Bolsa, mercados y cotizaciones

La brecha entre Wall Street y la bolsa china roza los 10 puntos desde la victoria de Trump

  • En los últimos 12 meses, la diferencia entre China y EEUU es casi inexistente
  • Sin embargo, desde las elecciones la distancia a favor del S&P 500 es pronunciada
  • El potencial de los índices orientales es superior al de la bolsa 'yankee'
La guerra comercial, condicionante activo de los mercados.
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Este lunes 20 de enero pasará a la historia como el día en el que Donald Trump jurará su cargo como el 47º presidente de Estados Unidos. Una fecha que se presume clave para el devenir de la economía del país norteamericano y de sus mercados financieros, pero que también tendrá repercusión en el resto de grandes motores económicos del planeta. De hecho, ya la está teniendo.

El magnate yankee "lleva semanas lanzando mensajes, en forma de amenazas, que permiten prever hacia donde se dirigirá su nueva Administración en relación con el resto del mundo y en política interna", destaca Jesús Sánchez-Quiñones, Consejero Director General de Renta 4 Banco en una de sus últimas tribunas en elEconomista.es, algo que se ha dejado sentir en los mercados de renta variable asiáticos en general y en los chinos en particular.

Y es que, desde que el pasado 5 de noviembre el empresario republicano se proclamó vencedor en los comicios electorales del país, la brecha entre la bolsa estadounidense y la china se ha disparado. El S&P 500 saca hasta 10 puntos de diferencia frente al índice de referencia en Shanghai, el Shanghai Shenzhen CSI 300 Index. Una distancia que llama la atención al ser la diferencia entre ambos índices casi inexistente en los últimos 12 meses (ver gráfico). De hecho, en el último año, el Hang Seng de Hong Kong se revaloriza más que el propio S&P 500.

Pocos analistas pueden discutir que, como indican George Brown y David Rees de Schroders, "China será probablemente el país más afectado por las agresivas políticas de Trump". No obstante, no hay que olvidar que estas políticas "podrían provocar un gran estímulo fiscal para impulsar la demanda interna", señalan desde la multinacional británica de gestión de activos.

Los estímulos que ya ha inyectado el país han favorecido que, por ahora, la economía de China haya alcanzado el objetivo de crecimiento del 5% que el gobierno se autoimponía el año pasado. El bombardeo de estímulos y el auge de las exportaciones han sido claves para el impulso de la actividad, aunque los inminentes aranceles estadounidenses amenazan con eliminar un motor clave de la expansión.

"La economía china cerró 2024 con un balance positivo, superando las expectativas del consenso y sugiriendo que la economía podría mantener un impulso aceptable en 2025. El resultado, que batió el consenso, se vio favorecido no sólo por la fuerte tasa de crecimiento secuencial del cuarto trimestre (1,6% intertrimestral), sino también por las revisiones de los datos retrospectivos, que redujeron el crecimiento del cuarto trimestre de 2003 y aumentaron el de los trimestres segundo y tercero de 2004", destaca Robert Gilhooly, economista jefe de mercados emergentes de abrdn, que incide en que ha sido "un giro del perfil del PIB el que ha ayudado a impulsar la tasa de crecimiento interanual y anual".

Ese es uno de los motivos por el que el consenso de mercado sigue viendo en la bolsa china potencial para recuperar parte del terreno perdido tras los comicios en EEUU y volver a cotizar en línea con el S&P 500, como en los últimos 12 meses.

Según la media de analistas recogida desde Bloomberg, tanto el Shanghai Shenzhen CSI 300 Index como el Hang Seng de Hong Kong tienen un recorrido que roza el 20% y el 30%, respectivamente, pese a ser identificadas por analistas e inversores como selectivos en los que la inversión será más arriesgada por estar potencialmente afectadas por proteccionismo y la agenda de Trump.

Potencial y recomendación de la bolsa china
Potencial y recomendación de la bolsa china

"Si el mercado de bonos sirve de indicador, las perspectivas económicas de China parecen sombrías. Sin embargo, creemos que aún hay potencial para que China rejuvenezca su crecimiento y evite el riesgo de una japonización", concluyen por su parte desde DWS.

Además, es probable que China vuelva a intentar evitar los aranceles desviando el comercio a través de terceros. "Pekín no se tomaría a broma las medidas de Trump. Un crecimiento económico mucho más débil probablemente daría lugar a un gran estímulo fiscal para impulsar la demanda interna a través del gasto en infraestructuras y el consumo y, finalmente, conduciría a una cierta reaceleración económica de China en 2026", aseguran desde Schroders.

Efecto divisa

Tampoco hay que olvidar en as en la manga con el que juega China: el tipo de cambio. Probablemente se debilitaría para compensar parte del impacto de los aranceles, según vaticinan algunos expertos. Y más si se tiene en cuenta la experiencia de la primera guerra comercial, que sugiere que la divisa oriental, el renminbi, podría debilitarse hasta 9 dólares por cada yuan.

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