
La reunión de junio de la Organización de Países Exportadores de Petróleo había levantado gran expectación. Se rumoreaba que la OPEP podría dejar a Rusia fuera de las cuotas de producción (dentro del marco de la OPEP+) a cambio de reemplazar ese petróleo con la capacidad ociosa (que tampoco es mucha) de los países más poderosos del cártel (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait...). Esto habría supuesto una ayuda importante para los países importadores de crudo. Sin embargo, la OPEP ha anunciado un pequeño aumento de la producción un tanto difuso que no convence al mercado. Una decisión que solo cumple a medias con los deseos de Occidente.
El cártel ha anunciado que bombeará unos 650.000 barriles más en julio y agosto, frente a los 432.000 que ha venido incrementando cada mes desde que dio inicio el plan el pasado verano para devolver al mercado los más de 9 millones de barriles que se retiraron durante la crisis del covid. Se estima que las sanciones a Rusia podrían dejar fuera del mercado hasta tres millones de barriles por día en las próximas semanas o meses, coincidiendo con el incremento de la demanda de combustible que se produce en verano.
El comité técnico de la OPEP (JMMC) ha sido el primero en dar pistas sobre esta decisión. Los técnicos del cártel habían recomendado un aumento de 648.000 barriles por días para la producción de julio y agosto, según han revelado varios delegados, rompiendo así con los aumentos de 400-432.000 barriles diarios de los últimos meses. La OPEP, finalmente, ha decidido aprobar esa recomendación en una reunión que ha dudado poco más de quince minutos.
Este cambio de estrategia trata de compensar de una forma tímida, y un tanto decepcionante, la menor producción de petróleo en Rusia, acorralada por unas sanciones que impiden exportar libremente el petróleo que producen.
Nadie cree a la OPEP
Aunque el movimiento de la OPEP es en teoría positivo para la economía global, puesto que a priori supone una concesión a los países consumidores (que representan la mayor parte de la tarta del PIB mundial), que llevan meses pidiendo al cártel que se desvíe de la hoja de ruta y aumenten la producción más rápido de lo planeado originalmente, el mercado no termina de creerse la propuesta.
La OPEP viene anunciando unos incrementos y niveles de producción que no se llevan a cabo en el tiempo acordado ni en la cantidad fijada. Tanto es así, que tras la decisión del cártel, el precio del petróleo ha borrado las caídas y ha comenzado a repuntar, recuperando los 117 dólares por barril. Esto es algo totalmente contradictorio, puesto que una mayor oferta no prevista debería conducir a un precio menor. Pero nadie cree que la OPEP vaya a cumplir con la nueva hoja de ruta, aseguran los expertos en los primeros comentarios rápidos a la decisión.
Hasta la fecha, la OPEP y sus aliados no han cumplido con las cuotas de producción asignadas. Varios países tienen problemas para producir todo el petróleo que les corresponde, mientras que otros podrían estar incumpliendo de forma voluntaria sus cuotas para mantener la tensión entre demanda y oferta, logrando así un precio del crudo más alto. El comunicado de la OPEP+ son palabras, y los países consumidores lo que necesitan son hechos y más petróleo.
Según las cuotas vigentes a partir de junio, los diez países pertenecientes a la OPEP tendrán que producir un máximo de 26,276 millones de barriles diarios, mientras que el resto de naciones (entre ellas Rusia) podrían bombear hasta 16,930 millones de barriles. Por otro lado, los ministros de los países de la OPEP+ han acordado volver a reunirse el próximo 30 de junio.
Desde que Rusia inició la invasión de Ucrania, las exportaciones de crudo ruso se han visto perseguidas como resultado de las sanciones occidentales. Además, el bloque de la UE acordó esta semana una prohibición parcial de las importaciones de petróleo ruso, con una exención temporal para los suministros que llegan por oleoductos.
Se esperaba que la OPEP mostrase un compromiso mayor, anunciando un plan creíble para compensar la caída de las exportaciones rusas. Sin embargo, la reunión ha terminado siendo un encuentro entre colegas que se ha resuelto entre risas y cuestión de minutos.