El real estate se encuentra inmerso en una profunda transformación verde. Los edificios de nueva construcción son energéticamente eficientes, y se trabaja también para reciclar los residuos generados al levantarlos. Incluso se está probando a construir de una forma muy novedosa: se trata de la construcción industrializada, que consiste en elaborar en fábrica -y no in situ- los componentes del edificio para después ensamblarlos en la zona donde éste se ubicará. Genera menos residuos y emite menos CO2 que el modelo tradicional. Visite el portal especializado elEconomista Inversión sostenible y ESG.
En lo que respecta a los criterios de sostenibilidad, en este sector resulta más fácil que en otros establecer pautas ambientales. Lo explica Teresa Royo, directora de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG en España: "Hablamos de un activo físico en el que las características sostenibles son, de alguna manera, más sencillas de aplicar. Somos capaces de decir cuáles son las características que nos hacen pensar que ese activo, a lo largo de su vida útil, va a reducir al mínimo su impacto ambiental". En base, por ejemplo, a cuestiones como si la edificación considera criterios de climatización u orientación que permitan minimizar esos impactos; la procedencia de los materiales, o que su huella ambiental a futuro vaya a ser la mínima.
En la pata social, la S de ESG (acrónimo anglosajón que alude a los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno) también existen indicadores fáciles de identificar, como si la infraestructura va dirigida a dar cobertura social a familias en riesgo de exclusión, o a albergar un hospital, por ejemplo.
Las grandes cotizadas del sector en Europa obtienen, en líneas generales, buenas notas en ESG si nos atenemos a las puntuaciones que otorga Sustainalytics. Las integrantes del EuroStoxx 50 Real Estate que cuentan con nota de este proveedor presentan un nivel de riesgos de sostenibilidad bajo o incluso inapreciable. Las dos españolas incluidas en este índice, Merlin Properties y Colonial, muestran en ambos casos un riesgo bajo (en el caso de Colonial, muy cerca del inapreciable). Sustainalytics reconoce en total cuatro niveles de riesgo: inapreciable, bajo, medio, alto y severo, y ni una sola de este índice europeo llega al medio. Lea también: Inditex y Redeia están 'blindadas' contra los riesgos ESG.

Los riesgos físicos ligados al cambio climático cobran especial relevancia en este sector, ya que impactan de forma directa en el valor de sus activos. Pensemos, por ejemplo, en edificios situados muy cerca del mar (cuando se sabe que el nivel de éste va a subir) o en los que están expuestos a eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes, como pueden ser las tormentas de gota fría. Cuestiones como éstas no hacen sino devaluar los activos y encarecer los seguros.
Tanto Colonial como Merlin, ambas socimis, puntúan bien para Sustainalytics, pero además Colonial obtiene la máxima nota posible para CDP (Carbon Disclosure Project), un 8, al igual que Klepierre y Unibail-Rodamco. CDP evalúa el compromiso de las compañías con la lucha contra el cambio climático, y Bloomberg traduce sus calificaciones a notas del 0 al 8, siendo 8 la más alta. Con un 6 sobre 8 se sitúa Merlin Properties. Por otro lado, ambas españolas reciben un consejo de compra del consenso de mercado que recoge FactSet. El dividendo extra de Merlin Properties se sitúa como el único del Ibex superior al 10%.
Perfil del inversor
A la facilidad, ya señalada, para aplicar los criterios de sostenibilidad a los activos del real estate, se añade que el perfil del inversor en este sector es de largo plazo, ya que se trata de activos duraderos, y el inversor en ESG, por definición, también lo es.
A los inversores en este segmento les preocupan cada vez más los criterios extrafinancieros. Lo explicó el pasado martes Hernán San Pedro, director de Relaciones con Inversores de Lar España, en un evento organizado por KPMG, Forética y el IEAF: "El 100% de nuestros inversores pregunta por estos aspectos en las reuniones individuales que mantenemos con ellos". Además, las cuestiones de temática ESG "son las primeras en aparecer" en estos encuentros, añadió.
"Hace años, la sostenibilidad formaba parte de mi departamento de prensa. Eso es exactamente lo que no debemos hacer [en ESG]. No estamos contando cuentos", afirmaba Rolf Buch, CEO de la alemana Vonovia, en un evento organizado por la gestora francesa Amundi en París el pasado 10 de junio. Buch aludió precisamente a esa característica del largo plazo en su negocio, en ese camino hacia el net zero: "Hemos definido un plan para todo nuestro porfolio hasta 2045, que es el año en el que nos hemos comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono. Hasta entonces, sabemos exactamente qué edificios tienen que ser transformados el año que viene, o el siguiente", explicó.
En este mismo evento, Matteo Germano, director adjunto de inversiones de Amundi, señaló que espera, en un contexto dominado por la inflación, "eventualmente, una exposición mucho más elevada en las carteras a activos reales, como el real estate y las infraestructuras". Germano considera a estos dos sectores "los ganadores, probablemente, en la próxima década".