
El foco del mercado y del mundo económico en general pasa de la institución estadounidense a la europea, cuyo consejo de gobierno se reúne el próximo 3 de febrero. El tono será totalmente diferente, frente a la agresividad para sofocar la inflación, flexibilidad para no ahogar la recuperción.
El Banco Central Europeo (BCE) no es la Reserva Federal (Fed), ni pretende serlo. Mientras que en Estados Unidos se puede confiar ya en la primera subida de los tipos de interés oficiales en la próxima reunión de la institución que preside Jerome Powell, en marzo, en la eurozona se sigue esperando un tono más flexible, de apoyo y vigilancia a la reconstrucción económica.
Así lo hará a pesar de los picos de inflación y a las presiones de los polos más ortodoxos y temerosos de las amenazas del abuso de las políticas monetarias expansivas en el club comunitario, principalmente ubicados en Alemania, Holanda o Austria, frente los miembros más endeudados y más golpeados por la pandemia, que necesitan todavía contar con asistencia para sostener los planes fiscales con los que están animando la actividad, como son España o Italia.
"El caso del BCE es diferente [al de la Fed], como lo es el ritmo de recuperación de la economía y las perspectivas para la inflación [...] respecto a EEUU. El consejo de gobierno mantiene un mensaje de ausencia de endurecimiento monetario, lo que permite pensar que no habrá subidas de tipos no sólo en 2022 sino tampoco en 2023. Como muestra, que aunque se reduce la compra de bonos a partir de marzo, se seguirán adquiriendo durante todo el ejercicio. Sin ni siquiera saber una fecha para el fin de las compras es difícil poder anticipar una subida cercana de tipos", explica David Cano Martínez, socio director de Afi Inversiones Globales, en un artículo publicado recientemente.
Hans-Jörg Naumer, estratega de Allianz Global Investors, llama a una mayor agresividad. "A pesar de todos los trastornos que conlleva una política monetaria más restrictiva, hay dos cosas importantes: en primer lugar, aunque se reduzca un poco, la liquidez sigue siendo abundante, lo que debería favorecer a la renta variable a medio plazo si la economía se mantiene sólida, aunque entretanto es probable que se registren pérdidas temporales; por otra parte, un banco central que avanza hacia la normalización de la política monetaria está enviando unas señales claras de que considera que la economía y los mercados financieros son suficientemente estables. Esto es un buen signo", explica.
¿Techo de la inflación?
Durante la semana se conocerán datos del IPC de enero de Alemania, España, Francia... y del conjunto de la eurozona y también los índices adelantados PMI del primer mes del año, los cuales, sin duda, avivarán el debate sobre la retirada de estímulos. "Aunque es probable que el techo de la inflación se esté acercando, ya que algunos efectos de base están llegando a su fin, todavía no se ha alcanzado", advierte el experto de Allianz.
En España, las previsiones apuntan a que el avance interanual del IPC general seguirá en el 6,7%, el pico de diciembre, mientras que en Alemania se estima un 4,3%, frente al 5,3% anterior. La escalada del coste de la energía y los cuellos de botella están siendo los principales aceleradores de los precios en esta salida de la crisis del Covid, que se seguirá mostrando en los indicadores PMI, según las mismas estimaciones.
Esta última semana, justo antes de conocerse el rebote del 5% del PIB de España en 2021, el FMI estableció que nuestro país se coloque a la cabeza del crecimiento dentro de la eurozona en 2022, con un incremento de la actividad económica del 5,8%, una cifra significativamente por encima de Alemania, Francia o Italia, que crecerán entre el 3,5% y el 3,8%.
Respecto a la inflación, en el calendario surgen próximamente dos fechas que cuando se superen supondrán una relajación de la política "Covid cero" de China, la fábrica mundial, y podrían establecer una mejora de los cuellos de botella: los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín, que se celebran del 4 de febrero al 20 del mismo mes, y las celebraciones del año lunar, que arranca el 1 de febrero.
Por otro lado, la tensión en las fronteras de Ucrania rema en el sentido contrario, al impactar en los precios del gas o el petróleo, especialmente importantes para países dependientes de las importaciones de estas materias primas como España.
Al final de la semana, el viernes 4 de febrero, se conocerá la evolución del empleo en Estados Unidos. "En particular, el mercado laboral estadounidense puede considerarse un importante indicador adelantado de las presiones inflacionistas", destaca Hans-Jörg Naumer, por el efecto del bucle precios-salarios que todavía está lejos en la eurozona.