
El fondo EIG Global Energy Partners pretende adquirir el 25% del negocio de exploración y producción de petróleo y gas natural (conocido como upstream) de la española Repsol. La petrolera no ha solicitado la oferta y sigue considerando estratégica esta actividad.
Pero el mero hecho de que la firma norteamericana valore la compra de dicha participación fue la clave para que los títulos de Repsol se revalorizaran un 3,47% en la sesión de ayer. Este incremento evidencia el beneplácito de los inversores a una operación que sería muy beneficiosa para los propios accionistas de la petrolera. A ello contribuye el hecho de que Repsol siempre ha pagado un dividendo extraordinario tras culminar desinversiones en el pasado, como ocurrió con YPF y Sinopec. Con todo, la gran ganadora con la venta sería la propia Repsol. Para empezar, el momento actual de altos precios del petróleo ayudará a incrementar el importe que la compañía recibiría por el 25% de su negocio de upstream. De hecho, ya se habla de que el acuerdo podría cerrarse por una cantidad en el entorno de los 4.500 millones. A cambio, Repsol solo tendría que renunciar a una participación que supone el 11% de su beneficio de explotación. Salta a la vista que el saldo del canje es positivo para la petrolera. De hecho, la importante inyección de liquidez posibilitaría a la compañía acelerar su transición energética y acerca su objetivo de ser una empresa neutra en emisiones en el año 2050. Ello permitiría a Repsol adelantarse a la competencia en la carrera por obtener un mix energético más equilibrado. Algo fundamental para incrementar el negocio en un contexto en el que la descarbonización de la economía es buscada por la mayoría de los países.