Coincidiendo con su visita a Madrid, Aiman Shanks, director de inversiones del Schroder ISF QEP Global Core, atiende a elEconomista.es. Se trata de un fondo con un track récord de 25 años que invierte en renta variable global siguiendo pautas cuantitativas. No obstante, Shanks, es capaz de ofrecer su visión sobre el mercado de renta variable global, que tan interesante está, sobre las oportunidades de inversión que divisa, la situación de las grandes tecnológicas, y las perspectivas y claves que marcarán los mercados este año y los próximos.
En lo que llevamos de 2025 hemos visto picos de volatilidad muy altos. De hecho, en algunos momentos el VIX ha registrado varias semanas consecutivas con revalorizaciones que restan visibilidad a la inversión ¿Cómo invertir en este entorno tan complicado? ¿A ustedes les sirve para identificar oportunidades?
Es habitual que el VIX repunte en momentos de incertidumbre en los mercados, pero la subida constante del índice en las últimas semanas ha coincidido con indicios de un cambio de paradigma más amplio en los mercados de renta variable tras la relativa calma de los dos últimos años. En todo caso, cabría esperar que el indicador del miedo de Wall Street hubiera subido aún más, si bien, es muy probable que la volatilidad siga aumentando en el futuro inmediato. Sin embargo, aunque la volatilidad elevada se asocia normalmente con la debilidad del mercado, no es necesariamente algo malo para los gestores activos, ya que también crea oportunidades para la selección de valores, en particular cuando los inversores reaccionan de forma exagerada al flujo de noticias a corto plazo. La experiencia que hemos adquirido gestionando la estrategia Schroder QEP Global Core durante los últimos 25 años demuestra que nuestra rentabilidad relativa suele mejorar durante los momentos de mercado más volátiles, precisamente por este motivo. La alta volatilidad también está muy correlacionada con cambios en el liderazgo del mercado, lo que también nos brinda otras oportunidades de inversión que aprovechar.
En las últimas décadas, Wall Street casi siempre ha conseguido unas rentabilidades superiores a las del resto de mercados, pero en 2025 está ocurriendo lo contrario. ¿Creen que esta tendencia se va a mantener en lo que queda de año? ¿Y más allá?
El mercado de renta variable estadounidense ha ocupado la primera posición por rentabilidad en los últimos años, aunque se ha debido en gran medida al buen comportamiento de los valores denominados como los Siete Magníficos. En lo que va de 2025, esta tendencia se ha invertido y han sido los mercados de renta variable europeos los que se han beneficiado del aparente declive del excepcionalismo estadounidense. La debilidad del S&P 500 no se debe únicamente a la gran corrección de los pesos pesados del índice, ya que incluso la media de las acciones estadounidenses se ha quedado muy por detrás de las europeas. Las encuestas sobre el posicionamiento de los gestores de fondos ponen de relieve un alejamiento muy significativo de EEUU este año, lo que paradójicamente puede ser un buen augurio para EEUU en el futuro, ya que todos los inversores alcistas ya han sido expulsados.
Sin embargo, incluso después de la reciente corrección, el mercado estadounidense sigue estando muy bien valorado en comparación con el resto del mundo, a la vez que las perspectivas de oportunidades atractivas en otros mercados han aumentado, lo que refuerza los argumentos a favor de la diversificación regional en las carteras de los clientes, en particular para aquellos con un fuerte sesgo de valor. Creemos que la debilidad del mercado estadounidense probablemente continuará a corto plazo, pero no parece que se vaya a repetir lo ocurrido a principios de la década de los 2000, cuando EEUU quedó rezagado durante casi una década a medida que la burbuja de las TMT (telecomunicaciones, medios y tecnología) se desinflaba.
¿Ha pinchado la burbuja de la Inteligencia Artificial (IA)? ¿Les sigue quedando recorrido a las (cada vez más numerosas) empresas dedicadas a este ámbito?
No calificaríamos de burbuja el reciente entusiasmo por la IA. A diferencia de lo que sucedió a finales de la década de 1990, la mayoría de los valores relacionados con la este sector que mejor comportamiento han tenido desde el lanzamiento de Chat GPT en noviembre de 2022 se han visto respaldados por una alta rentabilidad, un fuerte crecimiento de los beneficios y unas perspectivas sólidas, especialmente en el caso de los hiperescaladores (Amazon, Meta, Alphabet, Microsoft) y el fabricante de chips avanzados Nvidia. Su reciente corrección ha sido sustancial, pero no insana, y se corresponde con su baja rentabilidad en 2022. Dicho esto, todavía queda mucho por decidir sobre si el billón de dólares de capex previsto para inversiones relacionadas con la IA en áreas como los centros de datos, los chips y la mejora de la red eléctrica dará sus frutos. Tendremos que ver más estudios de casos concretos de aplicaciones que mejoren la productividad más allá de la codificación y la manipulación del lenguaje, o la llegada de una aplicación revolucionaria para el sector, antes de que esto se aclare. Más que un tema dominante, sospechamos que las perspectivas de beneficios de los valores que componen el sector serán el motor más importante de su rentabilidad, mientras que el sentimiento general hacia la Inteligencia Artificial influirá en la recompensa relativa y el castigo impuesto a los ganadores y perdedores que se perciban.
Entre sus 10 principales posiciones en el Schroder ISF QEP Global Core se encuentra Tesla, ¿Están preocupados con la corrección que ha desarrollado en los últimos meses? ¿Ha sido demasiado duro el mercado con esta compañía?
Tesla es el valor que menos nos gusta de los Siete Magníficos, pero dado que la estrategia Core tiene en cuenta el índice de referencia, el peso significativo de Tesla en el índice justifica nuestra posición por motivos de gestión del riesgo. Mantenemos en Tesla una posición de menor tamaño que su peso en el índice de referencia (el índice MSCI World), que ha sido un viento de cola para la rentabilidad relativa desde que alcanzó su máximo en diciembre de 2024, pero la volatilidad inherente de Tesla nos lleva a pensar que es mejor no asignarle gran parte de nuestro presupuesto de riesgo y, en su lugar, dejar que el proceso de inversión añada valor a través de un espectro mucho más amplio de valores disponibles. En el futuro, Tesla se enfrenta a una competencia cada vez más fuerte y su rentabilidad futura dependerá en gran medida de si puede convertirse con éxito en una empresa de software dominante centrada en la conducción autónoma. Desgraciadamente, esta pregunta no tendrá respuesta hasta dentro de varios años.
¿Dónde cree que estarán en lo que queda de año las grandes oportunidades de inversión?
A un alto nivel, los inversores están inclinándose por las áreas más defensivas del mercado y están diversificando lejos de EEUU, a favor de Europa y los mercados emergentes. Esto es algo totalmente racional dadas sus valoraciones más baratas y la mejora del crecimiento de los beneficios. Sin embargo, sigue habiendo muchos valores de alta calidad en todo el mundo que también cumplen estos criterios, y no creemos que los inversores necesiten adoptar una visión top-down sobre las perspectivas económicas o geopolíticas para ganar dinero. Tenemos preferencia por los valores de mayor calidad, ya que tienen mayores barreras de entrada, pero es importante no pagar de más por esta seguridad. Creemos que este es un mercado de selectores de valores en el que una buena selección de valores bottom-up conducirá a los mejores resultados para nuestros clientes, en lugar de tratar de prever acontecimientos casi imprevisibles. Mantener la disciplina y la diversificación es clave en los mercados más volátiles.
En un contexto de guerra comercial, ¿le da miedo invertir en empresas muy internacionalizadas a las que les pueda suponer un reto las barreras arancelarias?
Hasta ahora el mercado no ha distinguido muy claramente entre ganadores y perdedores de los aranceles, presumiblemente porque los inversores asumen que los aranceles son una táctica de negociación y que no se impondrán, ni de lejos, a los niveles que pueden sugerir los titulares de las noticias. Por supuesto, esto podría cambiar y, en realidad, nadie lo sabe por el momento, pero todo se reduce a lo que se descuenta y seguirá habiendo buenas oportunidades para las acciones mundiales siempre que el colchón de valoración sea atractivo.
Las pequeñas empresas de EEUU eran, a priori, unas de las grandes señaladas como beneficiadas de la llegada de Trump a la Casa Blanca, pero el Russell 2000 está siendo uno de los más penalizados en el año. ¿Espera que esta situación cambie?
El repunte de las empresas de pequeña capitalización se desvaneció rápidamente, sobre todo porque parece que la agenda política del presidente Trump está dando prioridad a unos aranceles hostiles para el mercado frente a la desregulación y los recortes fiscales, que serían mucho más favorables para los valores cíclicos nacionales. Al mismo tiempo, la economía estadounidense parece estar perdiendo impulso, lo que supone otro viento en contra para las empresas más pequeñas. Creemos que las acciones de pequeña capitalización están baratas por una razón y siguen teniendo altos niveles de deuda, lo que las hace vulnerables en caso de recesión económica. Como siempre, hay excepciones a nivel de valores, pero como grupo no confiamos en que recuperen sus pérdidas recientes. Las acciones de mediana capitalización son igualmente atractivas desde el punto de vista de la valoración, pero presentan un mayor crecimiento de los beneficios y unos balances más sólidos, por lo que no tiene por qué tratarse de una elección entre valores de gran capitalización y valores de pequeña capitalización.
La evolución del dólar en las últimas semanas también ha llamado la atención del mercado, ¿a qué cree que responde esta debilidad de la divisa estadounidense?
El dólar estadounidense subió con fuerza inmediatamente antes y justo después de la victoria de Trump el pasado noviembre. En teoría, los aranceles y una economía más fuerte deberían beneficiar al billete verde, pero la incertidumbre sobre el caótico y rápido ritmo de las órdenes ejecutivas desde finales de enero, junto con el impacto que esto está teniendo en la economía estadounidense, ha mermado claramente el entusiasmo de los inversores por los activos en dólares. El dólar aún podría tener un buen comportamiento si se produce una huida hacia los activos defensivos y si la persistente inflación impide a la Reserva Federal relajar significativamente su política monetaria, pero sospechamos que, por el momento, es probable que se mantenga dentro del actual rango de precios.