Bolsa, mercados y cotizaciones

Estados Unidos es ahora menos predecible que Europa, Powell tiene que esperar

Donald Trump, presidente de EEUU y Jerome Powell, presidente de la Fed
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Van pasando los meses en este 2025 y cada uno, o cada período marcado por unas cuantas semanas, se caracteriza por la ocurrencia de determinados eventos, datos o noticias que van definiendo la situación de los mercados en cada momento. Dicho esto, parece que esto no sea diferente a lo que ha ocurrido en otros momentos del pasado, que las situaciones van definiéndose como resultado de los distintos hechos y motivos que dan lugar a reacciones de mercado. Pero asistimos actualmente a una casuística diferente en varios sentidos.

Por un lado, parece llamativo el hecho de que esos períodos temporales que se concatenan vienen reflejándose en direcciones opuestas en los comportamientos, para bien o para mal. Y esto no es sino la plasmación de una época de gran volatilidad en la que lo bueno o malo que afecta de manera importante a los precios de los activos antecede a lo malo o bueno que ocurre en un momento posterior. Y esto acaba por provocar un comportamiento de diferentes mercados que se refleja en las curvas que recogen las valoraciones en dichos mercados, una especie de dientes de sierra más o menos extendida en el tiempo. Algo que no ayuda a que el mercado se estabilice y gane confianza, porque no es lo mismo empezar en 1.000 para subir a 2.000 caer a 0 y volver a 1.000 unas semanas después, que haber tenido un comportamiento en ese período que no se alejara mucho de ese nivel inicial. Ni mucho menos es lo mismo.

Por otro lado, en ese comportamiento parece estar gran parte del quid de la cuestión de otro aspecto diferencial de esta temporada: esta variabilidad en las reacciones que no es sino fruto de una toma de decisiones en determinados aspectos que no sigue un modelo predecible. Me refiero a lo que ha venido surgiendo de las opiniones, actuaciones, decisiones y formas, que también son importantes, por parte de la Administración Trump en lo que a la actual guerra comercial se refiere; aunque también respecto a otros varios factores y cuestiones de perfil geopolítico. Por eso mismo, quizás, esos dientes de sierra son más cortos en el mercado americano, con variaciones que se van sucediendo, de lo que lo son en el mercado europeo, donde fundamentalmente hay 2 variaciones opuestas en las últimas semanas.

No todo es una cuestión de tarifas actualmente, sino que detrás de esto aparecen también otras cuestiones que en no pocas ocasiones son, precisamente, las que hacen desencadenar, encender y potenciar las reacciones más agresivas en lo que a aranceles al alza se refiere. Son decisiones poco meditadas, en una especie de berrinches en los que la bola que se devuelve, como si de un partido de tenis se refiere, cada vez avanza con más fuerza y hasta que flaquee el rival. Y, de hecho, no siempre se cierra el punto cuando flaquea el rival. En otras muchas ocasiones se cierra cuando el público decide que todo eso no puede ser así y reacciona comprando o vendiendo. Cuando lo que compra es uno de los pocos activos que ha mantenido su cualidad de inversión defensiva, rol que en algunos momentos ha sido exclusividad del oro; o cuando se vende lo que, en otros momentos, no ha sido objeto de ello, como los bonos americanos, también el rival que más ataca. En este caso Trump ha decidido aflojar el ritmo y acabar por jugar mucho más pausado. Y esto también ha sido parte de lo que ha vuelto a provocar cambios de dirección en los mercados, también difícilmente predecibles, el más claro viene del reciente acuerdo de pausa de 90 días, y recalibración de condiciones, con China

Todo esto, aunque en algunas ocasiones haya sido para bien, para mejorar, no hay más que ver la buena racha de las bolsas en días recientes, no es bueno de cara a que los mercados ganen estabilidad y confianza, porque sus comportamientos dependen de decisiones nada fáciles de anticipar. Si echamos un vistazo al comportamiento de bolsas y tipos de la deuda en algunas de las principales economías, como Estados Unidos o Europa, podemos ver esos picos y valles concatenados que han ido de la mano de todas esas decisiones erráticas plasmadas en titulares muy sonantes. Y este comportamiento queda mucho más claro en el mercado americano. Desde finales de marzo, semana previa al inicio de ese Día de la Liberación para Estados Unidos, las bolsas en aquel mercado han ido enseñando, de manera consecutiva, 2 retrocesos y 2 recuperaciones, para volver ahora a los niveles iniciales de este rango de estudio. Y lo mismo ha pasado con las rentabilidades de los bonos americanos, que incluso han acortado más sus comportamientos diferenciados, hasta ver 3 caídas de rentabilidad que antecedían a otras tantas recuperaciones, para volver a los niveles iniciales, del entorno del 4,34% actualmente. Ir para volver al mismo sitio, pero con mucho movimiento entre medias. Y eso ha ido acompañándose de los lógicos movimientos en los índices de volatilidad.

Sin embargo, las bolsas de Europa, inicialmente algo más afectadas por el comienzo de esa denominada Liberación, también han concatenado una recuperación de la totalidad de lo perdido tras los anuncios de la pausa de 90 días en la aplicación de las nuevas tarifas. Un tiempo que se ha entendido de negociación para acabar en un punto menos disruptivo, como va alimentándose en diferentes titulares. Asimismo, los tipos en Europa tampoco han mostrado tanta diferencia arriba y abajo de manera consecutiva, como en el caso americano, y el Bund alemán ofrece un comportamiento en las últimas semanas mucho más estable, en el entorno del 2,65% actual.

En definitiva, el mercado europeo resulta en los últimos tiempos más predecible que el americano, en parte también porque juega con un as en la manga a través del que los efectos nocivos de una guerra comercial agresiva, a expensas de que las negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos vayan avanzando, se compensan en parte con un plan de inversión en defensa e infraestructuras que deberá de ser un buen empujón para las economías, con Merz ya elegido tras el susto inicial. Y esta mayor claridad se refleja, también, en lo que el mercado espera del BCE en términos de recortes, después del visto en su última reunión, que no va más allá ahora mismo de los 2 recortes adicionales en lo que resta de 2025. En Estados Unidos, mientras tanto, la situación aparece como menos definida y se monitorizan diferentes aspectos. El primero, lo capaz que es su economía de aguantar en términos de crecimiento después de los últimos datos de la semana pasada en los que el crecimiento preliminar para el primer trimestre ya viene afectado a la baja por el incremento de importaciones antes de que los aranceles empiecen a funcionar de manera definitiva. El segundo, los efectos en inflación, el dato de la semana que viene será importante. El tercero, la evolución de un mercado laboral que no recoge aun debilidad de manera clara. Y el cuarto los resultados empresariales del primer trimestre que están saliendo y sorprendiendo al alza, otra vez.

La bolsa, en este sentido, está bastante sostenida por este último factor y por lo que el mercado espera de la Fed, que son 2 y 3 recortes en 2025, tras una reunión de la Fed en la que Powell hizo patente la necesidad de extender la pausa, antes de volver a recortar tipos, a la espera de los efectos que puedan venir de unas negociaciones comerciales que arrojan ahora titulares más positivos, aunque aún se tengan que plasmar en firmas y no ser sólo esperanzas. Si todo sigue así, aguantando en la macro y mejorando como lo hace en términos de las bolsas, puede que sean, efectivamente, fueran demasiados los recortes que se esperaban (hasta 4 o 5 defendían algunos analistas). Powell ha vuelto a manejar bien el discurso y a hacer entender a los mercados que no tenía muchas más opciones que no tomar decisiones, al menos de momento.

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