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Yasir al-Rumayyan, el banquero de inversión que transforma Arabia Saudí mientras preside el Newcastle

Yasir al-Rumayyan, gobernador del fondo soberano de Arabia Saudí y presidente de Aramco. Foto: Alamy.

¿Es el hombre de paja de Mohamed Bin Salmán o un gestor eficaz que llevará a buen puerto las reformas en el reino saudí? Por ahora acumula presidencias: la de Aramco, el fondo soberano del país árabe y el Newcastle.

Es poco habitual que un plebeyo asuma un papel protagonista en Arabia Saudí, donde los príncipes de la familia reinante suelen ocupar los puestos de mayor rango, también en el exterior. Sin embargo, el caso de Yasir al-Rumayyan marca distancias con la tradición, ya que se ha convertido en el rostro moderno y fiable del reino árabe en el mundo; una especie de consejero delegado del país, del mismo modo que Jamie Dimon y Larry Fink lo son de JP Morgan y BlackRock.

"Al final, Yasir al-Rumayyan parece un instrumento de este gran movimiento [de centralización del poder], similar en todas las monarquías del Golfo. La relación con Occidente es ante todo un pacto comercial, y la modernización es una palanca de productividad", escribió la periodista Laura-Maï Gaveriaux, corresponsal del diario francés Les Échos en Dubái, en un artículo publicado hace algo más de dos años.

"Los allegados del rey Salmán y de [su hijo] MBS [Mohamed Bin Salmán] son designados para sustituir a los representantes de una clase media competente que ha actuado como contrapoder. El reemplazo de Jaled al-Faleh por Al-Rumayyan se entendió en este sentido", señalaba Gaveriaux, refiriéndose a Al-Faleh, quien fue consejero delegado hasta 2015 de Aramco, la compañía de petróleo saudí.

Precisamente, ese año subió al trono Salmán Bin Abdulaziz tras la muerte de su hermano Abdalá, y como nuevo rey nombró heredero a su hijo Mohamed, bautizado por la prensa como MBS. Su ascenso al poder fue también una oportunidad para Al-Rumayyan, que a sus 52 años ha asumido algunos cargos muy relevantes de Arabia Saudí.

Estudió contabilidad en la Universidad Rey Faisal a principios de los años noventa y empezó a trabajar en el sector financiero. Según refleja su perfil en LinkedIn, pasó por el Saudi Holandi Bank como jefe de corretaje internacional, fue director de finanzas corporativas en la Capital Market Authority (algo así como la CNMV saudí) -periodo en el que además se graduó en el Programa de Dirección General de Harvard Business School-, fue miembro del consejo de administración de la bolsa saudí (Tadawul) y llegó a director general de Saudi Fransi Bank, cargo que abandonó en 2015 (el año clave).

A partir de la aparición de MBS en escena, llegaron los cargos importantes. Ese mismo año, fue nombrado director gerente del Fondo de Inversión Pública (PIF por sus siglas en inglés), el fondo soberano saudí que acumula ya 580.000 millones de dólares y que quiere gestionar en 2030 activos financieros valorados en 2 billones de dólares. En estos momentos, es el sexto fondo soberano más grande del mundo.

El capital del fondo está destinado a amortiguar el presupuesto del Estado contra las fluctuaciones de los precios en el mercado de materias primas, financiar proyectos de desarrollo y atraer inversiones y conocimientos técnicos del extranjero al reino.

Según Reuters, en noviembre del año pasado el PIF tenía posiciones notables en Lucid Group, Uber Technologies, Just Eat, Alibaba, Walmart y Pinterest. A eso hay que añadir posiciones en la teleco india Jio Platforms, de Reliance Industries, donde invirtió 1.500 millones de dólares, y los 45.000 millones que invirtió en el Vision Fund dela firma japonesa Softbank, especializado en innovación y tecnología, en 2018.

Liderazgo dual en el reino

En 2019, Yasir al-Rumayyan se convirtió en gobernador del fondo soberano saudí y, al mismo tiempo, fue nombrado presidente de Aramco con el objetivo de rematar su salida a bolsa, pero también porque la firma petrolera es la mina de oro con la que financiar la diversificación económica del país árabe.

En un principio, Bin Salmán anunció que extraería 40.000 millones de dólares anuales del fondo para reinvertirlos en la economía doméstica. Asimismo, como se ha visto esta misma semana, la corona saudí ha transferido el 4% de las acciones de Aramco que posee, valoradas en 80.000 millones de dólares, al fondo soberano. 

"La expansión del PIF está motivada principalmente por la política de poder. El fondo soberano da al príncipe heredero Mohamed Bin Salmán acceso directo a los importantes recursos financieros del Estado. Puede utilizar estos recursos según sus preferencias y comprar así la lealtad de facciones políticamente importantes dentro de la élite. Además, Bin Salmán podría utilizar el PIF para comprar el apoyo internacional a sus objetivos políticos", sostiene en un análisis el investigador Stephan Roll, miembro del Instituto Alemán de Política Internacional y Seguridad (SWP), con sede Berlín.

Es esta imagen oscura de Bin Salmán la que cuestiona el papel de Al-Rumayyan. "¿Quién está realmente cerca de MBS? Los que hacen su voluntad", afirmaba en el artículo de Les Échos Agnès Levallois, investigadora principal de la Fondation pour la Recherche Stratégique (fundación para la investigación estratégica), con sede en Francia.

Uno de los últimos cargos que ha asumido Al-Rumayyan es el de presidente no ejecutivo del Newcastle, club de fútbol británico que la monarquía saudí compró por 300 millones de libras en 2021. Según publicó The Guardian, para Amnistía Internacional y Human Rights Watch se trata de un caso de sportwashing: el uso del deporte para enmascarar cosas que Arabia Saudí preferiría que el mundo olvidase.

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