
El aumento del precio del petróleo se traduce en un incremento del beneficio operativo de Repsol. Siempre y cuando el crudo no se dispare hasta niveles que fuercen a una contracción del consumo. Desde que el petróleo superó todas las predicciones al comienzo de la guerra en Ucrania (allá por febrero), los analistas han levantado la previsión del ebitda de Repsol en 2022 y ya barajan que para este ejercicio se alcance una cifra récord por encima de los 10.000 millones de euros.
De hecho, el consenso de mercado recogido por FactSet eleva este dato hasta los 10.876 millones de euros, lo que supondría superar la cifra marcada en 2021 en casi un 35%. Sin embargo, a pesar de que se tratase de un beneficio operativo nunca antes visto en la petrolera española, en años posteriores no se mantendría esta inercia y se volvería a valores más habituales en Repsol, del mismo modo que el beneficio neto no supondrá ningún hito en 2022, según el consenso de mercado.
Así, la clave de este ebitda hinchado se debe al precio del petróleo por la falta de oferta, al quedar excluido el crudo ruso de la práctica totalidad del mercado occidental por las sanciones impuestas a los invasores. El barril de Brent vuelve a situarse por encima de los 120 dólares por barril al cierre del mercado europeo, lo que supone anotar un incremento de más del 40% en lo que va de año. A estos niveles, el margen de refino de Repsol (coste de procesar el petróleo para combustible frente al rendimiento que se obtiene del mismo) se situó en el 6,8%, un 50% más que lo registrado en el último cuarto de 2021.
Otra forma de entender este beneficio operativo récord lo explicó el propio director económico financiero de la compañía, Antonio Lorenzo, en una entrevista para elEconomista al asegurar que por cada dólar que sube el Brent, la petrolera mejora su ebitda en 60 millones de euros. Como el precio del petróleo descenderá a la larga, si la guerra lo permite, y marcaría los 99,8 dólares en el caso del Brent al cierre de 2023 -según Bloomberg- será difícil que Repsol repita estas cifras en ebitda si el negocio de exploración sigue siendo el que más aporta a la compañía.
En este punto se han producido novedades recientemente y ya existen interesados en hacerse con una parte de este pastel de Repsol. El fondo EIG Global Energy Partners ha presentado una oferta no solicitada para hacerse con el 25% del negocio de exploración y producción (también denominado upstream) de la integrada española. Este porcentaje del negocio de exploración supuso en 2021 uno de cada diez euros del ebitda de Repsol.
La mayoría de expertos valoran como positivo que la petrolera pueda desprenderse de una parte del upstream del grupo. Los analistas valoran esta rama del negocio de Repsol en una horquilla entre los 14.000 y los 21.000 millones de euros (este último en el caso de Jefferies). En un máximo de 18.000 millones de euros se encuentran los cálculos de firmas como GVC Gaesco y el de la experta de Bankinter, Pilar Aranda. Según la analista de la entidad, la venta del 25% del área de exploración y producción de la petrolera podría aportar hasta 4.500 millones de euros (similar a la cuantía que calculan desde Bloomberg) no previstos al arrancar el año y que representa casi el 19% de la capitalización bursátil de Repsol.
"La operación tendría sentido porque le permite mantener la mayoría en un área estratégica y lo vendería en un momento propicio, con precios de petróleo y gas muy elevados", según Aranda, de Bankinter. Desde Bank of Amércica van más allá y estiman que la subida del precio de las materias primas puede elevar la oferta hasta un 40% respecto al precio que hubieran dado al comienzo del año.
Además, de realizarse finalmente esta venta, abriría la puerta a la compañía a inyectar el capital en acelerar su descarbonización y adelantarse a la competencia en la producción de energías renovables. Del mismo modo, la historia ha demostrado que cuando Repsol genera caja de manera excepcional por una desinversión (como cuando ganó la indemnización por la expropiación de YPF en 2014) ha repartido un dividendo extraordinario.
Este revuelo en el mercado trajo consigo la revisión de varias firmas de inversión. Así, de las diez que han actualizado su precio objetivo desde el martes tres lo han hecho con un ajuste al alza (el resto mantiene el precio objetivo sin cambios) siendo Pedro Alves, de CaixaBank, el más optimista al proyectar que Repsol puede llegar hasta los 20,5 euros (mientras augura una remuneración a los accionistas). Sin embargo, con la subida en bolsa que acumula desde el martes, Repsol está a punto de agotar su recorrido en el mercado (apenas tiene un 1,7% de potencial con el precio de cierre de ayer), si se tiene en cuenta el precio objetivo del consenso recogido por Bloomberg en los 16,4 euros.
La 'punta de lanza' del Ibex sube un 54% en el año
Pocos valores pueden rivalizar con la petrolera española dentro del Ibex 35, en particular tras las últimas sesiones en las que el sector bancario dentro del selectivo ha perdido fuerza en bolsa (a excepción de CaixaBank) y con Solaria que no consigue rebasar los 23 euros por acción. De este modo, en lo que va de año las acciones de Repsol avanzan un 54,5% hasta alcanzar los 16,1 euros por título. Este precio supone, a su vez, alcanzar niveles no vistos desde septiembre de 2018.
Su comportamiento en los mercados tampoco encuentra rival en la zona euro, ya que es la petrolera del Viejo Continente que más sube en 2022 y habría que irse a Estados Unidos hasta encontrar valores del sector más alcistas que la española, como Diamondback (avanza un 57% en el año) u Occidental Petroleum, que crece casi un 160%. Además, Repsol está más barata por PER (veces que el beneficio recoge el precio de la acción) que la italiana Eni, Shell o Equinor: al tener un ratio inferior a las 5 veces, según FactSet.