
Los datos macroeconómicos permiten a los inversores conocer el efecto y consecuencias de las políticas monetarias pero son los resultados empresariales los que mejor recogen si se produce o no una desaceleración de la actividad. La evolución de las compañías en el segundo trimestre del 2023 ya está en marcha semana y ahora será el turno de las entidades norteamericanas las que descubrirán sus cartas. Y mientras China actualizó la evolución de su economía con un dato engañoso, para los expertos, por no reflejar la realidad de la situación.
A partir del martes llegarán los resultados de Morgan Stanley y Goldman Sachs. Sin embargo, serán los bancos regionales de Estados Unidos los que roben el protagonismo a las grandes firmas de inversión. Después del susto del mercado del pasado mes de marzo, con el caso de Silicon Valley Bank, el mercado está expectante a la situación de estas entidades para conocer si los depósitos de la banca están en niveles inferiores a los esperados.
Pero también será el turno de compañías como Tesla, Netflix o de SAP, Volvo y ASML en Europa. Según las previsiones que recoge Bloomberg, el segundo trimestre del 2023 estará marcado por un ligero recorte de los beneficios. En el caso del S&P 500 se cerrará el periodo con un beneficio por acción de 52,7 dólares (un recorte del 1,4% respecto al periodo anterior). Y para la bolsa europea, representada en el Stoxx 600, la caída rondaría el 4,8% hasta marcar un benéfico por acción de 10,4 euros.
No obstante, no todas las pistas de la evolución de la actividad vendrán por el lado de los resultados de las compañías occidentales al cierre del semestre. Antes de que lleguen las próximas decisiones de los bancos centrales (para la última semana de julio) China dará a conocer la trayectoria de su Producto Interior Bruto. El mercado esperaba un fuerte repunte de la economía asiática en este segundo cuarto del año que sería del 7,1%. Sin embargo, el dato estuvo por debajo, en el 6,3%, lo que refuerza el discurso de un crecimiento escueto en China que no empuja al resto de la economía.
La lectura puede ser engañosa, según el analista de Bloomberg, David Qu, ya que la economía del país reflejó un estancamiento de la actividad en el mismo periodo del año pasado, de ahí que la variación interanual vaya a ser tan dispar en este caso. De ahí que también se espere una desaceleración hasta el 0,8% en comparación con el primer tramo del año. Es la debilidad del consumo interno lo que no permite al país recuperar una actividad normalizada.
Débil consumo interno
"Pensamos que la recuperación de China va a ser diferente, con otros paquetes de estímulos en sectores concretos. Cuando hubo reapertura en EEUU o la eurozona se notó un impulso del consumo y aquí aún está en niveles bajos. Si vuelven a tirar de ahorros el crecimiento chino recibirá cierto impulso", explicó Lucía Gutiérrez-Mellado, responsable de JP Morgan AM.
Mientras los inversores esperan el despertar del gigante asiático, para activar el resto de las economías, el Banco Popular Chino actualizará su tasa de préstamo preferencial (uno de los tipos de interés de referencia en el país). Hasta ahora, el responsable de la política monetaria ha llevado a cabo recortes, el último hasta el 3,55%, en contra de lo que están realizando el Banco Central Europeo o la Reserva Federal de Estados Unidos. Y no se espera que la institución reduzca sus estímulos económicos.
El miércoles se publicará el dato definitivo del IPC de junio de la eurozona, cuyo adelantado se situó en el nivel más bajo desde febrero de 2022 al caer al 5,5%, y el mismo dato para el Reino Unido. Sin embargo, aunque la inflación también vaya a contraerse en el caso británico el dato esperado por el mercado apenas se resentiría medio punto porcentual y seguiría por encima del 8%. Un nivel todavía elevado para el Banco de Inglaterra y lejos del objetivo de la institución del control de precios.