
Los planes de pensiones que las grandes empresas promueven entre sus trabajadores aún son la principal vía de ahorro colectivo a la espera de que se ultime el desarrollo del fondo público de pensiones, y se amplíe, también, la oferta de planes de pensiones de empleo simplificados (PPES). Y en los últimos meses, las rentabilidades de estos productos, que concentran 35.200 millones de euros bajo gestión y más de 2 millones de cuentas de partícipes, han seguido mejorando tras las pérdidas que sufrieron en 2022.
Del total de fondos registrados, alrededor de 1.200, el 99% está ahora en positivo en los últimos doce meses (en junio este dato era del 94%, y en marzo apenas aguantaba en verde el 1,8% de los planes), según datos de Inverco, a cierre de septiembre. Si se filtra por los 25 mayores productos por patrimonio, sus rentabilidades del último año se han duplicado en el último trimestre, al pasar del 2,4% de junio al 4,4% de septiembre.
Entre los grandes planes de empleo destacan en el último año los que tienen los trabajadores de Ibercaja, del Banco de España, y de la Diputación general de Aragón –todos ellos gestionados por la pata de pensiones de Ibercaja. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que cada fondo tiene una política de inversión distinta, por lo que la comparativa de rentabilidades no es homogénea en muchos casos.
El de Ibercaja roza una rentabilidad del 9%, frente al 6,32% que obtiene el de los trabajadores del Banco Santander, que es el segundo plan más rentable dentro del sector bancario –en éste, junto al de la energía, es donde más instaurados están este tipo de productos–. Detrás de estos se encuentran, por orden de mayor a menor rentabilidad en el último año, el de los empleados de Cajastur, Abanca, Unicaja, BBVA, Banco Sabadell y Caixabank, que está a la cola del sector con un 2,11%. El de este último banco es el que más activos bajo gestión concentra, 8.100 millones, y a cierta distancia del segundo más grande, el de los trabajadores de Endesa, con 2.900 millones.
Dentro del colectivo de las eléctricas, el plan de pensiones de Endesa, gestionado por Ibercaja Gestión, se comporta mejor que el de Naturgy, gestionado por Vidacaixa. El de los primeros sube un 5,85%en un año frente al 3,24% que avanza el de los segundos. En el caso del de Iberdrola, hay que tener en cuenta que desde el segundo trimestre de 2022 la compañía cuenta con un nuevo modelo de gestión, basado en el ciclo de vida, que ajusta el riesgo de la cartera a medida que se acerca la fecha de la jubilación. A raíz de ese cambio incorporaron la multigestión, de modo que BBVA gestiona los activos monetarios y la renta fija, mientras que Mutuactivos se ocupa de la renta variable y los activos alternativos. Esto supone, en la práctica, la existencia de tres subplanes (empleados de Iberdrola 1, 2 y 3). El 1 y el 3 se colocan entre los grandes en cuanto a activos bajo gestión. El primero avanza un 0,73% en los últimos doce meses y el segundo, Iberdrola 3, un 2,66%. En el caso del subplan 2, al que están adscritos los partícipes y partícipes en suspenso por subcolectivos de edad hasta la edad de 60 años, que no está entre los 25 mayores, gana un 10,25%.
En cambio, entre petroleras, el de los empleados de Repsol, gestionado por BBVA, gana más que el de los de Cepsa, que está en manos de Santander Pensiones.
Fuera de los grandes, hay siete planes de pensiones corporativos que avanzan más de un 20% en el último año. La mayoría (cinco de ellos) están gestionados por Bestinver, la gestora propiedad de Acciona, y otro por Cobas AM, fundada por Francisco García Paramés. Se trata de Cobas Empleo 100, dirigido a empresas, que sigue la misma estrategia que su fondo estrella, Cobas Selección. Además de ésta, otras gestoras value han lanzado recientemente productos de previsión social, como Horos AM y Azvalor. El impulso que pretende dar el Gobierno a este producto de ahorro para la jubilación ha abierto una ventana de oportunidad para estas firmas.
Sigue la salida de dinero
Mientras el fondo público de pensiones ultima su desarollo, el ahorro privado en pensiones mengua poco a poco. Desde que el Gobierno redujo por primera vez el atractivo fiscal de los individuales para impulsar el de los colectivos, las prestaciones han superado a las aportaciones cada año. Y 2023 no es una excepción. En los nueve primeros meses, los individuales registran salidas superiores a los 600 millones de euros, según los últimos datos publicados por Inverco.
El objetivo del Gobierno al bajar la cantidad deducible en la declaración de la renta vía aportaciones a los planes individuales y elevar la de los de empresa era drenar parte del ahorro hacia estos últimos. Pero, por el momento, no ha tenido el efecto deseado. En este segundo pilar también hay prestaciones netas de 400 millones este año.
El cambio en la fiscalidad de ambos productos llegó mucho antes de que arrancase la gran apuesta del Gobierno, el fondo público de pensiones, que todavía ultima su desarrollo. Aunque ya se han formalizado las escrituras de constitución de los fondos, las entidades no esperan comercializar el producto hasta finales de 2023 o comienzos de 2024.