es tener "una parte pequeña" de criptos dentro de una cartera diversificada, sólo para aquellas personas que entiendan este activo y que consideren que es una alternativa.
"Yo soy un partidario de las tecnologías digitales, pero las criptomonedas no acabo de entenderlas", afirmó, por su parte, Jorge Yzaguirre, que es uno de los padres del Ibex 35. Juan Carlos Ureta puso el contrapunto hablando a favor de las monedas virtuales: "Yo sí creo que es un activo importante, que ya tiene una capitalización de mercado de 3 trillion (billones) de dólares. Todo lo que sea mercado me gusta".
Es más fácil comprar Bitcoins que Letras
"Lo que es increíble es que, con una tecla, yo pueda comprar Bitcoin, o Ethereum, y sin embargo que me cueste muchísimo comprar un bono o una letra del Tesoro", lamentó Jorge Yzaguirre. En pleno boom de las letras, cuando la gente hacía cola a las puertas del Banco de España para comprar estos títulos de deuda a corto plazo, Renta 4 las comercializó: "Y los mayores niveles de captación de los dos últimos años los conseguimos en ese momento", recuerda Juan Carlos Ureta.
Actualmente nadie hace colas para comprar letras a 12 meses: si llegaron a dar a pagar un 3,9% en octubre de 2023 -el interés más alto desde la crisis de la deuda periférica de 2012- ahora apenas pagan un 1,8%. Esto tiene un lado positivo: esos ahorradores no tienen más remedio, si quieren batir una inflación que está cerca del 2%, que dar el paso y convertirse en inversores. "Totalmente. Ese dinero se va, al principio, a fondos monetarios y fondos de renta fija, y tarda algo más en dirigirse hacia fondos de renta variable. El que compra letras del Tesoro, cuando éstas vencen, poco a poco va diversificando", gracias, también, a la labor del asesor financiero, añade el presidente de Renta 4.
La cuenta paneuropea, ¿una revolución?
En un momento en el que Europa necesita atraer capitales, Bruselas trabaja en la creación de una cuenta paneuropea que seguiría el modelo de la cuenta sueca. En otras palabras, un producto de inversión que contaría con ventajas fiscales y que canalizaría los más de 10 billones de euros de ahorro de los europeos que duerme en depósitos. Sólo en España, el dinero aparcado en depósitos supera el billón de euros. ¿Será un brindis al sol o estamos ante una auténtica revolución del mundo de la inversión en Europa?
"Llevamos muchos años hablando de por qué en Europa el ahorro no va a los mercados de capitales sino que se queda en depósitos bancarios. Yo, sin querer ser un aguafiestas, sería cauteloso con las expectativas, porque ha habido ya varios intentos" que no tuvieron éxito, señaló Juan Carlos Ureta.
"El año pasado BME publicó un Libro Blanco en el que ya se hablaba de la cuenta sueca; lo que está claro es que es necesario un impulso fiscal para que la gente pueda mover el dinero de un producto a otro sin tener que aflorar unas plusvalías brutales", añadió Yzaguirre. "La cuenta sueca ha funcionado muy bien. Ha generado muchísimas salidas a bolsa, ha reactivado el sistema financiero y considero que es una fórmula que hay que probar. Tanto el informe Draghi como el informe Letta y el de la OCDE, además del Libro Blanco de BME, van en esa línea", explicó.
"Me da rabia que, desde 2018, prácticamente todos los meses y todos los años hayamos visto salidas de flujos de dinero de Europa y de España para irse a Estados Unidos", lamentó Lola Solana. "No es ya que se queden en depósitos, es que se llevan el dinero fuera de nuestros mercados". Se han dirigido a EEUU, "posiblemente atraídos por temáticas que no estaban tan desarrolladas en España, como la tecnología, la inteligencia artificial e incluso la sostenibilidad, cuando tuvo tanto tirón". También en busca de fondos cotizados o ETF, "una forma de invertir más barata, con menos comisiones, que en Estados Unidos está más desarrollada", explicó.
Esto está cambiando: "Por primera vez, en febrero, marzo, abril y mayo hemos visto que siguen entrando flujos en Estados Unidos, pero menos, mientras que en Europa están subiendo. Esto nos da esperanza", señaló la gestora. "El Ibex lleva dos años siendo el mejor del mercado, lo está haciendo muy bien. El PIB está creciendo, la inflación está controlada, los tipos están bajos pero no tanto como se esperaba, es decir, en un punto óptimo... si no entra dinero ahora ¿cuándo va a hacerlo?", añadió.
Impulsar las salidas a bolsa
Mientras que en Suecia han salido a bolsa en los últimos años cerca de 500 empresas, el mercado de OPV europeo está seco. ¿Es posible que se reactive en España? Recientemente, BME y la CNMV han lanzado una nueva modalidad cuyo objetivo es evitar que los debuts se frustren por motivos ajenos a las compañías, como ha sucedido en repetidas ocasiones en este país. Esta fórmula permite a las empresas dejar adelantados todos los trámites previos al debut antes de haber hecho efectiva la colocación, de modo que cuando encuentren el momento óptimo ese debut será más ágil. Las compañías tendrán hasta 18 meses para elegir ese momento. "El tener, por así decirlo, ventanillas abiertas durante un periodo de un año o más puede favorecer estas operaciones", afirmó Juan Carlos Ureta, que también hizo hincapié en la carga regulatoria: muchas compañías se echan atrás al ser conscientes de la tremenda tarea de supervisión que implica salir a cotizar.
Los hitos de cada presidente
Cuando se les preguntó por los hechos relevantes de sus respectivos mandatos, la actual presidenta, Lola Solana, destacó el cambio de nombre y de imagen del Instituto: ha suprimido la F final y ahora hablamos de Instituto Español de Analistas, sin el Financieros que antiguamente remataba la denominación: "El mundo ha cambiado y teníamos que incluir a analistas de todo tipo, de ESG, cuantitativos, geopolíticos...". También señaló Solana que el Instituto cuenta ya con 1.400 analistas, una cifra que no ha parado de crecer.
Yzaguirre, que formó parte del equipo que lanzó el Ibex 35 hace más de 30 años, tiene marcada a fuego la creación de Lighthouse, el servicio de análisis financiero independiente que puso en marcha el Instituto de la mano de BME. Fue la época en la que, por el efecto de MiFID II, se había reducido drásticamente el seguimiento de los valores de menor capitalización. "Vimos claro que había que crear un cuerpo independiente de análisis dentro del propio Instituto que analizase las compañías eh desde un punto de vista independiente". Ya son 40 las empresas antes huérfanas de análisis que hoy sí tienen seguimiento gracias a esta iniciativa.
Por su parte, Juan Carlos Ureta, que estuvo al frente del IEA entre 2010 y 2016, no olvidará lo que les supuso la crisis del euro: "En aquel momento era muy importante poner de manifiesto la importancia y las bondades de la moneda común, e hicimos un esfuerzo muy importante en este sentido". También tiene grabada la crisis de la banca española, "aunque más bien habría que decir la crisis de las cajas de ahorros; fue muy importante, y en toda la acción de reestructuración y reorganización del sector, también tuvimos una participación importante", enfatizó.