El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado este jueves las actas de su última reunión de política monetaria, celebrada el pasado 14 de abril. Entonces el Consejo de Gobierno de la entidad mantuvo intactas sus herramientas para buscar la estabilidad de precios en la eurozona (en un momento en el que la inflación está en niveles récord), aunque anticipó que las compras de bonos bajo el programa APP acabarán en el tercer trimestre del año.
El documento conocido hoy muestra que ese día "hubo un amplio acuerdo" entre los 25 miembros del Consejo del BCE sobre la "expectativa de que las compras netas de activos en el marco del APP deberían concluir en el tercer trimestre". Más allá de eso, hubo poca armonía entre los distintos banqueros centrales de la zona del euro.
"De cara al futuro, los miembros expresaron algunos matices relacionados con el ritmo adecuado de la normalización gradual [de la política monetaria]", rezan las actas.
La división entre los 'halcones' (aquellos que abogan por una política monetaria restrictiva) y las 'palomas' (los que apuestan por una política acomodaticia y flexible) fue evidente en la cita del mes pasado.
Siempre según las actas, "algunos miembros" del BCE defendieron que la alta inflación en la eurozona exige "un ajuste de la orientación de la política monetaria hacia una posición neutral, más pronto que tarde", lo que implica "que las compras netas de activos debían finalizar lo antes posible, abriendo la posibilidad de una primera subida de los tipos de interés poco después".
Evitar "actuar demasiado tarde"
Cuándo será la primera subida de tipos del BCE en una década y, sobre todo, cuántas les sucederán en 2022 es actualmente el quid de la cuestión, con otros grandes organismos monetarios (como la Fed estadounidense) 'pisando el acelerador'.
La mayoría de analistas da por hecho que el alza del precio del dinero tendrá lugar en julio, especialmente tras las recientes declaraciones de la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
En este sentido, los 'halcones' argumentaron en la reunión del mes pasado que "actuar demasiado tarde [contra la inflación] podría dar lugar a la materialización de efectos de segunda vuelta", como una espiral de precios-salarios, "y podría tener elevados costes económicos, de estabilidad financiera y de credibilidad".
"Otros miembros, sin embargo, mantuvieron que el proceso de normalización gradual (...) no requería una reevaluación de la trayectoria de la política monetaria", recogen asimismo las actas del BCE.
Un tono cada vez más hawkish
Pese a las discrepancias dentro del BCE, los analistas coinciden en señalar en que desde hace semanas van ganando peso las voces hawkish, esto es, las de los 'halcones'. "Tienen cada vez más ventaja en las debates" del organismo, opina Carsten Brzeski, de ING Economics.
"Las actas confirman el tono cada vez más agresivo de muchos miembros del BCE desde la reunión de abril", subraya este experto. Desde el mes pasado "bastantes de los miembros más moderados del Consejo del BCE aparentemente han cambiado de opinión", apunta en el mismo sentido Commerzbank.
Para el Departamento de Análisis de Bankinter las actas ya están "obsoletas" dado que "varios miembros del BCE han mostrado mayor urgencia para actuar" a lo largo de las últimas semanas.
Próxima cita: el 9 de junio
El Consejo de Gobierno concluyó en su reunión de abril que "a la luz de la mayor incertidumbre resultante de los efectos aún presentes de la pandemia y de la guerra en Ucrania, la opcionalidad, el gradualismo y la flexibilidad seguían siendo características importantes" de la política monetaria del BCE.
Por ello, el 'guardián del euro' se puso en modo 'esperar y ver' hasta la próxima cita, la del 9 de junio, en la que actualizará sus previsiones económicas y, con ello, decidirá cuándo terminar las compras de activos y cuándo comenzar a subir los tipos.
"El BCE anunciará el final del APP para despejar el camino a la subida de tipos el 21 de julio", anticipa Bankinter. Una expectativa compartida por la gran mayoría de expertos.