
España ha vivido una auténtica sequía de salidas a bolsa en los últimos años, y BME -Bolsas y Mercados Españoles- prevé impulsarlas, de la mano de la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Ambas han presentado este miércoles una inédita modalidad de debut que permitirá que las empresas empiecen a cotizar antes de haber realizado la colocación de acciones en el mercado. Dicho de otra forma, las compañías que lo deseen dejarán lista la parte burocrática de la salida a bolsa (aprobación del folleto, admisión de las acciones a cotización...) y podrán dejar pendiente la distribución de las acciones entre los inversores para el momento que consideren más adecuado, algo para lo que tendrán otros 18 meses, o incluso 24 en algunos casos. Una vez elegido el momento para saltar al mercado, este será más ágil.
El objetivo de todo esto es evitar que los debuts se cancelen a última hora por motivos geopolíticos que puedan afectar al apetito inversor (como en los últimos tiempos han podido ser la guerra en Ucrania o el Día de la Liberación).
España es pionera al implantar este sistema, que se ha consensuado entre CNMV y BME y que todavía está pendiente de la aprobación del regulador, un visto bueno que se espera para antes de las vacaciones de verano. De constituir un éxito, otros países podrían seguir los pasos de este mercado.
El nuevo procedimiento, llamado BME Easy Access, permitirá la admisión directa de las acciones a negociación sin haber realizado antes una distribución mínima entre los inversores (sin haber asignado el free float, que es la parte del capital que se negocia libremente en el mercado y que da liquidez a la compañía). Tradicionalmente, ambos procesos -el trámite formal con la CNMV, incluyendo la aprobación del folleto, y la búsqueda de posibles inversores para acordar un precio- transcurren en paralelo durante meses, pero ambos tienen que converger en una semana final que, en los últimos tiempos, se estaba complicando por factores externos a las compañías (recordemos casos como el de Europastry o Tendam). La idea con esta nueva modalidad es separar el proceso de salida a bola de las circunstancias macro y de liquidez de los mercados, evitando el riesgo de que circunstancias ajenas a las empresas aborten sus estrenos. Este proyecto ya fue adelantado por Rodrigo Buenaventura, el expresidente de la CNMV, el pasado diciembre.
Easy Access estará disponible para empresas con una valoración en bolsa de al menos 500 millones de euros, aunque la CNMV podrá autorizar el acceso al parqué por debajo de ese umbral.
Otra cuestión llamativa es que las empresas podrán debutar con un free float del 10%, frente al 25% que como norma general se exige actualmente; aunque, en cualquier caso, la regulación vigente ya contempla que la CNMV puede aceptar excepciones y permitir debuts con porcentajes de capital flotante inferiores al 25%. Por otro lado, ese 10% también es el porcentaje que establece la Listing Act, paquete normativo de la UE para revitalizar los mercados públicos que está aprobado y que próximamente se transpondrá en España, de modo que en unos meses se habrá normalizado que es posible cotizar con sólo un 10% de free float. Le puede interesar: Las exclusiones de bolsa de Catalana Occidente, Alba y Minor amenazan con borrar el 'efecto Puig''.
Como se ha señalado, desde la admisión a negociación las empresas dispondrán de 18 meses para conseguir ese mínimo del 10%. Si, transcurrido el año y medio, no lo han alcanzado, la CNMV valorará si les concede una prórroga de 6 meses más, o si inicia su exclusión de cotización. En total, hablamos de un periodo de hasta dos años durante los cuales la negociación de las acciones en el mercado estará limitada a los accionistas iniciales de la sociedad y a inversores profesionales, y sólo se realizará en bloques -operaciones previamente acordadas- de al menos 100.000 euros; quedan excluidos, por tanto, de esta fase preliminar los minoristas, por el riesgo de que la empresa no logre suficiente demanda y termine siendo excluida, lo que los podría dejar atrapados en el capital. Los inversores retail podrán acceder una vez que el free float haya alcanzado al menos el 10% y la compañía salga a bolsa. En el caso de que finalmente la compañía no consiga la distribución mínima y sea excluida, los inversores institucionales que ya hayan entrado en el accionariado no recibirán compensación alguna.
Según ha explicado este miércoles, en un evento organizado en el Palacio de la Bolsa de Madrid, Carlos San Basilio, presidente de la CNMV, ante el surgimiento de nuevas plataformas que roban cuota a las bolsas tradicionales "estamos viendo cómo la negociación se está dispersando excesivamente y cómo las bolsas pierden su papel de ancla en la fijación de precios". Más aún cuando "esas plataformas alternativas están en manos de entidades americanas", algo que "nos obliga a repensar cómo recuperar ese papel de ancla en el proceso de fijación de precios". El lanzamiento de BME Easy Access se produce tras comprobar que, en los últimos años, el 50% de las OPV se han echado atrás por motivos geopolíticos, al no poder saber las compañías cuáles iban a ser las condiciones del mercado que se iban a encontrar en el momento de salir a bolsa, ha añadido. Por otro lado, esta modalidad no implica ningún cambio legislativo, ya que entra dentro de los márgenes que contempla la CNMV para empresas que no cumplen con el free float mínimo. Lea también: el mercado espera el estreno de hasta seis compañías a la bolsa española en 2025.
"En el nuevo tablero de juego internacional es urgente tomar medidas que permitan revertir o detener la pérdida de influencia y competitividad de las economías del Viejo Continente", ha comentado por su parte Juan Flames, CEO de BME. "Fortalecer nuestro mercado de capitales es cuestión de Estado", ha añadido.
