
Es inevitable. 2024 está protagonizando ya los últimos coletazos del ejercicio. Al menos en términos estrictamente bursátiles. Y es que quedan menos de 10 sesiones para dar carpetazo al año. El mercado entra en una fase que inversores y analistas han utilizado tradicionalmente para hacer balance del curso, para pensar en rebalancear sus carteras y para marcarse nuevos objetivos de cara al año que se inaugurará en apenas 15 días. Y, en esta ocasión, con más motivos.
No en vano, la recta final de año -como ocurre casi siempre- tiene visos de que va a ser clave para las bolsas mundiales. Más si cabe, si se tiene en cuenta la apariencia técnica que proyectan los principales selectivos bursátiles mundiales, que apunta a un rally de final de año que acerque a los selectivos de referencia del Viejo Continente a épocas pretéritas, casi olvidadas, como la burbuja puntocom.
Pero también, fundamentalmente, al afrontar el mercado un momento propicio para aprovechar los últimos coletazos alcistas de 2024 y lo que venga. Sobre todo, tras la decisión de este jueves del BCE de reducir de nuevo los tipos de interés (y ya van cuatro ocasiones en las que lo ha hecho este año) y de dejar la puerta abierta a más rebajas en el precio del dinero en el futuro ante la evolución de la economía continental. Una tendencia que favorece el apetito por el riesgo y, por ende, espolea inmediatamente a los índices de renta variable.
De hecho, el aterrizaje suave en EEUU, la flexibilización de los bancos centrales y la estacionalidad positiva de fin de año son algunos de los factores a los que aluden los expertos como catalizadores para "seguir haciendo que los mercados de acciones obtengan ganancias para terminar bien el año, junto con condiciones de menor sobrecompra", sentenciaba esta semana Jun Rong Yeap, de IG en declaraciones a Bloomberg. Algo en lo que coincide Joan Cabrero, analista técnico y estratega de Ecotrader: "Tras una consolidación tan prolongada, la sobrecompra acumulada se ha eliminado por completo, dejando al principal índice europeo en una posición óptima para retomar la tendencia alcista de los últimos años".
La flexibilización monetaria y la estacionalidad, catalizadores para terminar bien el año
En este contexto, los alcistas europeos empiezan a pensar ya en las siguientes resistencias a batir, que se encuentran a tiro de piedra. El techo temporal que el EuroStoxx 50 encontró en abril de 2024, al alcanzar los 5.120 puntos, está ahora a menos de un 3% de distancia.
"Los múltiples vientos en contra del crecimiento en la zona del euro crean las condiciones previas para unas mejores perspectivas en el futuro en Europa", explican David Kohl, y Sophie Altermatt, de Julius Baer, quienes apuntan a "una política monetaria más flexible como principal instrumento para simular el crecimiento y una presión a la baja sobre los costes laborales para recuperar la competitividad internacional de los precios".
Esa es una de las razones por las que, aunque de manera minoritaria (y en contra de la estadística), algunas firmas de inversión apuntan a un potencial de las bolsas europeas superior al de las estadounidenses de cara a 2025. Algo que el consenso de mercado corrobora. Según las proyecciones de la media de firmas de inversión que recopila la agencia de comunicación, el EuroStoxx 50 (13%), el Dax 40 (9%) e incluso el Ibex 35 (casi un 13%) tienen más recorrido que el S&P 500 (8,5%)de cara a 2025.
Según las proyecciones el EuroStoxx, el Dax y el Ibex tienen más recorrido que el S&P 500 de cara a 2025
"Europa alberga algunas potencias industriales que están afianzando su posición en áreas maduras para un potencial crecimiento mundial a largo plazo", comenta al respecto Lara Pellini, gestora de renta variable. Y el trackrecord acumulado en 2024 (y en el último lustro, también) juega a su favor. Y es que, en cuatro de los últimos cinco años, el S&P 500 ha logrado batir el comportamiento de la principal bolsa de Europa.
Desde Janus Henderson, el gestor de cartera Tom O'Hara sostiene que una dinámica geopolítica favorable y la posibilidad de una recuperación cíclica a medida que repunte el crecimiento, "podrían contribuir a impulsar la renta variable europea en 2025".

Desde Creand Wealth Management apuntan a que "los próximos meses deberían ser alcistas para las bolsas, gracias a la reducción de impuestos corporativos y el previsible impulso al crecimiento", aunque eso sí, no pierden de vista la crisis política en las principales economías europeas, con elecciones anticipadas en febrero en Alemania y la caída del Gobierno de Michel Barnier en Francia.
Sea como sea, de la superación de los máximos del año en los 5.125 puntos depende que la bolsa europea prosiga con su trayectoria alcista. "El objetivo a medio plazo del EuroStoxx 50 está en los máximos históricos de la burbuja tecnológica del año 2000, en torno a los 5.500 puntos", detalla Cabrero, que recuerda que si esta hipótesis se confirma, todavía habría un margen de subida adicional cercano al 10%. Un objetivo que podría ser incluso más ambicioso si se tiene en cuenta que desde un punto de vista técnico, es habitual que un nuevo impulso alcista recorra al menos la amplitud del rango lateral previo, "lo que podría llevar al índice hacia los 5.800 puntos, representando un recorrido alcista de hasta el 15% desde los niveles actuales", destaca el experto.
Esas son cotas que evocan otra época en la que firmas como Nokia dominaban el mercado, pero que vieron como la irrupción de nuevas tecnologías, cambios en la regulación, la evolución de los patrones de consumo y nuevos competidores provocó un ajuste continuado de su posición relativa de las compañías.
Se trata de compañías que desaparecieron tras gozar de posiciones de dominio en sus respectivos mercados", expresaba Ricardo Jiménez, de Harmon, en una de las últimas tribunas escritas para elEconomista.es.
El Ibex 35 ha conseguido marcar un nuevo máximo creciente dentro de su tendencia alcista
Y en ese sentido, en pos de que la historia no vuelva a repetirse, instaba a vigilar los resultados de las empresas, que "normalmente emiten señales de aviso, como un deterioro en su crecimiento de ventas, de resultados o de generación de caja. Hay que ser capaces de discernir si esos baches, son fruto de temas puntuales, o si responden a un cambio progresivo de tendencia".
En ese sentido, las previsiones de la media de firmas de inversión apuntan a un crecimiento de las ganancias de las compañías que componen ahora el EuroStoxx 50 que superaría el 6% de cara a 2025.
Un incremento sustancial que invita a descartar el fantasma de estar viviendo en otra burbuja. Y más si se tiene en cuenta los multiplicadores a lo que cotizan los actuales componentes del índice europeo.
Y en su versión con Dividendos ha entrado ya en 'subida libre absoluta'
Y es que, de media, las firmas del EuroStoxx cotizan a un PER (número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) de 19 veces teniendo en cuenta las previsiones de ganancias que ahora se manejan. Y, además, este multiplicador se ve reducido de cara a 2025 hasta las 16 veces gracias al incremento previsto de beneficios por los expertos.
El Ibex 35, por su parte, está "bastante barato ya" (con un PER para 2025 de 10,9 veces), lo que seguirá siendo un aliciente aunque el crecimiento de beneficios sea más reducido.
En EEUU, pendientes de 'hueco de Trump'
Al otro lado del Atlántico, el comportamiento de Wall Street también será vital para que este escenario gane fuerza. El tantas veces mencionado póquer de ases -conquista de máximos históricos por parte de S&P 500, Nasdaq, Dow Jones y Russell 2000- debe materializarse, y para ello el selectivo de pequeñas y medianas empresas de EEUU debe superar con claridad los máximos de 2021 situados en los 2.465 puntos.
"Esta victoria se sumaría al movimiento alcista consolidado por el Nasdaq, el S&P 500 y el Dow Jones, completando un cuarteto perfecto que impulsaría con fuerza los mercados globales", explica Cabrero, mientras detalla que actualmente, el Russell 2000 cotiza ligeramente por debajo de esa resistencia, rondando los 2.400 puntos, y "sigo observándolo como quien espera capturar el momento decisivo con una cámara fotográfica".
En este sentido, un escenario de continuidad alcista será más probable mientras los principales índices norteamericanos se mantengan por encima del hueco alcista abierto tras la victoria electoral de Donald Trump. Este soporte es clave operativamente hablando porque marca una referencia importante.
Y es que, si las subidas en Wall Street tienen continuidad a corto plazo, todo encajaría para que una eventual corrección del 10% desde sus máximos recientes -lo que habitualmente se conoce como la Regla del 10%- lleve a los índices estadounidenses hacia esa zona de soporte, que sería óptima para plantear compras con una visión de medio plazo. No en vano, en ese punto la ecuación rentabilidad-riesgo sería más atractiva que en la actualidad.
"Si las bolsas globales suben en 2025, Wall Street no solo acompañará, sino que probablemente volverá a liderar el movimiento alcista", sentenciaba Cabrero. Algo que refrendan desde Schroders al asegurar que dada la actual fortaleza de la economía estadounidense, "parece improbable que se produzca una recesión y es probable que se fortalezca la confianza empresarial en algunas de las zonas más sensibles a los tipos de interés de la economía mundial".
Por tanto, "la estrategia es clara: paciencia y aguardar a que se desarrolle una corrección que lleve a los índices norteamericanos a niveles donde cotizaban justo antes de la victoria electoral de Donald Trump a comienzos de noviembre", apunta Cabrero.