La dinámica bajista en las bolsas se interrumpió la semana pasada cuando el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, admitió ante senadores de EEUU que la tan temida y 'cacareada' recesión podría llegar. Aunque, a priori, la noticia era la peor posible, los mercados la interpretaron 'a favor de obra': con un horizonte tan 'nublado', los bancos centrales, encabezados por la Fed, calmarán su repentina agresividad con sus políticas de endurecimiento. Los malos datos de PMI en EEUU y en la eurozona conocidos también la semana pasada soslayaban una visión que, sin embargo, puede llevar al 'espejismo' y puede tener otras explicaciones como la elevada sobreventa y el cierre de trimestre.
Aunque su intención era precisamente disipar los temores a una recesión, Powell dejó abierta la puerta a la misma en su declaración semestral ante el Senado. Cuando se le inquirió sobre las tan comentadas posibilidades de recesión, Powell respondió que "ciertamente es una posibilidad" que esta llegue precisamente espoleada por las fuertes subidas de tipos de la Fed. "Los acontecimientos de los últimos meses en todo el mundo han dificultado la consecución de lo que queremos", reconoció. "Nuestra meta es un 'aterrizaje suave', va a ser muy difícil", añadió el banquero central. Aunque intentó rebajar sus palabras con un lacónico "no creemos que sea necesario provocar una recesión", la lectura desde los mercados estaba hecha.
El calendario macro hacía el resto. El jueves se constataba que la actividad privada en EEUU ha sufrido una fuerte desaceleración en junio. El dato adelantado del PMI compuesto para el mes arrojaba un 51,2 que suponía el dato más bajo en cinco meses y una cercanía preocupante a los 50 puntos, límite entre la expansión y la contracción económica. Según S&P Global, firma elaboradora del índice, se sientan las bases para una contracción económica en el tercer trimestre. El bajón previo de los PMI en la eurozona terminaba de dibujar el paisaje.
Si el miércoles las palabras de Powell sembraron cierta confusión y Wall Street pugnó entre alzas y retrocesos, el jueves la tendencia se acabó de definir, arrastrando al alza a las bolsas europeas. Los selectivos del Viejo Continente caían a plomo tras los negativos PMI en la región, pero moderaban con creces sus retrocesos ante un animado Wall Street que ya compraba esta lectura. El viernes, las subidas coparon los parqués y tanto Europa como EEUU cerraron en verde tras tres semanas haciéndolo en rojo. El S&P 500, referencia de Wall Street, ganaba un 6,45% en la semana.
"Cuando las malas noticias son buenas", sintetiza el equipo de analistas de ING encabezado por Chris Turner en una nota este lunes. "Los mercados mundiales de renta variable están registrando una pequeña racha de ganancias. La noticia positiva parece ser que la admisión por parte del presidente de la Fed la semana pasada del riesgo de recesión, lo que podría acarrear que el endurecimiento monetario puede no ser tan brusco como se esperaba, y eso es una buena noticia para la renta variable", apuntan.
"La retórica de la inflación se está enfriando mientras que la narrativa de la recesión está ganando titulares. Este giro en el sentimiento se está extendiendo por los mercados financieros. Los rendimientos de los bonos han retrocedido significativamente desde los máximos cercanos, las expectativas de inflación basadas en el mercado han retrocedido y el optimismo de que la Fed será menos agresiva en su senda de subida de tipos ha estimulado una gran subida de los precios de las acciones esta semana", constataba Bob Schwartz, analista de Oxford Economics, al cierre del viernes.
Coinciden los expertos de Danske Bank: "La renta variable mundial subió la semana pasada, ya que el miedo a la estanflación se está convirtiendo en miedo a la recesión. El temor a la recesión no es en absoluto positivo para la renta variable, pero a medida que la inflación y el endurecimiento de los bancos centrales corren el riesgo de remitir, los pesos pesados y los nombres de crecimiento defensivo bajo presión se alivian".
"De la inflación a agitación por la recesión", resumen los economistas del banco SEB. "La cuestión de la inflación/estanflación frente a la recesión tradicional es algo a lo que el mercado probablemente seguirá enfrentándose durante algún tiempo. Sin embargo, el ambiente al final de la semana pasada se inclinó hacia lo segundo. El reconocimiento de Powell en el Congreso de que podría ser difícil evitar una recesión si se supera la inflación fue seguido por unos datos de PMI inesperadamente débiles tanto en Europa como en EEUU. Esto puede ser una señal de que el aumento de los costes de la energía y las rápidas subidas de los tipos de interés ya están empezando a hacer mella en la actividad empresarial, lo que en ese caso podría reducir la necesidad de subidas agresivas de los tipos de interés", interpretan.
Si algunos análisis ya apuntaban incluso a que Powell tendría que sacar las tijeras y volver a recortar los tipos en verano de 2023, no pocos operadores empezaron a contemplar la semana pasada que en diciembre la Fed frenaría su agresivo ciclo de subidas dándose una pausa. Incluso algunas voces han deslizado que la Fed podría frenar sus pretensiones para la reunión de julio después de que el viernes las expectativas de inflación a largo plazo de la Universidad de Michigan se revisaran a la baja hasta el 3,1% desde el 3,3%. "El gran salto en el informe preliminar, del 3,0% al 3,3%, fue una de las principales razones por las que la Fed subió 75 puntos básicos en lugar de 50 en la reunión de junio, por lo que la probabilidad de otros 75 puntos básicos en julio probablemente haya disminuido debido a la revisión a la baja", disparan desde Danske Bank.
Sin embargo, varios miembros de la Fed (Bowman, Daly y Bullard) indicaron a finales de la semana pasada que esperan seguir subiendo el tipo de interés en 75 puntos básicos en julio, visión que comparten el grueso de las casas de análisis. "En nuestra opinión, la inflación del IPC se mantendrá obstinadamente por encima del 8,5% hasta septiembre, esperamos que la Fed vuelva a subir el tipo de interés oficial en 75 puntos básicos en las reuniones de julio y septiembre. Con la previsión de que la tasa de inflación se desacelere en octubre y el tipo de interés oficial ya se encuentre en territorio restrictivo, esperamos que la Fed reduzca las subidas de tipos a 25 puntos básicos cada una en las reuniones de noviembre, diciembre y enero de 2023", indica Oren Klachkin, también de Oxford Economics.
Sobreventa y 'maquillaje'
Esto pondrá en entredicho este respiro vivido por las bolsas, demasiado frágil para descartarlo como 'espejismo' con obstáculos por delante como el dato de inflación de la eurozona que se conocerá el viernes. Otras explicaciones alternativas también echan por tierra este repentino optimismo.
De una parte, "la elevada sobreventa que presentaban los índices y muchos valores ha propiciado el repunte de las bolsas. Como hemos venido señalando reiteradamente, este tipo de rebotes suelen tener lugar con bastante frecuencia en los mercados bajistas, pero también suelen ser de corta duración, ya que los inversores los aprovechan para reducir sus posiciones de riesgo o, en el caso de los más cortoplacistas, para hacer operaciones rápidas de entrada y salida en los valores más castigados", explican desde Link Securities.
Por otro lado, está el 'maquillaje' que resulta del reajuste de cartera entre grandes inversores ante el cierre de trimestre (y de semestre) en el horizonte semanal. "Esta semana se está prestando mucha atención a que los reajustes de fin de trimestre y de mitad de año por parte de los gestores de fondos del sector de las compras de valores den un impulso a la renta variable hasta el jueves", advierten desde ING.
El reajuste trimestral de las carteras por parte de los compradores institucionales podría seguir ayudando a la renta variable, señala Marko Kolanovic, de JP Morgan Chase, previendo que las acciones suban hasta un 7% esta semana, ya que los fondos de pensiones y los fondos soberanos cambian su exposición.
Estos gestores de dinero, que constituyen la espina dorsal de la comunidad inversora, suelen reequilibrar sus exposiciones al mercado cada trimestre para respetar los estrictos límites de asignación entre acciones y bonos. El reequilibrio de esta semana, de cara al final del trimestre, podría influir enormemente en los precios de las acciones en el actual periodo de escasa liquidez, que es ahora cinco veces inferior a la media histórica, desgrana Kolanovic en una nota.
Para los estrategas de JP Morgan, las elevadas asignaciones de efectivo, la elevada actividad de venta en corto, así como el hecho de que el mercado se encuentre en "condiciones de sobreventa" podrían respaldar aún más las subidas de la renta variable.
"Habrá muchos gestores de fondos que reequilibrarán sus carteras esta semana, lo que podría significar más volatilidad", defiende Fawad Razaqzada, analista de mercado de City Index y Forex.com. "Apostar por un pico de mercado bajista podría ser un error costoso, mientras que vender en corto no es tan lucrativo como cuando los mercados estaban más altos".