
Si la semana pasada el principal protagonista del mercado fue el Banco Central Europeo con el anuncio de una subida de tipos del 0,25% en julio y la posibilidad de más alzas en el precio del dinero en el mes de septiembre, esta semana le toca el turno a la Reserva Federal de Estados Unidos. La entidad central norteamericana será la encargada de acaparar la atención de propios y extraños este miércoles, día en el que se darán a conocer las conclusiones de la reunión que dará comienzo el día anterior.
Se espera que se salde con el anuncio de una nueva subida de los tipos de interés de 50 puntos básicos, tal y como había proyectado la propia entidad, también en palabras del presidente de la institución, Jerome Powell, según anticipa el consenso de mercado desde hacía varias semanas. Sobre todo tras conocerse ayer los últimos datos de inflación en el país norteamericano, que superaron las previsiones de los analistas al tocar el 8,6% de crecimiento interanual en el mes de mayo.
"Los datos económicos siguen siendo sólidos, al menos por ahora, y la inflación sigue siendo demasiado alta. Por lo tanto, no hay casi ninguna razón para que los miembros del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) se desvíen de este camino en la próxima reunión de junio", explica Christian Scherrmann, economista de DWS.
Desde luego, la tendencia de los precios en Estados Unidos no da signos de moderarse en el corto plazo, como señalan desde el departamento de análisis de Bankinter, "lo que invita a pensar que el tono hawkish [más agresivo en términos de política monetaria] de la Fed va para largo", según la entidad. Una dinámica que comparte también Yves Bonzon,director de inversiones del banco privado suizo Julius Baer, quien asegura que "la Reserva Federal de EEUU y ahora el Banco Central Europeo están interesados en frenar la inflación, sin importar el coste. Somos una generación de inversores que siempre se ha preocupado por el crecimiento y, ocasionalmente, por la deflación. Ahora nos enfrentamos a una situación sin precedentes caracterizada por los riesgos de crecimiento e inflación".
Y es que no hay que olvidar que las proyecciones de los analistas apuntan a que el precio del dinero acabará escalando hacia la zona del 2,5% a finales de año, y a un movimiento cercano al 3/3,25% en un año, según recoge el consenso de mercado. Esto, en palabras del analista de Bloomberg, Michael Arnold, supone que el mercado ya está descontando, como se vio en las caídas de este viernes que la Reserva Federal tiene justificados los aumentos de 50 puntos básicos más allá del mes de julio, "a pesar de que la economía se está enfriando", según el experto.
Mismo reto, otro punto de partida
La escalada de los precios se ha convertido en la némesis que tratan de contener los bancos centrales sin afectar al crecimiento en el camino (aunque el ritmo del cambio en la política monetaria de Estados Unidos y de la eurozona avance a diferente compás). Así, la semana que viene se publicarán varios datos macroeconómicos con los que se podrá tomar la temperatura sobre la evolución de ambas economías.
El martes se dará a conocer la evolución de la producción industrial en la zona europea para el mes de abril con el telón de fondo de la guerra y de los precios de la energía al alza. También se publicará en Alemania el índice de confianza del inversor ZEW del que en la edición anterior se constató las dudas en la evolución de la economía por las interrupciones en las cadenas de suministros, entre otros. De hecho, el consenso recogido por Bloomberg anticipa que los inversores reflejarán con mayor pesimismo el próximo jueves sus expectativas en el futuro.
También en Estados Unidos se conocerán los datos industriales de mayo, que en el mes anterior registraron un aumento interanual del 1,1%. Sin embargo, la mejora de los datos estuvo justificada más por la caída de la presión inflacionaria, dado que la ralentización de la economía china por los confinamientos contrajo el consumo y precios de las materias primas. Un dato positivo que el consenso de mercado no considera probable que se repita. Por contra, se espera que el dato del miércoles de la evolución de la actividad industrial en el gigante asiático "regrese a terreno positivo", según la analista de SelfBank, Fátima Herranz, en un contexto de relajación de las restricciones por Covid aunque en las ventas minoristas la experta de la entidad augura una contracción de un 7,1%.