
Hace ya unas semanas que el S&P 500 superó con creces el comportamiento anual de la bolsa europea. El que es uno de los índices más importantes del mundo alcanza ya una subida en el ejercicio que supera el 17%. El motor del selectivo norteamericano: la resiliencia que está mostrando la economía estadounidense.
Con la inflación en el 3% el mes pasado, el mercado alejó los temores de dos subidas de tipos adicionales en este ciclo por parte de la Reserva Federal de EEUU que resucitaron los fuertes datos de empleo hace unas semanas. A este lado del charco, sin embargo, los últimos datos macroeconómicos llevan a los expertos a comprar aún dos alzas más del Banco Central Europeo y una política monetaria agresiva por más tiempo en la eurozona está apoyando a la moneda continental.
El euro alcanza ya en su cruce contra el dólar los 1,12 y con el cambio aquellos inversores que inviertan en el índice norteamericano en euros pierden 5,5 puntos porcentuales de la subida y el 17,7% de revalorización del S&P 500 en el año queda reducido a algo menos del 12,2%. Con estas ganancias en divisa europea, el comportamiento de los distintos índices del Viejo Continente continúa siendo sobradamente superior. Pese a las caídas de este lunes por los datos macroeconómicos chinos, el Dax, el EuroStoxx y el Ibex rondan el 15% de ascenso en el ejercicio e incluso la bolsa italiana logra ganancias por valor del 20% en 2023. Solo el Cac se queda algo más rezagado en Europa.
La revalorización del Nasdaq 100 incluso en euros sigue siendo imbatible, aunque se recorta en hasta 6,6 puntos. Frente al 43,1% que el índice tecnológico se revaloriza en divisa local en el ejercicio, en euro estas ganancias se aminoran hasta el 36,5%.
Con los 1,12 dólares por euro, la moneda común de la eurozona se sitúa en un cambio que no lograba desde febrero del 2022, antes del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania que agravó la situación inflacionaria que venía arrastrando el mundo desde el Covid y obligó a los principales bancos centrales del planeta a desatar políticas monetarias no vistas desde hace décadas. El que la Fed tomase las riendas e iniciase las subidas antes que el BCE impulsó al dólar en 2022 en detrimento del euro que, por primera vez en 20 años, perdió el pasado septiembre la paridad con el billete verde, al descender a los 0,95 dólares.
Desde entonces, la divisa europea rebota sobre un 17% y en 2023 acumula ganancias por valor del 5%. No es esta, sin embargo, su mayor subida este año, ya que el euro alcanza revalorizaciones mayores en su cruce con divisas más afectadas por la coyuntura macroeconómica, como el peso argentino, la lira turca o el yen japonés contra los que se impone con alzas del 36%, 32% y 10% respectivamente en 2023.