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El BCE prioriza controlar el IPC, pero optará por subir 25 puntos

  • Los expertos ven la inflación en la eurozona demasiado alta como para que Lagarde detenga las alzas de tipos de interés
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El Banco Central Europeo se reúne mañana y contra todo pronóstico anunciará un alza de 25 puntos básicos que llevarán el tipo de operaciones de refinanciación al 3,75%. El movimiento dejaría la tasa de facilidad de depósito, de referencia para el mercado y para el propio BCE, en el 3,25%. Este es el vaticinio que proyecta la última encuesta a economistas que recopila Bloomberg y que dejaría la tasa de facilidad de depósito al mismo nivel que estuvo antes de desencadenarse la crisis de Lehman Brothers, en 2007.

La apuesta de la presidenta de la institución, Christine Lagarde, iría en línea de conseguir el control de precios a pesar de las señales de desgaste que acusa la economía o la situación de las entidades financieras a ambos lados del Atlántico. De igual modo, se espera que el techo se sitúe en el 4% -3,75% en la tasa de depósito del Banco Central Europeo (BCE)- que se alcanzaría en la reunión de julio. Esto implicaría que la presidenta del BCE todavía anunciará un aumento de 75 puntos básicos de aquí a los próximos meses mientras se espera que la Reserva Federal de EEUU detenga sus alzas tras la cita de hoy.

No obstante, el consenso de los 44 expertos consultados en este sondeo no espera recortes de tipos por lo menos hasta septiembre de 2023 y desde esta fecha hasta febrero del año que viene el mercado podría ver la primera relajación de la política monetaria europea si se presumen movimientos de 25 puntos básicos (o sus múltiplos) como los vistos desde julio del año pasado.

La inflación sigue siendo el principal obstáculo que debe salvar el BCE aunque las decisiones de otros bancos centrales, como la Reserva Federal de EEUU, también pueda condicionar los próximos pasos de Lagarde. Ya se vio con el dato de abril que se publicó ayer y que no da tregua. El IPC general repuntó hasta el 7%, una décima más de lo que descontaba el mercado, gracias al incremento del precio de alimentos que fue el punto donde más se auparon los precios en abril.

Mientras, el dato subyacente, que excluye alimentos y energía, cayó una décima por vez primera en más de diez meses en los que se mantuvo al alza. El dato preliminar se sitúa así en el 5,6%. Pero estos niveles de inflación siguen altos y lejos del objetivo del 2% que persigue la presidenta Lagarde y que los expertos no consideran que puedan alcanzarse ni siquiera hasta 2025. Por ello, cuando se pregunta a los expertos si el BCE está ajustando demasiado sus políticas la respuesta es un 'no' rotundo, con el 84% de los encuestados reconociendo que éste es el camino.

No hay acción sin reacción. A la par que se incrementa la presión sobre el crecimiento se eleva la posibilidad de ver una recesión en la eurozona. No obstante, y aunque la preocupación haya aumentado en el último mes, todavía se baraja un crecimiento de la economía común aunque sea prácticamente nulo. Si en el primer trimestre el Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona avanzó un 0,1% se espera que se repita el mismo dato de abril a junio. Y los dos trimestres de la segunda mitad del año doblarían ese 0,1%. De esta forma, el PIB de la eurozona crecería un 0,6% en el conjunto del 2023.

Por otra parte, el mercado sigue descontando que el BCE reducirá su balance un 11% de aquí al cierre del año hasta quedarse bajo los siete billones de euros.

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