
El voto en la junta de accionistas y el diálogo activo ya son las herramientas de inversión sostenible más utilizadas en España. Su uso como estrategia en las carteras se disparó el año pasado, según revela el estudio anual de Spainsif sobre La inversión sostenible en España, que se presentó ayer martes en la Cúpula de EY en la Torre Azca, en Madrid. Visite el portal especializado elEconomista ESG.
De acuerdo con el informe, el volumen de activos bajo gestión que aplican este tipo de políticas creció cerca de un 80% en 2022, hasta los 202.137 millones de euros, colocándose por encima del resto de estrategias utilizadas por los fondos de inversión sostenibles. Spainsif recaba cada año estos datos a través de un cuestionario al que, en esta ocasión, respondieron 60 gestoras y propietarias de activos, 33 de ellas nacionales y 27 internacionales (frente a 47 participantes en 2021). Esas 60 entidades gestionan, en conjunto, un patrimonio superior a los 491.000 millones de euros, aproximadamente el 72% del mercado. En cuanto a las grandes cifras, de los datos de Spainsif se desprende que el 55% de los activos bajo gestión en España ya considera criterios ESG.
La estrategia más sofisticada
No es que esos fondos de inversión utilicen únicamente el voto negativo y el engagement (implicación) a la hora de enfocar su inversión en base a criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), pero esta estrategia sí es la más sofisticada y marcada en estos vehículos, según explicó la directora de Spainsif, Andrea González.
Por otro lado, dentro de estas políticas, las acciones preferidas por los inversores son el voto en contra de las recomendaciones del consejo (en el marco de las propuestas que realiza la compañía en el orden del día de la junta general de accionistas) y el uso de los servicios de los proxy advisors (asesores de voto, que, precisamente, orientan a los inversores sobre las posturas a adoptar a la hora de votar en las juntas). Quiénes son las 'big four' del asesoramiento de voto.
El voto negativo, particularmente a las remuneraciones de los consejeros, no ha hecho sino crecer en los últimos años entre las cotizadas del Ibex 35. Según los datos de Georgeson, durante la temporada de juntas de 2022, el apoyo medio (el voto a favor) a la Política de Retribuciones tocó su punto más bajo registrado, el 85,5% (puede parecer un porcentaje elevado, pero se ha alejado del 92% de 2019). Y en la temporada de juntas de 2023, la mitad de los informes de remuneraciones recibió más de un 10% de votos negativos, según la misma fuente. En sus juntas celebradas la pasada primavera, hemos presenciado cómo compañías como Logista, Bankinter, Santander o Ferrovial cosechaban rechazos superiores al 10% a las retribuciones de sus cúpulas, un nivel que los expertos consideran que ya supone una advertencia.
Helena Viñes: "Adiós al greenwashing"
La regulación europea obliga a pasar de la actual verificación limitada por parte de los auditores de la información sobre ESG de las empresas a lo que se denomina verificación razonable. Helena Viñes, presidenta de la Plataforma de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea, quien clausuró ayer el evento de Spainsif, aprovechó para poner de relieve que este cambio supone que "por primera vez, el reporte de sostenibilidad va a estar exactamente al mismo nivel que el financiero, con lo que se cierra la puerta al greenwashing". Recientemente, el presidente de la CNMV, Rodrigo Buenaventura, hacía hincapié en la importancia de la verificación.
Viñes también hizo alusión a cómo el debate se ha ido desplazando hacia las finanzas "de transición". Esa expresión -"de transición"- a veces parece utilizarse por parte de las compañías "casi como un escudo bajo el que se permiten seguir financiando a empresas que son altamente contaminantes y que no muestran ningún tipo de cambio real", comentó. "Estamos atrapados en un dilema semántico, en el que tenemos que decidir entre desinvertir o el engagement; entre bonos verdes, o bonos de transición", cuando quizá no haya por qué elegir, reflexionó, dado que hoy por hoy el marco regulatorio sobre finanzas sostenibles "ya abarca lo que denominamos las finanzas de transición".
En relación con esa necesaria transición ecológica, Viñes defendió la importancia del Capex (inversión en bienes de capital), una métrica que, como los ingresos, también permite alinearse con la taxonomía verde europea. Le puede interesar: Solaria, Redeia y Acerinox, las más alineadas en ingresos con la taxonomía.
La presidenta de la Plataforma de Finanzas Sostenibles ilustró su intervención con un ejemplo muy gráfico: el de una compañía eléctrica que esté alineada en un 25% con la taxonomía desde el punto de vista de sus ingresos, y en un 75% por Capex (inversión en bienes de capital). Gracias al Capex "yo, como empresa, puedo hacer saber a mis inversores cuáles son mis planes", señaló, y añadió que esta métrica "siempre ha sido la más valorada por los inversores, pero la más ausente; es aquella que me dice realmente hacia dónde van las empresas, pero de la que nunca tengo datos". En este sentido, apuntó Viñes, "en breve vamos a tener la información de más de 50.000 europeas sobre el Capex", en alusión a la entrada en vigor de la directiva europea CSRD.
"Como empresa, mis acciones, pero también mis bonos corporativos, a partir de ahora van a llevar esas dos cifras unidas a ellas, ese 25% y ese 75% [de alineamiento]. Y con esos dos porcentajes, los participantes de mercado van a poder empezar a construir sus carteras ESG", explicó Viñes. "Sabemos que a día de hoy la proporción de fondos que tienen que informar sobre taxonomía suponen ya el 55% del mercado en patrimonio". Gracias a la demanda de porcentajes cada vez más altos de alineamiento a la taxonomía, tanto en ingresos como en Capex, "se espera que el coste de capital disminuya para aquellas empresas que quieran invertir en enverdecer sus actividades", añadió la experta.
También hizo mención Helena Viñes a que 2023 ha sido el primer año en que las compañías han tenido que divulgar su alineamiento con la taxonomía verde europea: "En este primer año de reporting sobre la taxonomía, la gran noticia es que las empresas están invirtiendo en Capex para alinearse, sobre todo aquellas de los sectores de mayor impacto en España: energía, construcción e inmobiliarias". Esto significa que "están invirtiendo en transformar su modelo de negocio y eligiendo desarrollar actividades que sí que están incluidas en la taxonomía", celebró la presidenta de la Plataforma de Finanzas sostenibles de la Comisión Europea.