Bolsa, mercados y cotizaciones

El bloque de los seis nuevos BRICS+ ofrece ya oportunidades de inversión

  • La bolsa saudí y la emiratí tienen un potencial al alza del 20% y deuda con grado de inversión
  • Etiopía no tiene mercado de valores propio e Irán acusa sanciones occidentales
Banderas que incluyen a los nuevos BRICS+ Foto: Dreamstime
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Un mercado emergente es, por definición, sinónimo de crecimiento. Y en muchas de estas geografías ya buscan en el mercado la financiación necesaria para trasformar un país en una economía desarrollada: la oportunidad del inversor para ser partícipe de este crecimiento. Los conocidos como BRICS (por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) dieron la bienvenida a un nuevo bloque de países a sus filas: Argentina, Irán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía.

En todos los casos anteriores (salvo en Etiopía) existen mercados bursátiles nacionales a los que acceder en busca de acciones locales, así como la opción de comprar renta fija gubernamental, con calificación de grado de inversión en algunos casos.

Además, el salto del grupo de los BRICS al de los BRICS+ crea una nueva concentración de exportadores de materias primas, principalmente de gas y petróleo, con algunas de las economías que generan el mayor consumo y comercio de manufacturas: China e India. Según la responsable de inversiones en Asia y Pacífico para Deutsche Bank, Stefanie Holtze-Jen, la incorporación de países como Irán, Egipto, Etiopía y Argentina "también permitirá mejorar su moneda y situación financiera en general después de unos años de elevada inflación y aumento de deuda".

No obstante, son mercados ligados al riesgo por sus revueltas sociales e incertidumbre política. Además, la geopolítica actual afecta a cinco de los seis nuevos BRICS+ ya que son vecinos de Palestina e Israel y tienen sus propios intereses en el conflicto que ha escalado en Oriente Próximo.

El Merval lidera las subidas este año al escalar un 300%

Argentina es un mercado cercano para el inversor español que está acostumbrado a la presencia de entidades financieras del Ibex 35 o a aseguradoras en el país. Sin embargo, también es conocida la volátil evolución de los precios o la inestabilidad de su economía. Mención aparte el actual proceso político que está en marcha. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 2023 estará marcado por la recesión de su economía con una detracción del PIB del 2,5%. Argentina se recuperará de cara al 2024, según las previsiones, pero no conseguirá recortar el disparado incremento de los precios del país.

Firmas independientes, como el propio FMI, barajan un aumento del IPC nacional superior la 120% interanual este año que caería al 93% de cara al año que viene. Esto explicaría la actual evolución de la bolsa de valores argentina en el año en curso que se sitúa entre las más alcistas del planeta y que roza los 80.000 millones de euros de capitalización bursátil entre todas las cotizadas del país. El S&P Merval, índice de referencia nacional, sube casi un 300% desde el primero, lo que estaría protegiendo a los inversores de la inflación nacional pero que apenas tendría potencial, según el consenso de mercado, tras el rápido ascenso.

Entre los valores más conocidos y más alcistas de la bolsa argentina se encuentran la petrolera YPF (avanza un 310% en 2023), la acerera Ternium (380%) o la alumínica Aluar (576%), que demuestra el interés de los inversores en las materias primas argentinas. Y es que el país es uno de los grandes exportadores del cono sur de minerales y materias primas alimentarias siendo el cuarto productor de litio del mundo solo por detrás de China, Chile y Australia. El mercado de bonos soberanos no goza de la mejor de las reputaciones al tener una calificación general de bono basura (véase gráfico).

Por otra parte, la adhesión a los BRICS puede contribuir a levantar el precio del peso argentino si no desaparece su divisa en favor del dólar, como llegó a aventurar el candidato de la coalición La Libertad Avanza, Javier Milei.

El titán de los BRICS+ garantiza el control mundial de crudo

Arabia Saudí es la gran incorporación al grupo de países en vías en desarrollo. Su entrada en los BRICS+ permite duplicar la producción de la organización hasta acaparar el 40% del total mundial, según el FMI. Es el principal exportador de los seis nuevos países con más de 148.000 millones de dólares en 2022 (el segundo más grande sería Emiratos Árabes Unidos) y cuenta con una inflación controlada en torno al 2% que seguirá cerca de esta referencia hasta 2024, según los expertos, por su condición de exportador de crudo que, a su vez, elevó el crecimiento del PIB nacional hasta el 8,7% el año pasado, aunque la expectativa para el ejercicio en curso no llegue al 1%.

Arabia Saudí cuenta con uno de los mercados financieros más estables de Oriente Medio y con una bolsa que mueve casi tres billones de euros en la actualidad (casi tres veces el dinero que genera la economía nacional) y cuyo principal índice, el Tadawull All Share Index (TASI), cuenta con un potencial alcista del 18,5%. No obstante el tamaño de la bolsa saudí se debe a Aramco, la petrolera más grande del mundo sobre el parqué (supera los dos billones de euros). Sin embargo, el incremento de los precios del crudo de las últimas semanas dejó sin recorrido en bolsa a la compañía, según los expertos, que ven un potencial inferior al 2%.

Asimismo, existen otras firmas como Saudí Telecom (recientemente aterrizada en Telefónica) con peso en la bolsa local (tiene un potencial del 20%, según el consenso de Bloomberg). Su deuda nacional a largo plazo cuenta con el mejor rating de sus comparables con grado de inversión para Moody', S&P y Fitch y un retorno del 4,8% en su último bono emitido a diez años.

Su moneda local es fuerte, pero el mercado del crudo aún se mueve en dólares. De ahí que desde Deutsche Bank barajen la hipótesis de un cambio en el plano mundial si el aumento de los lazos con China pudiera, a través del mercado de crudo, desestabilizar al dólar si Arabia Saudí se esfuerza en el comercio en yuanes y aumenta su reserva en divisas chinas.

El índice egipcio resiste pese a las traspiés económicos

Las reacciones de Egipto ante el conflicto entre Israel y Palestina también han estado en el foco en las últimas jornadas, ya que de este país depende que miles de palestinos encuentren refugio a través del paso fronterizo de Rafah, el único de la Franja que limita con Israel. No obstante, el mercado egipcio y su principal bolsa, Egyptian Exchange 30, no han registrado cambios significativos por la escalada bélica de la región que se diferencien del resto de las bolsas del globo.

La situación económica de este nuevo integrante de los BRICS+ no es precisamente halagüeña, con crisis económica más grave de su historia reciente, con una inflación que ha batido récord este año, aunque en septiembre registró un descenso de 1,7 puntos, hasta el 38%, frente al 39,7% registrado el mes anterior, una tasa que sin embargo es aún más del doble de la que se registraba en agosto de 2022. Estas turbulencias se han reflejado de la misma manera en la divisa del país norteafricano, y la libra egipcia ya pierde el 24% frente al dólar en el curso (31 libras por un dólar estadounidense), tras una devaluación exigida como parte de un acuerdo crediticio por 3.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional.

Ante este crudo panorama, la principal referencia egipcia sube cerca del 48% en 2023 y se come todo su potencial. De hecho, para intentar paliar los daños de la crisis económica el Gobierno del país daba al inicio de año luz verde a todas las iniciativas posibles que favorezcan la inversión de los gigantes nacionales o extranjeras.

Por valores, los títulos de seis de los 30 que componen el Egyotian Exchange anotan un alza de más del 100%. Misr Fertilizer Production, que forma parte del sistema industrial de fertilizantes nitrogenados del país, está en cabeza, con una revalorización que ronda el 295%. Por ponderación, Commercial International Bank Egypt, uno de los mayores bancos del sector privado egipcio, es el que más pesa dentro del índice, con un 27%.

Un mercado emergente tocado por las sanciones

La economía iraní es un gigante de la región que pasa desapercibida para Occidente por cuestiones políticas y es uno de los mercados menos accesibles para un inversor español en la actualidad, como ocurre con Rusia. De hecho, las firmas de análisis no suele realizar seguimiento de las compañías cotizadas en Irán, dado que existen sanciones y embargos que impiden sacar rédito de las inversiones o del mercado del país. Las grandes agencias de calificación también dejaron de actualizar su rating de deuda aunque continúen las emisiones. Aun así, no es una región vetada para buena parte de los inversores asiáticos que acuden a este mercado en busca de sus recursos, principalmente.

El petróleo es la mayor aportación al PIB nacional aunque también cuentan con grandes reservas de oro, zinc y cobre que son imprecindibles en la fabricación de componentes tecnológicos y en la fabricación de vehículos eléctricos. De ahí que Irán haya estrechado sus lazos con China e India ante las sanciones impuestas por EEUU o Europa. Según datos FMI, la economía iraní tiene garantizado un crecimiento estabilizado por encima del 3% anual hasta 2025 y una inflación que tenderá a la baja a medida que pasen los ejercicios, aunque no caerá del 30% hasta 2024, según las previsiones del FMI.

El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS es una alternativa de financiación para Irán con el portazo del Banco Mundial o del FMI. Sin embargo, el país también acude al mercado financiero en busca de capital. La administración local lleva años privatizando compañías estatales y sacándolas al mercado. Su bolsa nacional capitaliza poco más de 5.600 millones de euros (menos de un 2% del PIB iraní previsto para el 2023) con valores ligados a la elaboración de cemento o la transformación y extracción de materias primas.

Sin embargo, el Banco Mellat es el gigante del parqué de Teherán al capitalizar más de 5.000 millones de euros, casi lo mismo que el Banco Sabadell y casi cinco de cada seis euros al cambio de toda su bolsa. La entidad posee además un parque de casi 3.000 inmuebles residenciales en el país, lo que le hace uno de los grandes tenedores inmobiliarios en Irán, que con la alta inflación nacional, ha permitido al Banco Mellat un incremento de los ingresos extra, según Bloomberg.

El tamaño de su bolsa equivale a un 60% del PIB nacional

Emiratos Árabes Unidos (EAU) aporta a los países en vías de desarrollo petróleo, tecnología e infraestructura en telecomunicaciones. Su condición de importador de petróleo ha permitido al país mantener bajo control la presión inflacionaria y un crecimiento del PIB que rozó el 8% en 2022. Si se cumplen las previsiones del mercado, la economía real se mantendrá en la media de los países emergentes en los próximos dos años (alrededor del 4%, según el FMI). El Producto Interior Bruto de Emiratos Árabes Unidos en 2023 rondará el medio billón de euros frente a los 858.235 millones de euros que capitalizan el conjunto de las compañías emiratíes. Es decir, el sector cotizado del país pesa un 60% que el conjunto de la economía de EAU.

El principal índice bursátil del país avanza en el año un 16% mientras que ofrece el mayor de los potenciales respecto a sus pares de los recién llegados a los BRICS+. Y es que el consenso de mercado recogido por Bloomberg considera que el índice de referencia emiratí puede subir otro 25% en el medio plazo.

El valor dominante de la bolsa nacional es International Holdings Company PJSC, con 200.000 millones de capitalización bursátil y diversificada en el sector financiero, inmobiliario, sanitario y de consumo entre otros. Pero las compañías más seguidas por las firmas de análisis que recoge FactSet vuelven a centrarse en el negocio del petróleo y la energía en general. Así, Abu Dhabi National Energy es el segundo valor más grande de la bolsa de EAU. La empresa energética encargada de la distribución eléctrica en el país y la exploración de crudo y gas ofrece un potencial superior la 20%, según los expertos.

Pero es en la deuda soberana donde las calificadoras depositan la confianza. A pesar de encontrarse en pleno Golfo Pérsico, los bonos soberanos de larga duración tienen grado de inversión (AA, según S&P y Fitch) y los títulos a diez años ofrecen una rentabilidad del 5,85%.

La economía del país crece a un ritmo estable del 6% anual

Etiopía es el único país que pasará a formar parte de los BRICS+ a partir del próximo mes de enero que no tiene bolsa de valores nacional. Pese a que esta geografía es una de las mayores economías de África y en los últimos años ha disfrutado de un aumento del comercio con China y con India, principalmente entre otros países, su economía se ha viso fuertemente golpeada por la guerra entre Rusia y Ucrania y la sequía. Y esto ha dejado su efecto en las previsiones de los expertos en el crecimiento de su PIB y evolución de la inflación.

El incremento de los precios en Etiopía ha oscilado entre el -9,8% y el 44,4% en los 55 últimos años, registrando escenarios deflacionistas (que comprenden una caída general y continuada de los precios de la economía) en ocho ejercicios desde entonces. Ahora, el Fondo Monetario Internacional ubica el IPC del país en el 24% para este ejercicio, una tasa inferior a la que registró el año pasado, cuando alcanzó casi el 34%. Para 2024, las previsiones esperan que este alza sobre los precios continúe relajándose (hasta el 20,7%).

Pese a las dificultades a las que se enfrentaba el país el año pasado, el PIB per cápita de Etiopía en 2022 fue de 1.103 euros, 280 euros por encima de lo registrado en el 2021, que fue de 823 euros. En cuanto al crecimiento económico, se espera un estancamiento de la economía etíope para este año, del 6,4% de 2022 al 6,1% que se estima para 2023, según el FMI.

Tras conocerse la posible integración de Etiopia este bloque de países emergentes, el primer ministro, Abiy Ahmed Ali, indicó que se trataba de "un gran momento" para su país. "Etiopía está dispuesta a cooperar con todos por un orden mundial inclusivo y próspero", celebraba.

El Estado sí busca financiación en el mercado con la emisión de deuda. El último bono subastado por el país a diez años ofrece actualmente el rendimiento más alto de entre los seis nuevos socios, del 54%, aunque Moody's, Fitch y S&P valoran su deuda con grado de especulación.

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