
En la semana en que el coloso inmobiliario chino se encuentra a las puertas de una demolición que el Gobierno de Xi Jinping quiere controlar, los principales índices han cogido aire de las correcciones que venían protagonizando. El Ibex, con un 1,28%, se convierte en el más alcista gracias a la remontada del turismo.
Si los inversores esperaban una reacción contundente de las autoridades chinas ante el colapso del coloso inmobiliario Evergrande, se han encontado con una gran muralla de silencio. Esta semana se había desatado la tensión ante el inminente vencimiento de varios bonos de la compañía, alguno denominado en dólares y dirigido a los tenedores internacionales.
El supuesto acuerdo al que habría llegado la firma con los acreedores de su emisión en yuanes, del que se desconoce la letra pequeña, había insuflado una mínima esperanza de que con el bono en dólares podía ocurrir algo semejante. Pero el plazo para el pago se cunplió este jueves y ahora se abre un período de gracia de 30 días para renegociar las condiciones.
Esto provocó el viernes una caída del 11,6% en la cotización de la compañía, que parece irremediablemente abocada a una quiebra lo más ordenada posible, aunque sin luces y taquígrafos. Al menos sería lo que pretenden las autoridades del gigante asiático que, según publicaba The Wall Street Journal, habrían pedido a los gobiernos y agencias locales que tomaran medidas para ir gestionando los activos inmobiliarios de Evergrande a nivel regional, es decir, terminar de construir los edificios de viviendas por el que ya han pagado muchos ciudadanos y tratar de aplacar de esta forma el descontento social.
El Gobierno chino no se ha pronunciado oficialmente todavía pero algunas medidas indican que se toma muy en serio la repercusión financiera de este asunto. El Banco Central de China ha declarado que todas las operaciones con criptodivisas son ilegales y ha prohibido su circulación en el mercado, al igual que la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma ha prohibido también el minado de criptoactivos, impidiendo el uso de energía doméstica con este fin. Casualidad o no, la idea que transmite es que el Gobierno de Xi Jinping no quiere ninguna sorpresa en lo que parece va a ser una demolición controlada de Evergrande.
Una demolición que, pese a los agoreros de que podría significar un nuevo Lehman Brothers a escala global, no ha permeado en los mercados, de momento. El viernes sí se notó más el efecto del impago, con caídas del 0,87% en el EuroStoxx 50, del 0,95% en el Cac francés, del 0,72% en el Dax alemán o un ínfimo 0,04% en el Ibex, pero aun así terminaron la semana repuntando un 0,67% en el caso del principal índice europeo; un 1,04% en el Cac, un 0,27% en el Dax -que también vive con nerviosismo los comicios federales del próximo domingo en Alemania- y un 1,28% en el selectivo español, gracias a la remontada de ayer de valores turísticos como Meliá (2,25%), Amadeus (2,08%), IAG (1,89%) y Aena (1,91%). El SP 500 perdía un 0,34% semanal, a media sesión de viernes, mientras que el Nasdaq caía un 0,11%.
Batir los máximos
Unos porcentajes que frenan las pérdidas que acumulaban en el mes los índices europeos. "Para que se alejen los riesgos de asistir a una profundización de la corrección de las últimas semanas es preciso que consigan batir los máximos que marcaron la semana pasada, cuya ruptura sería una señal de enorme fortaleza. Hablamos de resistencias como son los 4.215 puntos del EuroStoxx 50. Mientras eso no suceda, seguimos pensando que es precipitado cantar victoria y seguirá manteniéndose el riesgo de asistir a una corrección más amplia y duradera que podría llevar al EuroStoxx 50 a buscar los 3.800/3.900 puntos", explica Joan Cabrero, asesor de estrategia de Ecotrader, el portal de inversión de elEconomista.
La opa de exclusión lanzada por Otis por Zardoya esta semana, significa que, si se realiza, los inversores perderán a una de la firmas que mejor retribuía al accionista, ya que ha dedicado, de media, un 92% de su beneficio neto en los últimos 30 años a pagar dividendos. En Naturgy, cuya opa es parcial, el minoritario aún puede arañar un 2,5% en la opa de IFM sobre la empresa energética.
Por otro lado, tras la reunión de la Fed, que apuntó a finales de año para el inicio de la retirada de estímulos, el mercado espera la primera subida de tipos para finales de 2022. Los bonos reflejaron esta perspectiva con subidas del rendimiento de las principales referencias. El 10 años norteamericano escaló hasta el 1,458%, mientras que el bund alemán se situó en el -0,228% y el español alcanzaba el 0,409%, un nivel que no veía desde junio.