El euro no ha podido resistir más. Este martes 12 de julio, la divisa única se ha encontrado en su cruce con el dólar. Las dos monedas más importantes del mundo han tenido el mismo 'precio' durante parte de esta jornada. La fortaleza del dólar (activo refugio) y la debilidad del euro han provocado este encuentro inesperado. El euro tocando los 1,000 dólares.
Son muchos los factores que pueden explicar este fenómeno que no se veía desde diciembre de 2002, pero destacan tres, según el consenso de los expertos. Por un lado, la guerra en Ucrania ha arrojado gran incertidumbre sobre el futuro económico de la zona euro. La incertidumbre nunca es buena consejera para las inversiones. Así, el coste de la cobertura euro/dólar se ha disparado, mientras que el euro retrocede más de un 4,3% solo en el mes de julio.
Por otro lado, está la divergencia entra la política monetaria de EEUU y la de la zona euro. El Banco Central Europeo está normalizando los tipos de interés y su balance a un ritmo muy inferior respecto a la Reserva Federal. Esto está generando un spread o brecha en los tipos de interés oficiales en ambas regiones que hace más 'apetecibles' para los inversores los activos de renta fija denominados en dólares.
Por último, entre los factores de peso, el miedo a una recesión, que podría ser global, está atrayendo capitales hacia el dólar, un activo que se ha convertido en uno de los grandes refugios durante las últimas crisis. Además, en los últimos meses han empeorado en mayor medida las perspectivas económicas para la Eurozona, respecto a las de EEUU, que es un exportador neto de energía y podría capear mejor la crisis energética (produce mucho petróleo y exporta grandes cantidades de gas).
Divergencia entre Fed y BCE
Los analistas de Pictet destacan que el euro se encuentra en una tormenta perfecta. Las fuerzas que están presionando a la baja a la divisa única contra el dólar son varias: "Una es el diferencial de los. En el peor de los escenarios, si asumimos que los temores de una recesión inminente pueden impedir que el BCE suba su tasa de depósito más allá de los 25 pb que ha señalado para julio y que la Fed cumple con su guía 'dot-plot' (que apunta a una tasa de fondos federales del 3,5% para fin de año), entonces el euro podría caer hasta los 0,94 dólares", aseguran estos expertos.
Desde JP Morgan creen que "el reciente debilitamiento del euro está relacionado con la duplicación de los precios regionales del gas... las consecuencias para el euro de la reducción del suministro de gas serían aleccionadoras. Estimamos que el EUR/USD actualmente está cotizando entre un 20% y un 25% de probabilidades de un escenario adverso de cierre total del suministro de gas ruso... esto nos impulsa a recortar aún más los objetivos para EUR/USD a 0,95 (desde la paridad)", sentencian en una nota enviada este martes.
Por último, los analistas de la firma financiera Ebury insisten en el impacto que ha tenido el miedo a una recesión, que ellos mismos consideran exagerado: "El miedo a la recesión ha sido especialmente agudo en la zona del euro tras los continuos problemas de suministro energético de Rusia, que han provocado otra fuerte subida de los precios del gas natural en Europa. Por su parte, hay que reconocer que el BCE también ha ido muy por detrás de muchos de sus principales homólogos (en particular de la Reserva Federal) a la hora de subir los tipos de interés, lo que no ha ayudado en absoluto a la moneda común".
El eur/usd en 2002
La última vez que el euro y el dólar se encontraron fue en diciembre de 2002. En aquella ocasión la situación era la opuesta a la actual. El euro se encontraba por debajo del dólar y su fortaleza propició el sorpasso. La resaca de la recesión de las puntocom (que afectó en mayor medida a EEUU que a Europa) entre 2001 y 2002 casi duplicó la tasa de paro al otro lado del Atlántico, obligando a la Fed a bajar tipos para intentar estimular la economía (aquella ronda de drásticas bajadas de tipos sería la que alimentó la posterior burbuja inmobiliaria que estalló en 2007).
La Reserva Federal comenzó a bajar los tipos de interés de forma veloz, desde el 6% del año 2000 hasta el 1% de 2003 (500 puntos básicos en tres años), mientras que el BCE redujo su tipo principal en una cuantía inferior y de forma menos drástica. Aunque parezca increíble, el BCE tenía los tipos de interés más altos que la Fed de EEUU. Todo ello llevó al euro al mayor rally de largo plazo de su corta historia.